miércoles, 9 de diciembre de 2015

Tajos Nevero, Elorrieta y Pico Tajo de los Machos (Sierra Nevada - Granada)



Posiciones - Tajos del Tesoro - Tajos del Nevero -Tajo de Lagunillos - Pico Tajo de los Machos (Sierra Nevada - Granada).

Desde Loma Púa estudio el camino a recorrer: tengo que alcanzar el pico que aparece al fondo (arriba, izquierda).

Bajo los tajos nacen los arroyos dando vida donde no parece posible.

La vegetación, muy especializada, aprovecha cualquier oportunidad para emerger.

En las pequeñas vaguadas se forman encharcamientos y borreguiles.

La vida de estas pequeñas charcas dependen de la abundancia en nieve del año, aunque no es raro que consigan aguantar hasta entrado el otoño.

Enseguida de nuevo los canchales duros y áridos.

Y los tajos que muestran continuidad prácticamente durante todo el recorrido.

A medio camino con mi objetivo final en el horizonte.


En los lugares más inesperados las verdes cintas de vida atraviesan las lomas.

Arriba el tajo, al pie las rocas desechas por la periglaciación se van acumulando formando un talud. 


Y siempre al pie de los duros tajos el agua aparece vivifando el terreno.

Hasta formar pequeños arroyos. Estoy en la cabecera del río Toril con sus múltiples inicios.

Las franjas verdes apenas alcanzan unos metros de ancho, para desaparecer después bruscamente.

Desde lejos difícilmente se pueden adivinar que surquen arroyos por estos lares.

La cara sureste del Pico Elorrieta, coronando el majestuoso tajo el avejentado albergue (mancha blanca).

Esta cubeta alberga durante la primavera una pequeña y efímera laguna: El Laguno.


Una de las plantas más emblemáticas de esta sierra: la Siempreviva.

Resguardadas entre las rocas para soportar aire e insolación, exquisiteces botánicas.

Una vez alcanzadas de nuevo las alturas, basta con seguir por la cresta

Al fondo la inconfundible silueta del Pico del Veleta, segunda cumbre de esta sierra.

Volviendo la vista atrás, buena parte del recorrido hecho hasta ahora. El Veleta a la izquierda y el Mulhacén a la derecha.

En mi recorrido iba "levantando" ejemplares por doquier.

Encaramada en las cimas y recortada contra el cielo: posición típica de estas cabras.

Desde el refugio vista de la Laguna Lanjarón.

Vista parcial exterior del refugio Elorrieta.

Una de las salas interiores del refugio en que se conserva parte de la solería original.

Ventanas de la fachada este del refugio Elorrieta

Lagunillo alto de la Virgen


Fecha: 22-7-2015                                                   Posiciones                           8’30h.  (3.000 m.)
M.I.D.E.:2,3,3,3.                                              Tajos Nevero                   9’00h.  (2.800 m.)   Duración: 7’30h (Circular)                                   El Laguno                          10’00h. (2.778 m.)
Desnivel en subida: 700 metros                            Pico Tajo de los Machos        12’00h. (3.085 m.)
Rangos de temperatura: de 14ºC a 25’5ºC          Refugio Elorrieta                 13’30h. (3.195 m.)
                                                                                Hoya de la Mora                       16’00h. (2.500 m.)
 

Creo haber contado sobre plano en Sierra Nevada una cincuentena larga de picos que alcanzan o sobrepasan los “tres mil”, esa cifra mágica para nuestra sierra. Lo que ocurre es que al contrario que con los más famosos y por ende más visitados, la mayoría apenas si reciben visitas, por quedar fuera de los recorridos tradicionales o por simple desconocimiento.

Por paliar, al menos en parte, tanta orfandad, hoy he decidido no sólo coronar uno de ellos, sino recorrer toda una larga crestería que alcanza o sobrepasa la cota de los 3000 metros y muy poco o nada visitada, al menos yo nunca me he cruzado con nadie por ella.

La cuenca alta del río Lanjarón se inicia en el aliviadero de la Laguna del mismo nombre; está ubicada en la cota 2.980 metros, ocupando una cubeta cerrada por el norte y delimitada a ambos lados por potentes laderas, obligando al río a dirigirse hacia el sur escoltado a ambos lados por sendas y altas sucesión de crestas que alcanzan todas ellas la cota referida. Las ubicadas en el margen derecho del río son bastante conocidas ya que forman parte de uno de los itinerarios de acceso hacia el pico del Caballo a la vez que son recorrido habitual en las “travesías” y en las mal llamadas “integrales”.

