jueves, 27 de septiembre de 2018

Telescopios de Sierra Nevada I (Dílar - Granada)







Telescopios de Sierra Nevada

Los deseos macerados durante años tienen más posibilidades de chafarse porque las expectativas acumulables no son fácilmente realizables. Algo así me ha pasado con la visita que hemos (me acompaña mi mujer) realizado al complejo astronómico de Sierra Nevada.

El programa, en principio atractivo: una charla de situación a la llegada (dos horas y media), donde se hablaba de historia astronómica y formas de investigación junto al progreso que ha acompañado en su evolución de los instrumentos de observación a lo largo de los siglos.

Eratostenes (282-192 a de C.) con la medición del meridiano de la Tierra, con bastaste exactitud por cierto. Hiparco s.II a de C. con la formulación del primer catálogo estelar. Explicación de los conceptos básicos y no tanto por los que se mueve la física de partículas y los descubrimientos celestes.

Aperitivo y comida, para una vez concluida, desplazamiento hasta la ubicación del radiotelescopio y los diversos telescopios. Ubicados todos ellos en la cabecera de la Loma de Dílar a 2.850 metros de altitud. El Radiotelescopio (I.R.A.M.), una mole de 850 toneladas enseña una antena de 30 metros de diámetro. Una vez alcanzado el lugar no se ha podido realizar la visita, alegando el responsable "la seguridad".

Es cierto que debido al viento reinante (rachas de unos 70 kilómetros por hora) no permitía su operatividad por lo que estaba en "modo seguro" y, precisamente por ello la seguridad era mayor dentro del edificio que lo cobija que fuera. Acepto que los físicos son muy inteligentes, pero la razón no me ha convencido para nada; seguramente enmascaraba alguna otra.

Nos desplazamos (a pié, unos diez minutos) hasta las instalaciones del conjunto de Observatorios Sierra Nevada (C.S.I.C.) y se nos niega en principio también la entrada. Tras media hora, mientras se celebran las conversaciones pertinentes, ser nos permite acceder al interior.

Una vez franqueado el acceso, nos permiten ver uno uno de los telescopios (espejo de 90 centímetros), junto al que nos imparten una serie de explicaciones, para posteriormente entretenernos otro rato en una de las "salas de bricolaje" con que cuenta el edificio, con charla vana que nada tenía que ver con el objeto de la visita.

Nada de sala de control, nada de programas en estudio, nada con que nos podamos hacer una idea del trabajo de los astrónomos que trabajan en turnos de dos semanas más incidencias (ventiscas y otras que alargan sin fecha los turnos). Me ha dado la impresión de que para que nos sintiéramos totalmente frustrados han accedido a "entretenernos" un rato y así acallar posibles reclamaciones.

Se nos ha ofrecido una incorporación a cualquiera de las tres visitas restantes programadas para distintos sábados de julio y agosto. Posibilidad a la que me acogí de inmediato, pero que no ha tenido respuesta por parte de la organización. Al final sólo he conseguido la promesa -oral- de que se me tendrá en cuenta para el año que viene. 

He echado en falta mucha profesionalidad. Si el blog sigue ya os contaré el verano que viene.  

Una verdadera lástima.


Gráficos durante la explicaciones previas.







Radiotelescopio con su antena de 30 metros de diámetro.

Y entre las piedras bajo ella este "volantón" a la espera de alimento. 


Desde la cabecera de la Loma de Dílar estuve observando esta panorámica (y tuve mucho tiempo para ello) que me animó a subir unos días después. Es la cabecera del río Dílar.

Junto al Radiotelescopio pasa una de las pistas de esquí y su infraestructura de remontes.

Dos de las telescopios del C.S.I.C..

Desde esta distancia se aprecia claramente la abrasión de los glaciares, allá por el cuaternario, dejando bastante pulidas las lomas rocosas.

Uno de los telescopios (gemelos) al que finalmente nos permitieron el acceso.

Recorrido por la cresta entre ambos complejos.


Lo que pudimos ver una vez en el interior.


El único terminal al que pudimos echar un vistazo era este de control metereológico.

Despedida con el grado de frustración bastante elevado.

En Borreguiles, al que accedimos andando, me entretengo curioseando entre maquinaria y edificios en descanso.




Últimamente hasta los piratas suben a Sierra Nevada. ¿Donde dejarán los barcos?.

Por la noche, aunque me falta objetivo, eclipse de Luna y Marte.


Sierra Nevada - Granada, 14 de julio de 2018.

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