miércoles, 27 de febrero de 2019

PR-A246: Arroyo Los Molinos (Montefrío - Granada)





PR- A246. Montefrío. 

Debo empezar reflejando el sentimiento general que me ha quedado después de caminar este "pequeño recorrido" por los alrededores de Montefrío: desilusión profunda. Las informaciones prometen mucho más de lo que enseñan y además tres cuartas partes del recorrido se hace por carriles cementados o asfaltados.

He echado en falta algo más de señalización en la segunda mitad del recorrido; un recorrido que en sus mayoría discurre entre olivares como monocultivo.

Por otro lado la denominación "Arroyo de Los Molinos" hace pensar en un recorrido junto al agua. No es así ya que el tramo junto al arroyo es mínimo respecto al total del mismo. Sí se avistan algunos molinos en ruinas así como algunos restos de otros.

Definitivamente yo no lo recomiendo tal como está ahora. Aun así voy a tratar de mostrar el lado más positivo con mis fotografías. 

Otras visitas recomendadas son la Peña de los Gitanos y Montefrío población.


Junto a este hotel comienza el recorrido. Hay panel explicativo.

Comenzamos a andar por un tramo cementado en subida que sirve para dar servicio a algunas construcciones y sobre todo a las parcelas de cultivo que ocupan toda la extensión. 

Los colores otoñales de las plantaciones de espárrago contrastan fuertemente con el verde del olivar y algunas dispersas encinas.

Era habitual sembrar almendros en las lindes de las propiedades. Éste me llamó la atención por las cuantiosas pérdidas de resina que mostraba. No era el único caso.

La figura de la torre ajedrecista es el símbolo adoptado para soportar las señales del recorrido, excepto en el tramo intermedio: blanco y amarillo.

Hemos ganado altura y divisamos en la loma enfrentada la Peña de los Gitanos.

Cuando el recorrido hace uso de los senderos y comenzamos a descender buscando el arroyo avistamos el barranco de destino ocupado por brumas. 

Escasos retazos de terreno no ocupados por pinos u olivar. 

Esta es la tónica dominante. 

Conforme nos acercamos a las zonas ocupadas por las brumas nuestra dudas aumentan: ¿brumas o humo?. 

Al final decidimos que comparten espacio a medias las nieblas y los humos. El anticiclón y la ausencia total de brisa propician la permanencia de ambas.


Algunos tramos de incómodo caminar por la abundancia de piedra pequeña suelta que en las bajadas hacen extremar las precauciones para evitar resbalones.

A pesar de la falta de terrenos dedicados al cereal, hemos avistado al menos tres eras, seguramente los antiguos espacios ocupados por el cereal han sido repoblados por pinar.

Abajo, junto al arroyo, aparecen algunas construcciones modernas.

Esta casa goza de una inmejorable ubicación. 

Restos de cortijos junto al recorrido.

Notas coloristas en el camino. Estas "pencas", supongo que por su aislamiento, se han librado de la plaga. 

Por fin alcanzamos el corto y único tramo en que el recorrido discurre cerca del arroyo. 

Hay que desviarse unos metros para acercarnos a dos enclaves: Molino de los Pelaos.

Un pequeño puente nos permite cruzar el arroyo para acercarnos a las ruinas del molino.


Y a la cascada junto al puente y molino.

En lo que fue acceso principal a la edificación ruedas de molino en abundancia.



Retomado el itinerario, cruzamos el arroyo que a su vez atraviesa el carril.

Junto al carril terrero abundancia de granados agrios, aunque la extrema madurez de las que quedan han mitigado la acidez del fruto.

Estratos en el tramo de subida. Aquí atravesamos una zona en que los protagonistas indiscutibles son las encinas con dulces bellotas por cierto.

Otro vestigio de la existencia de un molino: el pequeño acueducto que acercaba el agua hasta el cubo. Actualmente la edificación ha sido sustituida por otra de nulo interés.

El tramo caminado junto al arroyo es el más atractivo visualmente.

Centro de interpretación totalmente abandonado en un lugar extraño. Seguramente tuvieron ayuda en su momento de alguna partida de fondos, para caer seguidamente en el olvido.

Con Montefrío de nuevo a la vista el recorrido abre la posibilidad -mediante desvío de casi un kilómetro- de acercarnos a las ruinas de la Ermita Vieja.

No es que tengan especial interés pero dado el malestar por el trazado recorrido decidimos acercarnos para intentar mejorar algo la jornada.

Sólo muros perimetrales e incluso incompletos y junto a ellos y muy próximos a las casa más altas del pueblo colchones, sillones viejos y otros enseres desechados.

Junto a las ruinas y sustituyendo a otra anterior esta cruz en una pequeña explanada acercada al filo de la ladera para que tenga visibilidad desde el pueblo.

La estampa típica de la población que dio a conocer hace unos años una revista internacional.

Ya de vuelta, cuando descendemos hacia Pinos Puente, no puedo reprimir el detenerme para sacar esta fotografía donde se aprecia claramente el estrato de polución que cubre la ciudad de Granada.


Montefrío (Granada), 4 de diciembre de 2018.

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