Escala truchera para no cortar el paso.
Fecha: 13-1-2016 Carretera
Mesón S. Juan 8’00h.
M.I.D.E.:2,2,3,4. Río
Genil (Puente Burro) 9’15h.
Duración: 9h (Semicircular) Cota
1900 10’30h.
Desnivel en subida: 1.630 metros Cota
2.600 12’00h.
Rangos de temperatura: de 3ºC a los 9’5ºC Minas y prados de Vacares 13’00h.
Junta
de los ríos 14’30h.
Mina
La Probadora 15’30h.
Carretera
Mesón S. Juan 17’00h.
Hoy
ha sido uno de esos días en que no salen las cosas como tenía pensado, y sin
embargo, no por ello he dejado de disfrutar de un magnífico –en todos los
sentidos- día serrano. La temperatura muy agradable, el cielo despejado, las
piernas han respondido bien y aunque no he conseguido alcanzar la meta que me
había propuesto (Cerro del Mojón Alto 3.107 metros), uno de esos tres miles que
he tenido en el olvido durante muchos años y que quiero subsanar: hoy no ha
podido ser, no por ello me ha quedado sabor agridulce.
Tenía
intención de aparcar temprano junto al Mesón San Juan (en la confluencia de los
ríos Genil y San Juan) pero unos dos kilómetros antes me he encontrado cortada
la carretera. Esta mañana había poca luz para intentar descubrir qué pasaba. Tras
buscar un ensanche en la carretera para dejar el coche sin que estorbara he
iniciado la marcha un par de kilómetros antes de lo previsto (ya tengo la
excusa para el fracaso, dos a la ida y dos a la vuelta, cuatro kilómetros de
mas).
Hacía
tiempo que no hacia este recorrido previo por el sendero, incluidos sus dos
puentes colgantes, antes de atravesar el río San Juan e iniciar la Vereda de la
Estrella. Tras caminar alrededor de una hora alcanzo una bifurcación; tomo la
de la izquierda para descender hasta el Puente del Burro y cruzar el río
Genil.
Comienza
la Cuesta de los Presidiarios, atípica en su principio por la multitud de
cipreses que la adornan, no es el ciprés un árbol típico de repoblaciones, por
eso llama la atención verlos ocupando los alrededores de la fuerte subida
inicial que se verán sustituidos por el más habitual pinar en apenas unos minutos.
Enseguida los primeros restos de antiguos asentamientos: balates, exiguas eras
y algunos ruinas de muros cortijeros. La subida continúa escalando la loma y
dándome oportunidades –en los recodos- de avistar las paredes verticales del
Mulhacén y la Alcazaba.
Me
llama la atención que el regalo de reyes que la climatología nos trajo en forma
de nieve para la sierra fuera escaso y local. La borrasca entró por el sur y
sólo tuvo copos para la vertiente que se divisa desde Granada ciudad. Cuando avisto
las caras norte de los grandes aprecio que la nieve brilla precisamente por su
escasez; por debajo de los 2800, incluso por su ausencia. Vuelvo a constatar
que no es frecuente ver la sierra así a mediados de enero y rápidamente me
acuerdo del año 1995 en que se tuvo que suspender el mundial de esquí por el
mismo motivo.
Hoy
no voy a pasar por el refugio de la Cucaracha, porque me voy a desviar antes
para seguir subiendo, casi por la arista de la loma y enlazar con el sendero
allí donde se bifurca de nuevo. A la izquierda Sulayr hasta el refugio de Peña
Partida, al frente vereda de la Laguna Vacares, que es el que por ahora quiero
seguir. Serpentea por el lindero del bosque de pinos a la vez que gana metros.
Dejo a un lado lo que fue el Corral de la Umbría y su charca recuperada en
busca de una serie de majadas(1): de los Asensios, del Puntal, para acabar afrontando
una severa subida –cuesta de la Barraca- que me deja exhausto.
En
mis salidas echo mano de tres elementos que hasta ahora me han funcionado. El
potencial físico de mis piernas y corazón, la motivación y la voluntad. Hoy se
me ha acabado la segunda y de la primera no andaba sobrado, de la tercera y aquí arriba lo mejor es ni hablar; así que a los pies
del Puntal de Tajos Negros he claudicado (2.700 metros). Tras parada para tomar
algo y meditar alternativas he optado por dirigirme hacia las minas de Vacares
y bajar posteriormente por los prados del mismo nombre.
Entre
las cotas 2500 y 2800 hubo una serie de explotaciones mineras (siderita,
calcopirita y pirita) de las que todavía son muy visibles las escombreras. Tras
un somero recorrido por alguna de ellas, una prolongada y fuerte bajada, sin
vereda, por los prados buscando el fondo del barranco. Omnipresente durante toda
la bajada la verticalidad (cerca de 800 metros) del imponente tajo de la
Alcazaba vigilando mi caminar. Otros años esta bajada se hace más complicada
por estar encharcada, hoy escasa el agua la he bajado con relativa comodidad.
Antes de acabar la bajada, evitando introducirme en el canuto que ha elaborado
el arroyo Vacares, me desvío hacia la derecha buscando algún sendero que enlace
con el que viene del refugio del Aceral y baja hasta la Junta de los Ríos.
Una
vez escogido el sendero, muy difuminado e incluso a veces inexistente, tras
vadear hasta tres lomas y ya teniendo a la vista el refugio de Cueva Secreta
enfrente, enlazo con el sendero buscado y me dejo caer hasta el puente en la
Junta de los Ríos. Descanso un rato que aprovecho para comer. A partir de aquí
sólo queda recorrer la Vereda de la Estrella en su totalidad. Aunque este
sendero recibe el nombre de “Estrella”, es sólo una de las explotaciones
mineras que me encuentro durante el recorrido.
Unos
metros por debajo de la unión de los ríos Valdecasillas y Valdeinfierno ya
avisto las primeras infraestructuras mineras a orillas del cauce: una larga
construcción de la que quedan sólo parte de los muros. Las instalaciones
mineras más importantes en el sentido de bajada junto a las que voy a a pasar
son: Justicia (1.542 metros); Estrella que aporta el nombre al recorrido (1.502
metros) y Probadora (1.437 metros). Estas dos últimas con galerías en
diferentes cotas que en algún caso alcanzan los cien metros. En la ladera de
enfrente y a cota similar avisto numerosas bocanas de otras explotaciones. Allí
donde el mineral coloreaba el terreno se perforaba buscando las vetas, algunas de
escasa potencia.
Tras
dos horas y media de caminar alcanzo la desembocadura del río San Juan.
Enseguida y siempre caminando por la margen izquierda del Genil y tras dejar
atrás las dos construcciones de Sevillana (1.200 metros), una que se conserva
con cierta dignidad, la otra pura ruina, las dos bellas edificaciones con
tejados cubiertos de pizarra y gran pendiente que se usaron en su día como zona
de estancia veraniega. Algo más abajo una pequeña construcción donde me detengo
unos minutos para bajar por unas empinadas escaleras hasta el río y hacer
algunas fotografías de la cascada y la escala truchera habilitada para
salvarla.
Enseguida
llego al coche aparcado metros antes de la boca del quinto y último túnel del
antiguo recorrido del tranvía de la sierra, ese que nostálgicos como yo,
echamos en falta.
(1) Lugar donde se recogen, tanto el pastor como el rebaño, para pasar la noche.
Recordatorio: en nuestras salidas al campo
sólo debemos dejar nuestras pisadas, todo lo demás: impresiones, fotos y
residuos (orgánicos e inorgánicos), deben regresar con nosotros.
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