Intentando captar la mejor cara del embalse de Las Yeguas.
Fecha: 27-08-2014 Albergue
Universitario 8’00h.
M.I.D.E.:2,2,3,4. Posiciones 8’30h
Duración: 7h30’ Lineal Collado
Loma Pelá 10’10h
Desnivel en subida: 950 metros Mulhacén 11’15-11’30h
Rangos de temperatura: de 15ºC a los 23ºC Refugio Loma Pelá 12’40-13’00h
Albergue Universitario 16’00h
Este
año me he adelantado en la subida al Mulhacén, que se ha convertido en ”cuasi”
hábito ya. En anteriores ocasiones la había postergado hasta mediados e incluso finales de otoño,
pero éste, asaltado por las dudas de seguir con la actividad montañera semanal o
irla espaciando, me he decidido a realizarla ya, por si acaso.
Hace
un par de temporadas comentaba que cada año la subida me iba costando un poco más en
fatiga y tiempo, este año no ha sido una excepción y consciente de ello he
decidido aprovechar el microbús para ascender hasta las Posiciones, permutando una
hora y media de andar por media de paseo y ahorrarme de camino medio kilómetro
vertical.
Por
ser miércoles y a primera hora había plazas de sobra, algo que no ocurre
durante los fines de semana. Así que si alguno os animáis reservar con la
máxima antelación posible (958480122), si de subir en sábado o domingo se trata. Me consta
que a veces no bastan ni cinco días de antelación. Plazas vais a conseguir pero
posiblemente no en el horario elegido.
Lo
primero que me ha llamado la atención ya en el coche camino de los albergues ha
sido, a pesar de ser noche cerrada todavía, el fuerte olor a quemado que he
percibido cuando iniciaba la subida pasado Cenes. El incendio del pasado fin de
semana, aunque no lo veía, me ha llegado nítido por su olor. Luego a la bajada
ya si he percibido claramente el desastre.
Alrededor de las ocho y media, junto con otra decena de animosos excursionistas, una
vez alcanzada Las Posiciones, rápidamente nos hemos repartido por la ladera del
Veleta. La mayoría ascendiendo por la carretera en busca del refugio de la
Carihuela con la intención de coronar la cima peninsular, alguno se ha
introducido en el Corral del Veleta y algún otro, algo más adelante se ha
decantado por subir a Los Machos, una vez sobrepasado el lagunillo. Los
distintos ritmos a los que caminamos, rápidamente nos han dispersado.
El
paso de los Guías o por ser insuficientemente conocido o por la pequeña diferencia en
tiempo que ahorra no anima a frecuentarlo, yo lo suelo hacer sistemáticamente a
la ida dejando para el regreso las curvas de carretera y los metros de
ascensión de más, sobre todo si quiero
ver las chorreras o el lagunillo.
Hoy
tanto a la ida como a la vuelta he usado el paso, por lo que me he adelantado
en el camino a mis ocasionales compañeros y sólo me he entretenido con algún caminante que desde el refugio
Poqueira ascendía buscando llegar al Veleta, aprovechando mi cruce para
solicitar alguna información desconocida o verificar la ya existente. A uno de
ellos me lo volveré a encontrar a la vuelta, momento que aprovechará para
indagar posibles recorridos para el día siguiente. Quiere aprovechar su
estancia en el refugio para hacer las
máximas visitas posibles.
Me
detengo en el Collado del Lobo para, aparcando la mochila y los bastones,
acercarme a la cornisa y disfrutar del espectáculo que a estas horas tempranas
ofrecen las caras nortes del Mulhacén y la Alcazaba. A mis pies toda la
cabecera del Valdeinfierno con lagunillos incluidos. A mi izquierda la cara
este de los Machos con su dura presencia de piedras cuarteadas que parece
imposible que sigan manteniendo el equilibrio en lugar de desplomarse cual
arquitectura infantil.
