Voy a tratar de contar mis experiencias en las salidas por las sierras y las calles de Andalucía. Recorridos, impresiones, cansancios.
sábado, 5 de diciembre de 2015
Monachil - Cerro de la Encina o "Los Olivares" (Granada)
Estas fechas son propias para las quemas de rastrojos.
Río Monachil a su paso por la población.
Junto al Ayuntamiento este pequeño espacio verde.
El margen derecho de Monachil se ve muy limitado para crecer.
El recorrido hasta el yacimiento, paralelo al río.
Junto a una acequia (La Estrella) que embellece el paisaje.
Las zonas de cultivo quedan por debajo del recorrido del sendero.
Ascendiendo hacia el asentamiento argárico.
Me comentan que aquí hubo hasta una veintena de grandes cerezos bordeando el acceso.
Primer avistamiento de las ruinas.
El poblado en las lomas, las zonas de cultivo junto al río.
Muro perimetral del bastión.
Nuestro guía verificando que las lonas siguen en su sitio.
Excelentes vistas hacia las vegas, la de Monachil y la más lejana granadina.
Partes protegidas pendientes de mayor estudio y consolidación.
Recios muros de piedras cerraban el bastión.
Con el tiempo se levantaron otros muros periféricos.
El acceso natural a la zona fortificada.
El grupo de visitantes.
Esto era sólo el centro. Las viviendas ocupaban las colinas y alturas colindantes.
Los muros se fortalecían con gruesos troncos clavados en el suelo.
Puerta sur del bastión.
Molino argárico y piedra donde se arrodillaban para la molienda.
Acceso escalonado pendiente de consolidar.
En un nivel inferior otras excavaciones protegidas a la espera de futuros trabajos.
Esta otra zona se utiliza para los máster de cursos superiores.
De regreso volvemos a disfrutar de la compañía del agua.
Recoleta área de descanso aprovechando la umbría del barranquillo.
Algunas de las piedras utilizadas podrían pertenecer a alguna de las tumbas.
Una construcción abandonada por el hombre, recuperada por la naturaleza.
Los álamos negros hacen de pared para la acequia.
De nuevo en el casco urbano. Ha finalizado la visita.
CERRO DE LA ENCINA O “LOS OLIVARES”.
(Monachil – Granada)
Granada 6 de noviembre de 2015
Está
Monachil pueblo, asentado en las faldas de Sierra Nevada, ocupando un amplio y
feraz valle con salida natural hacia Granada y su vega y atravesado a su vez, de este a oeste, por el río del mismo nombre, que fecunda sus tierras.
Dentro
de su amplio término municipal (sobrepasa los 90 kilómetros cuadrados y alineado
al igual que el recorrido del río), se encuentra una de las cumbres señeras de
la sierra (pico Veleta con sus 3.394 metros de altura) terminando en la zona
más baja de la vega (740 metros).
Una
de las tres zonas habitadas en que está dividido, Monachil pueblo, se acuna en
terrazas elaboradas a ambos lados del cauce del río. La falta de terreno
provocó que los nuevos asentamientos buscaran terrenos más bajos por lo que se
desplazó hacia el oeste, mejor comunicado, dando nacimiento al Barrio de
Monachil, el más populoso actualmente.
Por
último un tercer núcleo poblacional se desarrolló en cotas mucho más altas (a
partir de la cota 2.000), englobando el inicio de los remontes mecánicos de la
estación invernal de Pradollano. Aquí han ido asentándose tanto viviendas
residenciales como infraestructuras hoteleras y comerciales, además de las
instalaciones deportivas y remontes.
Pero
la visita de hoy está motivada por la existencia de un yacimiento arqueológico
“Cerro de la Encina” (1.300 a.C. –cultura del Argar-), a escasos 800 metros del
casco urbano, siendo el asentamiento más occidental de toda Andalucía. El
yacimiento ocupa una colina escarpada que alcanza los 780 metros en el margen
derecho del río Monachil. Al igual que en otros asentamientos coetáneos estaba
protegido por una gruesa muralla y los correspondientes bastiones construidos
en piedra, dejando los tapiales y muros de adobe para las viviendas,
mayoritariamente de planta cuadrada o rectangular aunque aparece alguna
excepción con planta absidal.
