Refugio Elorrieta que ocupa la cima del monte de su mismo nombre (3.185 m).
Fecha:10 -09-2014 Posiciones 8’30h.
M.I.D.E.:2,3,3,4. Elorrieta 10’15h
Duración: 8h15’ Circular (28
km.) Cerro del Caballo 12’00h
Desnivel en subida: 1.100 metros Laguna y refugio
Caballo 12’15-12’45h
Rangos de temperatura: de 7ºC a los 20ºC Laguna Lanjarón 14’30h
Albergue
Universitario 16’45h
Una
de las excursiones más clásicas por Sierra Nevada es aquella que nos acerca al
extremo sur de los tres miles: el Cerro del Caballo (3.015 m.). A partir de
este “cerro” la cota cae en picado en dirección a Nigüelas, por un lado o a
Lanjarón por el otro, para al llegar a los pueblos haber perdido más de dos mil
metros.
Es
una caminata que se puede afrontar por dos itinerarios distintos. O bien se
hace por “verea cortá” que recorre la cuerda que se avista desde Granada, a
media altura, pero por su lado este, siguiendo un sendero muy marcado y que en
su día fue bastante más ancho que en la actualidad; o bien por las mismas
crestas, con lo que cambiamos mantener cota a cambio de la aridez y extrema desolación del terreno
que vamos a pisar.
A
mi me gusta transitar los dos recorridos, haciendo uno a la ida y el otro a la
vuelta, teniendo ambos como punto de partida el refugio Elorrieta. Hoy, además,
voy a hacer el acercamiento hasta el refugio por las crestas de los Tajos del Nevero
– cota 3.200 m.-, tramo que tengo muy olvidado ya que no lo recorro de forma asidua. Una vez alcanzado el refugio, la ida la voy a hacer por las crestas del Tozal del Cartujo y Tajos Altos –cotas 3.100 y 2.900 m. respectivamente-. El regreso lo haré por “Verea
Cortá” que aunque presenta algunos altibajos, siempre se mantiene por encima de
los 2.700 metros.
Hoy
vuelvo a aprovechar el microbús para ascender los primeros quinientos metros verticales a
la par que me ahorro una hora de marcha. Una vez abandonado el transporte cómodo, avanzo por la carretera para justo al llegar al refugio de La
Carihuela desviarme hacia Loma Púa. Hoy no la asciendo, pero la rodeo iniciando
el sendero que recorriendo la zona alta de los Tajos del Nevero me va a servir
para acceder, tras casi dos horas y escaso desgaste físico hasta el refugio
Elorrieta (3.185 m.). Recorrido que no recomiendo a personas que no lo conozcan mínimamente ya que es fácil perderlo por las zonas de rocas y una vez
perdido tiene difícil solución.
Me
desvío ascendiendo a uno de los picos en que, ya hace años divisé una
estructura pétrea que me llamó la atención. Con los prismáticos divisé una
canaladura con paredes perfectamente verticales que daban la impresión
de artificiales. Dada la ubicación no parecía que fuera la explicación más
razonable. Lo he ido dejando hasta que hoy, aprovechando que pasaba a su pie me
he acercado para verla de cerca. Siempre he sido bastante curioso.
No
me detengo al alcanzar el Refugio Elorrieta, en realidad lo dejo a mi izquierda y tras hacer una
pequeña bajada me dirijo a la línea de crestas que tengo al oeste. Me sirve de
referencia una gran calva en la cima del collado. Es un espacio rectangular
limpio de piedras que se quiso utilizar en su día como vivero aunque la
imaginación a veces quisiera adjudicarle otros usos: helipuerto, campo de
fútbol, inmenso vivac.
Aquí
la sucesión de hitos, a los que hay que ir atentos, van a ser los únicos indicadores para mantenerse en la senda por donde
acceder a las cimas del Tozal del Cartujo (3.100 m.) y en esa cota me voy a
mantener prácticamente todo el recorrido hasta alcanzar el collado del Caballo.
A mi derecha unas suaves lomas que dejan visualizar tanto la cuerda del
Trevenque como los Alayos, algo más cerca el curso alto del río Dúrcal y la
acequia de Los Hechos. Iré atento por si en algún momento se divisa la Laguna
del Puesto del Cura (también denominada de Los Nacimientos o del Cabrero (2.681
m.)). Sólo es visible durante un corto espacio, descolgada a unos cuatrocientos metros por debajo
de donde camino y entre un inmenso canchal, producto de la gelifracción.
A
mi izquierda todo el valle del río Lanjarón desde su nacimiento en el
lagunillo, algo por debajo de la laguna de su mismo nombre, hasta perderse
visualmente en los Lavaderos. Una cinta verde ocupando el lecho del profundo
barranco junto al cauce y parda en todo el resto, a la que ya no queda ningún
resto de nieve dada las fechas. Sólo adornan la loma enfrentada -la de Cañar-, algunas manchas verdes que se descuelgan hacia el río: son nacimientos de agua.
Aun así este curso alto del río sigue siendo asiduamente visitado por rebaños ovinos que sacan buen provecho de sus escasos prados.
