Desnivel en subida: 1.150 metros Almirez 12’30
– 12’45h.
Rangos de temperatura: de 2ºC a los 15ºC Refugio Cebollar 15’30h.
Puerto
de la Ragua 16’15h.
Desde
la anterior vez que subí al Chullo (2.615 m) con uno de mis hermanos
(15/5/2013) me propuse volver a hacer este recorrido pero alargándolo hasta el
Cerro del Almirez (2.519 m). Son las dos cumbres más altas de la provincia de Almería. Ayer entre otras opciones barajé ésta y al final
con ella me quedé.
Decido
iniciar el recorrido desde el Puerto de la Ragua (2.000 m.), paso natural entre
las comarcas de la Alpujarra y el Poniente Almeriense con el interior
peninsular. Así que madrugo para estar a las ocho de la mañana dispuesto para
la marcha en el puerto. A esas horas no había nadie en todo el paraje. La
fresca temperatura que me encuentro al salir del coche es engañosa porque
pasada una escasa media hora ya tengo que despojarme de la sudadera y quedarme
en camiseta. Al no hacer aire en cuanto me alcanzó el sol, hizo que sobrara todo.
La
subida al Chullo (2.611 m.) –pico más alto de la Provincia de Almería- tiene tres partes siendo el aperitivo y los postres indigestos. Las primeras rampas porque me pillan
todavía con el cuerpo relajado y caliente del coche, aunque siempre accedo a
los lugares con la ventanilla abierta para aclimatarme. No deja de ser un
cambio brusco pasar del calor y la quietud del conducir, sin apenas tráfico a la actividad fuerte de rampas
empinadas.
El
tramo intermedio, caminando por un estrecho carril primero y por unas rodadas
después, se hace de forma cómoda. No es hasta llegar a la misma base del Chullo (Meseta
de Prados Altos) cuando las rodadas enfilan hacia el refugio en línea recta sin
importarle la pendiente de la loma. A las puertas del refugio (cumplida la
misión) desaparecen. Por encima de él la pendiente sigue pero se accede hasta
el hito que corona su cumbre por sendero en escasos minutos.
El
Chullo está visible durante buena parte del recorrido, primero arriba y a la
derecha, más tarde justo enfrente. Pero será en la cota 2.200 metros (una vez
dejados Los Asperones a nuestra izquierda), cuando las rampas se endurecen.Aunque hay algunos indicadores
y vestigios de rodadas a tramos, apenas si hacen falta, ya que el objetivo está
claro ocupando buena parte de nuestro más inmediato horizonte y la subida no
ofrece dificultad suficiente como para tener que parar y pensar para elegir posibles
itinerarios.
Y
del refugio sólo se me ocurre comentar que está en la misma situación que la anterior vez que lo
visité. La puerta arrancada y atravesada en la entrada, imagino para impedir
que entren los animales (quiero suponer que los cuadrúpedos) y el resto no peor de lo que estaba. Han acumulado
muchas piedras dentro, habilitándolas como asientos y poco más. Estaba limpio.
Desde
la cumbre ya diviso el siguiente objetivo, aparentemente muy lejano, pero la
experiencia me dice que en unas horas se puede andar mucha distancia y yo por
ahora tengo fuerzas para intentarlo. Cuando afirmo que me traslado de un sitio
a otro “por las crestas” es una forma metafórica de decir las cosas. Nos
podemos imaginar que hay una continuidad de crestas que unen los puntos, y así
es; pero no es menos cierto que los picos están separados por vaguadas, más o
menos profundas o collados que suponen un esfuerzo extra en su tránsito ya que exigen un continuo subir y bajar.
El
recorrido de hoy sería un ejemplo “de libro” de lo afirmado en el párrafo anterior. Del Chullo –cresteando- tengo que
bajar casi 400 metros para alcanzar la vaguada donde se ubica la Laguna Seca.
Desde ella, bordeándola sigo la línea de crestas que se dirigen hacia el Cerro
del Almirez (2.519 m), segunda altura provincial, pero entre una y otro hay al
menos tres subidas -alguna importante- y las correspondientes bajadas. Todo el
recorrido de hoy lo hago por la provincia de Almería.
Cuando
alcanzo el espolón anterior al Almirez me asaltan las dudas. A mis pies comienza una prolongada bajada y al fondo tras un amplio espacio relativamente
llano y que desde la distancia presenta el aspecto de un prado agostado arranca
la subida final. Estoy cansado, el estómago delata su presencia y tengo que pensar en el regreso. Me acuerdo de algún consejo del sabio Tagore que afirmaba: "Cuando el estómago habla, el hombre sabio escucha". Aprovecho para
tomarme una barrita energética y dos tragos de agua que acaban disipando las
dudas y me arranco.
Una
vez alcanzado el Almirez y tras reponer energías inicio el regreso. Hasta Laguna Seca no hay sendero alguno. Comienzo con bajar la última subida afrontada para dejar el Almirez a mis espaldas. Es éste un cerro con
varios resaltes aunque en sólo uno de ellos está ubicado el hito
correspondiente. El caminar sin el apoyo de los senderos por un terreno en
pendiente y con bastante vegetación se hace sumamente incómodo. Si tengo en
cuenta que sólo el regreso me va a suponer más de 18 kilómetros, podéis haceros una idea de lo que hablo.
Por
suerte ese terreno descrito acaba en la Laguna Seca. Laguna que hoy he
atravesado diametralmente ya que sólo mantiene agua en la primavera temprana
cuando los ventisqueros circundantes aportan el líquido que las filtraciones y
la insolación merman progresivamente hasta dejarla exhausta a principios de la primavera. En
su extremo noroeste (Prado del Espino) nace un sendero, éste bien definido y
continuado, denominado PR-A334. Enlaza la Laguna con el Puerto de la Ragua, bordeando la loma del Chullo y aunque la cota en que se inicia está en los 2.250 metros, los ira perdiendo progresivamente en su avance por el “Cordel de los
Verederos”. Sendero durante la primera hora, cortafuegos y carril en tramos
sucesivos.
Cuando
el caminar se hace ya exclusivamente por carril se reincorpora por la derecha
el Sulayr (etapa 14-15) ya que por estos lares (Toril), finaliza una y comienza
la otra. A partir de este momento los dos senderos comparten recorrido y señalización.
Hoy no los seguiré hasta su paso junto a las instalaciones del puerto, porque
un kilómetro antes atraviesan perpendicularmente unas rodadas que se dirigen
directamente, monte abajo, hasta mi destino; son las mismas por las que inicié
la subida esta mañana y por ellas lo abandono.
Recordatorio: en nuestras salidas al campo
sólo debemos dejar nuestras pisadas, todo lo demás: impresiones, fotos y
residuos (orgánicos e inorgánicos), deben regresar con nosotros.
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