Enseguida
atravieso “la puerta”, tremendo bocado que le hicieron a la unión entre los Crestones
y los Raspones para pasar la pista. Aquí la carretera inicia una suave pérdida
de altura a la vez que se acerca hasta el grupo de lagunas de Rio Seco. Con
dificultad las cuatro mantenían agua aunque una de ellas sin mucha
esperanza de continuidad. La denominada "Baja" no se avistará hasta avanzados unos
centenares de metros ya que queda oculta desde esta posición.
Tengo
que decidir si continuar por la carretera y bordear toda Loma Pelá o
atravesarla para remontar hasta el collado, desde donde se abarca visualmente el majestuoso
circo glacial con la laguna Caldera ocupando su fondo. Opto por la segunda. El
sendero muy marcado en esta época del año y sin restos
níveos lo rodea por el norte, trazando un amplio semicírculo, siempre en descenso, se dirige hacia el refugio, pequeña construcción al pie del Mulhacén.
Antes
de llegar al refugio e intentando mantener la máxima cota posible camino por la
falda del Puntal de la Caldera (un tres mil ignorado por mi habitualmente y que
tengo que corregir), para acercarme hasta el Collado del Ciervo, ya iniciada la loma del Mulhacén, donde se inicia
la bajada a la Laguna de la Mosca (yo prefiero la denominación “del Mulhacén”
mucho más adecuado por ubicación geográfica y bastante más bonita). Buen lugar
también para asomarse al inicio del paso del tajo y apreciar unidas la grandiosidad
y la verticalidad de estas caras nortes de los grandes.
He
decidido seguir la ascensión por la misma arista del tajo, obviando el sendero
que discurre surcando la loma algo más interior y que es la subida habitual.
Apenas se dibuja a ratos un ridículo senderillo que desaparece en zona de rocas,
tampoco hace falta, basta con seguir pegado lo máximo posible al tajo. El
acceso es bastante más incómodo que el interior y no aconsejable en días de viento, pero a cambio se disfruta de
las vistas permanentes hacia la laguna y todo el curso alto del río
Valdecasillas, visión que se dilata hasta la junta de los ríos.
Una
vez arriba, hoy casi en soledad, rememorar sensaciones ya sentidas aunque con
matices diferentes, no en vano yo no soy el mismo que otros años ni la
ascensión ha sido igual a otras. Me entretengo en localizar un par de chabolas,
aun en pie, que me traen recuerdos juveniles de frías y largúisimas noches insomnes a la
espera de amaneceres gloriosos.
Para
el regreso me he propuesto acercarme a los tres refugios que en el transcurso de
poco más de una hora voy a visitar. El primero a los pies del propio Mulhacén
y junto a la laguna de la Caldera tiene una capacidad de 20 personas máximo.
Hoy está limpio pero detrás de la puerta se acumula en una gran bolsa los
residuos de muchas visitas y días. Sigo sin entender el porqué de dejar la
basura casi a tres mil metros y no bajarla con nosotros. Compartir espacio con
un montón de basura mientras se pernocta no me parece lo más saludable.
El
segundo, allí donde la carretera corta Loma Pelá, es una pequeña construcción con cabida
apenas para ocho personas. Me lo he encontrado limpio en el interior, no así su
exterior en el que se hacen todo tipo de necesidades y sin alejarse mucho. La
puerta tiene un par de bisagras descolgadas por lo que hay que mimar la
apertura y el cierre si se quiere que siga cumpliendo su función. Su cercanía
al anterior y su falta de visibilidad no ayudan a que sea muy frecuentado.
El
tercero, La Carihuela, ocupa una privilegiada encrucijada de senderos, por altura y ubicación
creo que es el más solicitado de los tres. En la propia loma y a los pies del Veleta se utiliza tanto para pernoctar como para descansar o comer. Al igual que
el de la Caldera, acumula cierta cantidad de basura junto a la puerta en su
interior. Desde su entrada se abarcan amplias panorámicas de las cumbres
interiores, estamos contemplando el corazón de Sierra Nevada.
