miércoles, 27 de enero de 2016

Por montes almerienses: Chullo y Almirez (Sierra Nevada - Almería)











Construcciones del Puerto de la Ragua, divisoria entre provincias.

A primera hora la luz que recogen las fotografías -azulada- coincide con la sensación térmica de estas cotas.

Cuando el sol inunda con su luz el panorama, las sensaciones son diametralmente opuestas.

Hasta la cota 2500 aproximadamente las repoblaciones cubrieron de pinos todas estas lomas.

Cuando gano altura me acerco a uno de los collados desde se domina parte de la llanura.

El Chullo, bien visible, no ofrece dudas. La línea recta siempre es la mas corta y aquí se puede seguir.

Pequeño refugio, cerca de la cima, que sigue tan abandonado como la última vez.

Desde el interior, el último tres mil penibético: Picón de Jérez. 

Una sucesión de crestas, que trato de seguir, unen ambos objetivos.

Desde la cima del Chullo, mirando hacia el noreste.

Los grandes de Sierra Nevada con el escaso manto de nieve que han acumulado.

Los retazos blancos de las poblaciones salpican la inmensa depresión.

Tras abandonar la agricultura los amplios espacios se cubren con placas solares y molinos de viento.

Parte del altiplano sembrado de aerogeneradores.

Tratando de llegar visualmente hasta el Mar Mediterráneo, la bruma no ayudaba.

Tierras almerienses.

Abandono el Chullo, con su hito, buscando el Almirez.

Y no podía faltar la espectadora.

No todos las cimas por estas lomas son redondeadas, algunas son verdaderos espolones rocosos.

A la izquierda de la pista, la depresión que se inunda tras las nieves invernales: Laguna Seca.

En el horizonte el bicéfalo Almirez.

Asusté a una familia de jabalíes. Los adultos no esperaron al pequeñín que se retrasaba cada vez más.

Un interminable sube y baja en mi recorrido de acercamiento.

Collado donde las dudas me hicieron pensar sobre si continuar o no. Al final una "barrita" volcó la balanza.

La otra vertiente del collado que divide las dos prominencias del Almirez.

Las sugerentes formas que siempre han llamado mi atención.

Parte del recorrido de regreso que he de hacer para volver.

A medio camino, por encima de Laguna Seca: mesa?, seta?.

Disponiéndome a atravesar  Laguna Seca. El sendero arranca a la izquierda del promontorio rocoso de la derecha.

Rodeando las faldas del Chullo, rebaño de cabras blancas: segureñas?.

Los pocos arroyos que cruzo dejan huellas visibles a lo largo de su recorrido.

Ya estoy recorriendo camino solapado: Sulayr y PR-A334.

Cerca  ya del principio me vuelvo para apreciar los colores de la vegetación. Más adelante sólo veré el verde del pinar.  


Fecha: 29-10-2015                                            Puerto de la Ragua      8’00h.                                     M.I.D.E.:2,3,3,4.                                                 Chullo                                                  9’30h.
Duración: 8’10h (Semicircular)                        Laguna Seca                                      10’30 – 15’15h.
Desnivel en subida: 1.150 metros                     Almirez                                                12’30 – 12’45h.
Rangos de temperatura: de 2ºC a los 15ºC        Refugio Cebollar                              15’30h.
                                                                              Puerto de la Ragua                           16’15h.


Desde la anterior vez que subí al Chullo (2.615 m) con uno de mis hermanos (15/5/2013) me propuse volver a hacer este recorrido pero alargándolo hasta el Cerro del Almirez (2.519 m). Son las dos cumbres más altas de la provincia de Almería. Ayer entre otras opciones barajé ésta y al final con ella me quedé.

Decido iniciar el recorrido desde el Puerto de la Ragua (2.000 m.), paso natural entre las comarcas de la Alpujarra y el Poniente Almeriense con el interior peninsular. Así que madrugo para estar a las ocho de la mañana dispuesto para la marcha en el puerto. A esas horas no había nadie en todo el paraje. La fresca temperatura que me encuentro al salir del coche es engañosa porque pasada una escasa media hora ya tengo que despojarme de la sudadera y quedarme en camiseta. Al no hacer aire en cuanto me alcanzó el sol, hizo que sobrara todo.

La subida al Chullo (2.611 m.) –pico más alto de la Provincia de Almería- tiene tres partes siendo el aperitivo y los postres indigestos. Las primeras rampas porque me pillan todavía con el cuerpo relajado y caliente del coche, aunque siempre accedo a los lugares con la ventanilla abierta para aclimatarme. No deja de ser un cambio brusco pasar del calor y la quietud del conducir, sin apenas tráfico a la actividad fuerte de rampas empinadas.

