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Área recreativa "Las Tablas". |
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Alguna de las infraestructuras acuíferas del área. |
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Hoy los bancos y mesas tenían un dosel de hojas. |
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Ha coincidido nuestra visita con la maduración de los serbales, aportando su roja nota de color. |
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Aunque aun se ven tuberías esparcidas por la zona, están rotas e inservibles. |
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La carretera de acceso tanto al área como a la aldea, tan bella como el entorno. |
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La colorida vegetación que ocupa el área se hace notar desde la lejanía. |
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Uno de los problemas serios y extensos de los pinares: la procesionaria. |
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Aldea de "Las Tablas" y pinos muertos en primer plano. |
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El edificio mejor conservado de la aldea y antigua escuela. Se ha trabajado en él. |
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El resto de la aldea está todo ruinoso. |
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Apenas se puede andar por lo que fueron sus calles llenas de piedras caídas. |
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Arroyo Moras. |
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Acueducto que servía al molino. |
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Los ruinas del molino harinero y el acueducto mejor conservado. |
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Los tres arcos del acueducto y una de las paredes laterales de la construcción harinera. |
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En la parte alta de la aldea del Tesorero se está restaurando esta pequeña construcción. |
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Por encima de la construcción en la que se trabaja una hermosa era adecentada también. |
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Por debajo todo ruinas, aunque se pueden apreciar los recursos constructivos utilizados aun. |
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Imagen engañosa ya que es sólo apariencia de permanencia. |
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Junto a la entrada de esta casa hasta dos construcciones anejas en distintos niveles. |
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El abancalamiento de las laderas es una de las notas distintivas. |
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Uno de los grupos de casas visitados ubicado río abajo del núcleo principal. |
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Lo que presumo fue calle principal de la aldea del Tesorero. |
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En alguna de las construcciones aun queda algún detalle ornamental. |
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Ya de regreso nos paramos junto a un alambique y su estanque. |
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La caldera del alambique que seguramente se usó para la destilación de esencias de plantas aromáticas. |
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Una vista de la aldea "Juntas de Gor" por la que pasamos buscando la autovía. |
Sierra de Baza IX: Aldea de Tablas, Molino harinero y Tesorero
Fecha: 3-11-2014
De
nuevo hemos decidido visitar la Sierra de Baza. Cada vez que me introduzco en
ella descubro rincones nuevos, rincones atractivos, lo que me anima a volver a
pesar de los muchos kilómetros que estas visitas me obligan a recorrer
previamente.
Tras
acercarnos hasta Baza por la autovía, la abandonamos por la salida que anuncia
Caniles. Es la carretera que recorre la comarca del mármol, un enlace entre
Baza, Macael y Cantoria ya en Almería. A la altura de Caniles, sin entrar en
él, buscamos la carretera GR-8101 que une esta población con Escullar (perteneciente a la
provincia de Almería).
Esta
carretera local, asfaltada, estrecha y con muchas curvas asciende hasta la cota
1800 en que está el límite entre provincias y muy poco antes de entrar en
territorio almeriense (kilómetro 23’200) tomo un carril terrero a la izquierda
que nos va a llevar primero, hasta el área recreativa de Las Tablas y
posteriormente a la propia aldea y a los restos de un molino junto al arroyo
Moras.
Antes
de recorrer la aldea decidimos (me acompaña mi hijo Carlos, gran curioso de
esta Sierra de Baza también), deambular por las distintas terrazas sobre la que
se asienta el área recreativa. A pie de carretera aparece el panel informativo
y un mapa de uso público de la zona. Por debajo las distintas infraestructuras
del área: varias albercas, mesas con bancos adosados, lavaderos fuera de
servicio y un edificio donde, en su día, hubo duchas, lavabos y retretes, hoy
todo abandonado e inhabilitado.
Nos
descolgamos por las distintas parcelas abancaladas sembradas de álamos y que en
su día fueron las tierras de cultivo pertenecientes a la aldea. No sólo aportan
su color los álamos, también colaboran algunos nogales, cerezos y abundantes
ejemplares de servales cargados de fruto, todos ellos hacen de esta área una de
las más atractivas de la Sierra. De estos terrenos sacaban las familias
residentes casi todo lo que necesitaban para subsistir. Todavía se pueden
apreciar el trazado de las acequias que repartían el agua por los distintos
niveles cultivados. Una vez ubicados en el terreno nos dirigimos hacia la
aldea.
Área Recreativa y Aldea las Tablas. (9h.
– 10’30h.)
Se
encuentra ésta justo por encima del trazado actual de la pista, apenas unos
metros de desnivel entre el carril y las primeras paredes. Resalta, por ser muy
llamativo entre las ruinas, una construcción que se conserva muy bien. Aparte
de su construcción más reciente, se aprecian algunos trabajos de mantenimiento.
Fue la escuela del poblado hasta su abandono total; posteriormente fue usada
por los pastores como refugio o lugar de pernocta. Actualmente está cerrada.
Muy
próxima al área se emplaza la aldea que nos hemos propuesto visitar hoy, ambas
junto al arroyo Moras. Encaramada en la parte alta de esta sierra (1.670
metros), rodeada de bosques de encinas, junto a aznachos (pinos rodenos,
generalmente achaparrados) y rascaviejas con sotobosque de majoletos, rosales
silvestres, alguna hiedra y las zonas ribereñas pobladas de álamos, serbales y
cerezos silvestres que aportan su panoplia cromática. Este es el enclave en que
nos encontramos.