Los que delimitan este cauce por la izquierda, apenas si se tienen en cuenta para estos recorridos, aunque permitirían la terminación de las rutas en el pueblo de Cañar. En las tres o cuatro ocasiones en que las he "cabalgado" no he coincidido con nadie.

Esta sucesión de crestas, alomadas –aunque con fuertes pendientes hacia el río-, presentan en su cara sur-sureste potentes tajos de hasta 400 metros. En mi desplazamiento de hoy voy a caminar –en la ida- junto a las bases de esta sucesión de imponentes tajos: Tajos del Tesoro, Tajo de los Neveros, Tajo de Lagunillos y Tajos de los Machos, para acabar remontando y regresar por la cresta: Cerrillo Redondo (3.055 m) enfrentado y gemelo al Caballo, Pico Tajo de los Machos (3.085 m), para finalizar en el Elorrieta (3.185 m).

Como preveo un día duro, no por distancia ni por desnivel, pero sí por el terreno que voy a pisar, sin sendero durante toda la ida y buena parte de la vuelta. Ayudado en su endurecimiento el recorrido que he programado por tener que atravesar lomas de fuerte desnivel ya que me obliga a mantener una tensión adicional al no contar con apoyo horizontal para el pie, por todo ello, decido usar el microbús que me "aupa" hasta la cota 3.000 en “Las Posiciones”.

A partir de él, unos escasos minutos por la carretera que me sirven para entonarme hasta alcanzar el refugio de La Carihuela (3.205 m). Todavía sigo la carretera, ya en bajada unos centenares de metros hasta soslayar el Puntal de Loma Púa. Aquí abandono el camino cómodo y atravesando Loma Púa me dirijo decididamente hacia el sur.

Hay que descender bruscamente ya que los potentes tajos no permiten el tránsito por esta cota. Voy a buscar de forma insistente caminar por la base de los mismos, una sucesión de cortados que aunque reciben distintos nombres no dejan de presentar una continuidad física inapelable.

Durante este recorrido atravieso diferentes arroyos que nacen a los pies de las paredes rocosas, para tras colorear pequeños espacios con un verde intenso, descender bruscamente, buscando zonas más bajas donde confluyen y forman el río Toril. Estoy atravesando la amplia cabecera de este río. A medio camino alcanzo el emplazamiento de “El Laguno”, a los pies del Pico Elorrieta, ocupando una cubeta totalmente colmatada (400 metros por debajo del refugio). Un numeroso rebaño ocupa hoy toda la depresión.

Mi mirada escudriña lejos, arriba y al sur. Como no hay senderos voy diseñando el recorrido como mi experiencia e intuición me aconsejan. Acabada la cabecera del río Toril, tengo que ascender buscando alcanzar el objetivo final que me he fijado para la jornada: Pico Tajo de los Machos (3.085 metros) y penúltimo tres mil de esta larga crestería. 

Tras la dura y árida ascensión (ya no quedan ventisqueros y el terreno es casi en su totalidad pedregoso), alcanzo la cima; arriba el caminar se hace más fácil: basta seguir la línea de crestas, aunque este caminar por arriba no me evite ligeras bajadas y ascensiones hasta llegar a la vertical de la Laguna Lanjarón, donde de nuevo tengo que remontar un centenar de metros hasta alcanzar el Refugio Elorrieta (últimamente tan presente en muchos medios de comunicación granadinos por el empeño de algunos en conseguir su recuperación. Loable y espero que fructífero empeño al que he sumado mi modesta aportación en diferentes entradas).

Aquí me demoro durante casi media hora para descansar y comer a la sombra de una de sus deterioradas estancias. Ojalá prospere la iniciativa que un grupo de emprendedores han hecho suya, instando tanto al Parque Nacional, Concejalía de Medio Ambiente como a otras instituciones interesadas (o con intereses) en la recuperación de este refugio emblemático de nuestra sierra: “enorme” y totalmente equipado en su día, totalmente desmantelado y ruinoso en la actualidad.

Sólo me resta descender hasta el Embalse de las Yeguas, bordear el complejo de Borreguiles para una vez alcanzada la carretera que asciende hasta el Pico Veleta y recortando sus muchas curvas (yo en bajada), llegar hasta el Hostal Universitario de San Francisco, a cuyas puertas dejé el coche esta mañana.


Recordatorio: en nuestras salidas al campo sólo debemos dejar nuestras pisadas, todo lo demás: impresiones, fotos y residuos (orgánicos e inorgánicos), deben regresar con nosotros.

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