Acudimos
a la visita tras la invitación del concejal de Cultura D. Francisco Álvarez
haciendo de guía el profesor D. Gabriel Martínez (profesor de la universidad de
Granada y arqueólogo) y la compañía de su alcalde D. José Morales Morales. Tras
un precioso recorrido superior y paralelo al del río (margen derecha) y junto
al trazado de una acequia (acequia la Estrella), llegamos al emplazamiento
de las primeras excavaciones, donde el profesor comienza sus explicaciones.
Las
excavaciones permiten afirmar la existencia de distintas clases sociales, ya
que las sepulturas más ricas (con mayor ajuar) ocupaban los espacios más altos,
siendo los individuos encontrados en ellas de menor musculatura a la vez que
presentaban menores procesos degenerativos.
Nos
hace un breve relato de las épocas en que se ha investigado el yacimiento: año 1920
en que se aparatan las laderas del río apareciendo los primeros restos y con ellos los
saqueos. Año 1922 en el que se publica el primer artículo científico sobre el
yacimiento. Año 1953 Congreso Arqueológico de Campo en Granada.
Años
1968 al 1972 campaña de excavaciones a cargo de la Universidad de Granada; se
publica una memoria hablando del Bastión. Campañas en los años 1977 al 1983, D.
Fernando Molina retoma las excavaciones. Periodo 2003-2005 en que la Junta de
Andalucía (ya competente) puso en valor el yacimiento pero la profunda crisis
económica paró el proyecto. Periodo 2010-2015 en que se inicia un programa por parte de la Universidad de Granada (master),
para enseñar las técnicas de excavación a los estudiantes con una duración de
un mes al año.
Nos
sitúa topológicamente el yacimiento: río Monachil al oeste; flancos sur y este
protegidos por una ladera cortada que resguarda el asentamiento de forma
natural, delimitando un área rectangular tendiendo direccionalmente hacia
Sierra Nevada (quizás utilizada como zona de pastoreo en los estíos), donde se
han encontrado restos pertenecientes a las edades del Bronce. La cabaña equina es muy importante en este asentamiento, siendo el que mayor porcentaje de huesos de estos animales aporta entre todos los yacimientos de Europa.
En
su utilización nos habla el profesor de que ya a finales de 2.500 a.C se datan
restos de cerámica calcolítica. Se abandona alrededor del año 1.300 a.C.,
coincidiendo con grandes cambios en toda Europa, volviéndose a ocupar de forma
parcial durante una corta época, esta segunda ocupación nunca tuvo la misma
trascendencia que la primera. Posteriormente se localiza y data una tumba
excavada en el siglo V a.C. en zonas más bajas de la ladera junto a la acequia.
Hablamos pues del Calcolítico, Bronce primer nivel e Íberos con escasos restos.
Hace
notar el hallazgo de un enterramiento -zona alta, junto a la muralla del bastión y casi bajo las raíces de una antigua encina-, donde se localizaron los restos de un niño de unos
7 años con un importante ajuar (cuchillo con remaches de plata, pulsera de tres vueltas de oro), lo que hace pensar a los expertos que alrededor del año 1.900
a.C -fecha en que se data-, aparece en
estas comunidades el concepto de “herencia”, ya que no se había descrito nada
parecido anteriormente.
El
profesor Grabriel Martínez aprovecha la visita para lanzar un doble órdago a
los representantes municipales asistentes. Propuso un acto conmemorativo para
el 2018 celebrando el cincuentenario de la incorporación de la Universidad de
Granada a las excavaciones. El segundo sería en el año 2020 con la celebración
de un congreso para conmemorar el centenario de la primera actuación en el
Cerro de la Encina. ¿Lo recogerá la municipalidad de Monachil?.
Si
así fuera, sin duda se aprovecharía la ocasión para tras algunas actuaciones
(arreglo y vallado de algún tramo del sendero, instalación de carteles
informativos, etc.) dar a conocer el yacimiento y aumentar con un atractivo
cultural de primer orden la ya de por sí atractiva visita a Monachil.
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