Actualmente
totalmente deshabitada, ya que sólo recibe la visita de los pastores que se
cobijan en alguna de las dependencias, en su día fue una de las mayores aldeas
de ésta sierra de Baza. En sus inmediaciones numerosos terrenos abancalados
donde se mimaba la agricultura de huerta para sustento de sus habitantes.
Poblada
intensamente hasta la década de los 60 del pasado siglo, apareciendo
registrados a primeros del siglo XX hasta 48 propietarios que se repartían
entre las labores de agricultura y ganadería: 2/3 y 1/3, respectivamente, por
lo que se puede asegurar que llegó a sustentar una población cercana a las 300
personas.
De
arquitectura “caótica” debido a la costumbre de ir adosando construcciones
nuevas compartiendo (apoyadas) en paredes viejas conforme los hijos iban
creciendo y demandaban nuevos espacios para cobijar las nacientes familias. En
los años 30 (siempre del pasado siglo) contó con un edificio dedicado a escuela
y una población infantil de 20 niños, escuela que permaneció activa hasta los
años 60. Este edificio es el único que permanece entero y se mantiene
–aparentemente- en condiciones habitables.
Molino harinero.
(10’30h. – 11’30h.)
Un
centenar de metros, arroyo abajo (basta con seguir la carretera), se localiza
un molino harinero datado de mediados del siglo XVIII y junto a él un acueducto
que llevaba el agua hasta el cubo del molino. Se alude a una referencia
escritural del año 1942 en que se afirma: “Molino
harinero movido por agua con su artefacto y útiles para una sola piedra, con
dos habitaciones por bajo, del que se ignora la superficie que ocupa, situado
en el Peñón del Gallo del término municipal de Baza, todo ello es estado ruinoso”.
Hoy
hemos recorrido todo el trazado de la acequia, que acercaba el agua desde el
arroyo Moras hasta el cubo del molino, en sentido inverso. Nos ha llamado la
atención la solución adoptada, haciendo que la acequia ensanchada
artificialmente en su último centenar de metros, quedara convertida en
larguísima balsa, capacitándola para acumular muchos metros cúbicos de agua.
Esta ingeniosa solución paliaría seguramente la escasez de caudal veraniego
permitiendo que siguiera funcionando el molino por horas o bien la acumulación
nocturna permitía el trabajo diurno.
Llama
poderosamente la atención y por ello merece la pena detenerse en el lugar, el
pequeño acueducto –sólo tres arcos- con que salva el desfase de altura entre el
final de la acequia “abalsada” y la construcción molinera. Acueducto que se
conserva en muy buen estado, no así el resto de la construcción que presenta un
estado total de ruina. A los pies del cubo las distintas piedras, alguna rota,
otras semi-perdidas entre la maleza junto a lo que fue la salida del agua del
molino en su reincorporación al arroyo.
Documentación consultada: Proyecto Sierra
de Baza.
Aldea del Tesorero y anejos.
(12h.-14h.)
Aprovechamos
la relativa cercanía entre las aldeas de Tablas y Tesorero, para acercarnos de
nuevo al segundo. Ya estuvimos visitándolo hace un par de años, pero el
grisáceo día, la amenaza de lluvia y la falta de tiempo nos dejó una cierta
insatisfacción. Hoy hemos aprovechado para resarcirnos ampliamente.
Como
ya hablé de él en su día, hoy me limitaré a decir que hemos apreciado un claro
deterioro en todas las estructuras del poblado con respecto a la anterior
estancia, algo previsible por otro lado ya que no se está haciendo ninguna
actuación en contra. Dadas las características de las construcciones y los
materiales usados, el cuidado periódico es imprescindible para su mantenimiento
y no es el caso.
Remito
a la entrada: Sierra de Baza VI: El
Tesorero (12 de diciembre de 2012).
Sólo
añadir que hoy hemos visitado al menos dos grupos de casas algo retiradas del
núcleo principal del Tesorero ubicadas en la misma ladera que éste pero unos
centenares de metros río abajo y que en la anterior visita obviamos por falta
de tiempo. El estado de conservación es parejo, el estilo constructivo similar
y los materiales empleados son los mismos: piedra local para las paredes y
pilares, amplias y delgadas lascas para los tejados soportadas por gruesos
troncos.
De
nuevo hemos optado por variar el regreso aprovechando para atravesar toda la
sierra usando una de las pistas, haciendo coincidir el primer tramo con el
conocido de hace unas semanas y apreciar uno nuevo que une el Collado de los
Tejos con la población de las Juntas de Gor.
En nuestra travesía por el Parque hemos apreciado grandes extensiones de pinos que están sufriendo los ataques simultáneos de la sequía, la procesionaria, el muérdago y la presión de los hervíboros, tanto domésticos como salvajes, por lo que muestran colores marrones en lugar del verde típico. Hay muchos ejemplares ya secos y muchos otros que posiblemente no aguantes otra temporada.
Regino Zamora (Universidad de Granada) menciona tres claves para frenar el gran deterioro: favorecer la heterogeneidad ambiental de los pinares, incrementar la proporción de árboles y matorrales caducifolios y ayudar al "control biológico" que ejercen las aves insectívoras y los parásitos que se alimentan de las larvas de la procesionaria. Otra recomendación que aportan los expertos sería aclarar los pinares más densos ya que "no hay agua para todos" y por otro lado las plagas se propagan con mas facilidad cuando la densidad de árboles es alta.
Recordatorio:
en nuestras salidas al campo sólo debemos dejar nuestras pisadas, todo lo
demás: impresiones, fotos y residuos (orgánicos e inorgánicos), deben regresar
con nosotros.
un auténtico delicioso reto pasear la vista por este blog. ¡tanto y tan bello lo que muestra!
ResponderEliminarmi saludo más cordial