El tramo intermedio, caminando por un estrecho carril primero y por unas rodadas después, se hace de forma cómoda. No es hasta llegar a la misma base del Chullo (Meseta de Prados Altos) cuando las rodadas enfilan hacia el refugio en línea recta sin importarle la pendiente de la loma. A las puertas del refugio (cumplida la misión) desaparecen. Por encima de él la pendiente sigue pero se accede hasta el hito que corona su cumbre por sendero en escasos minutos.

El Chullo está visible durante buena parte del recorrido, primero arriba y a la derecha, más tarde justo enfrente. Pero será en la cota 2.200 metros (una vez dejados Los Asperones a nuestra izquierda), cuando las rampas se endurecen. Aunque hay algunos indicadores y vestigios de rodadas a tramos, apenas si hacen falta, ya que el objetivo está claro ocupando buena parte de nuestro más inmediato horizonte y la subida no ofrece dificultad suficiente como para tener que parar y pensar para elegir posibles itinerarios.

Y del refugio sólo se me ocurre comentar que está en la misma situación que la anterior vez que lo visité. La puerta arrancada y atravesada en la entrada, imagino para impedir que entren los animales (quiero suponer que los cuadrúpedos) y el resto no peor de lo que estaba. Han acumulado muchas piedras dentro, habilitándolas como asientos y poco más. Estaba limpio.

Desde la cumbre ya diviso el siguiente objetivo, aparentemente muy lejano, pero la experiencia me dice que en unas horas se puede andar mucha distancia y yo por ahora tengo fuerzas para intentarlo. Cuando afirmo que me traslado de un sitio a otro “por las crestas” es una forma metafórica de decir las cosas. Nos podemos imaginar que hay una continuidad de crestas que unen los puntos, y así es; pero no es menos cierto que los picos están separados por vaguadas, más o menos profundas o collados que suponen un esfuerzo extra en su tránsito ya que exigen un continuo subir y bajar.

El recorrido de hoy sería un ejemplo “de libro” de lo afirmado en el párrafo anterior. Del Chullo –cresteando- tengo que bajar casi 400 metros para alcanzar la vaguada donde se ubica la Laguna Seca. Desde ella, bordeándola sigo la línea de crestas que se dirigen hacia el Cerro del Almirez (2.519 m), segunda altura provincial, pero entre una y otro hay al menos tres subidas -alguna importante- y las correspondientes bajadas. Todo el recorrido de hoy lo hago por la provincia de Almería.

Cuando alcanzo el espolón anterior al Almirez me asaltan las dudas. A mis pies comienza una prolongada bajada y al fondo tras un amplio espacio relativamente llano y que desde la distancia presenta el aspecto de un prado agostado arranca la subida final. Estoy cansado, el estómago delata su presencia y tengo que pensar en el regreso. Me acuerdo de algún consejo del sabio Tagore que afirmaba: "Cuando el estómago habla, el hombre sabio escucha". Aprovecho para tomarme una barrita energética y dos tragos de agua que acaban disipando las dudas y me arranco.

Una vez alcanzado el Almirez y tras reponer energías inicio el regreso. Hasta Laguna Seca no hay sendero alguno. Comienzo con bajar la última subida afrontada para dejar el Almirez a mis espaldas. Es éste un cerro con varios resaltes aunque en sólo uno de ellos está ubicado el hito correspondiente. El caminar sin el apoyo de los senderos por un terreno en pendiente y con bastante vegetación se hace sumamente incómodo. Si tengo en cuenta que sólo el regreso me va a suponer más de 18 kilómetros, podéis haceros una idea de lo que hablo.

Por suerte ese terreno descrito acaba en la Laguna Seca. Laguna que hoy he atravesado diametralmente ya que sólo mantiene agua en la primavera temprana cuando los ventisqueros circundantes aportan el líquido que las filtraciones y la insolación merman progresivamente hasta dejarla exhausta a principios de la primavera. En su extremo noroeste (Prado del Espino) nace un sendero, éste bien definido y continuado, denominado PR-A334. Enlaza la Laguna con el Puerto de la Ragua, bordeando la loma del Chullo y aunque la cota en que se inicia está en los 2.250 metros, los ira perdiendo progresivamente en su avance por el “Cordel de los Verederos”. Sendero durante la primera hora, cortafuegos y carril en tramos sucesivos.

Cuando el caminar se hace ya exclusivamente por carril se reincorpora por la derecha el Sulayr (etapa 14-15) ya que por estos lares (Toril), finaliza una y comienza la otra. A partir de este momento los dos senderos comparten recorrido y señalización. Hoy no los seguiré hasta su paso junto a las instalaciones del puerto, porque un kilómetro antes atraviesan perpendicularmente unas rodadas que se dirigen directamente, monte abajo, hasta mi destino; son las mismas por las que inicié la subida esta mañana y por ellas lo abandono.  




Recordatorio: en nuestras salidas al campo sólo debemos dejar nuestras pisadas, todo lo demás: impresiones, fotos y residuos (orgánicos e inorgánicos), deben regresar con nosotros.

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