Dos de ellos, como podréis apreciar por las fotos tienen el mismo diseño, con una techumbre en semicírculo para facilitar la caída de la nieve que se va acumulando en su techumbre y con un poyato en su entrada que sirve a la vez de protección para la nieve como de asiento. El otro, bastante más pequeño, es de estructura rectangular y con la techumbre típica de las construcciones alpujarreñas: el terrao. Presenta también un largo escalón que ocupa toda su fachada.
La
bajada decido hacerla por los Lagunillos de la Virgen. En mis regresos raramente
me entretengo en Las Yeguas. Hoy decido hacerle algunas fotos al embalse,
intentando captar su cara buena, conseguir esa imagen en que no se vean los diques que le
construyeron intentando aumentar sus reservas para aprovechamiento del complejo
de Borreguiles y que tan poco rendimiento aportaron. Sigue desaguando por filtración un
centenar de metros por debajo del dique oeste, pero eso sí, con las obras mataron los
amplios borreguiles que en esta laguna eran formidables.
Sólo
me resta seguir descendiendo en busca del Albergue Universitario, junto al que dejé aparcado el vehículo antes de coger el microbús al iniciar la
excursión, pero eso fue hace un montón de horas, de pasos, sensaciones y experiencias.
Leyenda del Mulhacén.
Cuenta la leyenda que el rey Mulay Hasan, padre de Boabdil, se enamoró de una cristiana capturada en una de las refriegas con los cristianos. Enseguida quedó enamorado de ella nombrándola favorita con el nombre de Zoraya -lucero del alba-, lo que relegó a la Sultana Aixa, madre de Boabdil a un segundo plano. Ésta no conforme, intentó levantar voluntades contra Mulay para que gobernara su hijo Granada. La avanzada edad del monarca junto al abandono de las tareas palaciegas ayudó a que fuera destronado por su hijo, refugiándose en el castillo de Mondújar.
Vivía el monarca encerrado en una de las torres del castillo admirando permanentemente las cumbres de Xolair y escuchando historias sobre ella. Consciente de su cercana muerte manifestó su deseo de ser enterrado en el pico más alto de la sierra, lejos de los hombres y con la única compañía del estrellado cielo. Al morir, se dice que Zoraya, cumpliendo su deseo, le dio sepultura en lo mas alto de la sierra, entre las eternas nieves y rodeado por el silencio.
Desde entonces el pico más alto de la península lleva el nombre del rey nazarí que eligió perder un reino a cambio de un amor. A lo largo de los años se han hecho innumerables búsquedas de la tumba del rey en las altas cumbres de Sierra Nevada y de los supuestos tesoros enterrados junto a él, sin éxito hasta el momento.
Recordatorio:
en nuestras salidas al campo sólo debemos dejar nuestras pisadas, todo lo
demás: impresiones, fotos y residuos (orgánicos e inorgánicos), deben regresar
con nosotros.
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Veo que has adelantado dos meses este año tu ida al Mulhacén. ¡Más joven cada año!. Está mejorada esta excursión con respecto a la del año pasado por el azul de la primera foto y por el tamaño de las letras en las que describes el itinerario. ¡Cada vez mejor! Saludos cordiales: Juan Mateo
ResponderEliminarGracias por dedicar algo de tu tiempo libre en leer mi blog.
ResponderEliminarSaludos,
Las crónicas visuales que nos ofreces me parecen de cine. Tengo que confesarte que por dos veces he hollado esos parajes en el coche, cuando todavía se permitía: una desde el Veleta a Capileira y otra desde Capileira al Veleta. Los parajes los conozco por tanto pero seguro que los disfruté menos que tú. Pero es que las crónicas e parecen todo un alarde de disciplina y de precisión. Un abrazo, amigo
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