Después
de dos horas de caminar por un sendero que se diluye en las zonas pedregosas y que
continuamente obliga a subir y bajar alcanzo el collado. En él confluyen la
subida desde Nigüelas, el acercamiento que yo he hecho por las crestas y la
bajada hasta el refugio y la laguna. Ahora hay que remontar unas decenas de
metros si se quiera coronar el Cerro. Y yo quiero, así que continúo la
ascensión para en apenas veinte minutos alcanzar la cima.
Estando
arriba llegan un par de excursionistas que han ascendido desde el Mirador de
Nigüelas. Se declaran "novatos" pero me informan que han hecho la ascensión en algo más de dos horas, que no está nada mal. Tras un ratito de charla y las
fotos de rigor, me despido de ellos ya que tengo la intención de comer en la
Laguna; ellos prefieren hacerlo en la cima del Cerro -a la sombra-, comentaba
uno de ellos no exento de fina ironía
La
bajada hasta la laguna se solventa en alrededor de quince minutos. La laguna ha perdido al
menos dos metros desde su mejor nivel, así lo atestiguan las marcas,
confirmando que éste año no ha sido generoso en nieves. Durante todo el
recorrido apenas si he divisado un par de minúsculos ventisqueros que
seguramente no aguantarán ni lo que queda de mes. Las lagunas avistadas están
todas muy bajas de nivel y a alguna incluso se le puede aplicar el apelativo de
“charco” como la de Bolaños, otras directamente han dejado de ser.
Tras
comer e hidratarme inicio el regreso por “verea cortá”. Aunque ya no hace
honor al apelativo porque en su día se instalaron unas cadenas para ayudar a
pasar un barranco que con nieve era imposible y sin ella peligroso, ya que la
posible caída era de decenas de metros. Recuerdo algún año, antes de la
existencia de la cadena que tuve que desistir de alcanzar el Caballo por la
imposibilidad de cruzar este punto, el único por otra parte en todo el
recorrido, con alguna dificultad, en temporada veraniega, por supuesto.
Por
debajo de la laguna del Caballo se avista otra laguna, la de Nájera totalmente
seca. Se adivina su ubicación por la mancha parda sin vegetación de forma
redondeada. Durante el recorrido avistaré otras lagunas. La primera, después de
una dura subida de más de cien metros es la Cuadrada -por su forma singular-. Ya
la avisté desde arriba, a la ida, ahora paso junto a ella, aunque también reducida su
superficie, no parece que tenga dificultad para subsistir hasta la próxima
temporada.
Más
adelante la mencionada de Bolaños y abajo junto al río el clausurado refugio de
Peñón Colorao que curiosamente se tapió su acceso por presentar peligro de
derrumbe y desde entonces se mantiene estacionario sin percibirse aumento de deterioro.
Muy cerca ya de atravesar el cauce del río Lanjarón me encuentro todavía otra laguna: Charca
Pala. De esta laguna siempre me ha llamado la atención la imponente pared de
roca que la limita por el oeste, es el propio tajo que se descuelga hasta la
misma orilla del agua.
Junto
al cauce del exiguo río yo abandono el sendero para avanzar por el barranco
arriba, buscando primero el lagunillo y pocos metros más arriba la propia
laguna Lanjarón. Ésta endorreica, alimenta el lagunillo, verdadero nacimiento
del río, con aguas que discurren subterráneas. Ambas muy escasas de agua dejan
pastos a su alrededor que hoy están visitados por los rebaños.
Ya
abandonado el sendero que recorre la loma ascendiendo hasta el Elorrieta,
decido seguir ladera arriba, buscando de nuevo el collado que separa ambas
cuerdas junto al refugio Elorrieta. Una vez alcanzado conecto con el sendero
que desciende hasta los Lagunillos de la Virgen primero, Borreguiles después, para terminar
junto al Albergue Universitario, desde donde arranqué esta mañana. Me separan cuarenta kilómetros de casa, pero
estos sentado en el coche son los más cómodos del día.
Recordatorio:
en nuestras salidas al campo sólo debemos dejar nuestras pisadas, todo lo
demás: impresiones, fotos y residuos (orgánicos e inorgánicos), deben regresar
con nosotros.
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Ignacio soy Juan Mateo. Como he visto que has estado en el Refugio del Caballo habrás visto que tiene una puerta y una ventana nueva. Hay un video en donde se ve como colocaron esa puerta y esa ventana hace poco. Puedes verlo entrando en la página "Acción Sierra Nevada" y allí visualizar el video. Saludos cordiales: Juan Mateo
ResponderEliminarJuan M.
ResponderEliminarYa en una anterior entrada hice un modesto y personal homenaje a esta cuadrilla de esforzados altruistas que reparó el Refugio.
(Entrada: Sulayr tramo 3 y Caballo de 31-10-2013). Como habrás comprobado me gusta visitar los refugios en mis correrías serranas, aunque no soy usuario de ellos, para informar de su estado.
Saludos,
Después de realizar un recorrido por tu blog, he quedado gratamente sorprendido, pues la belleza de tus publicaciones lo merecen, por tal motivo, tengo que felicitarte.
ResponderEliminarEnhorabuena y un afectuoso saludo desde Gran Canaria.
Hasta muy pronto.
A. Sánchez: Gracias por tus comentarios sobre mi blog. He estado -no podría ser de otra forma- visualizando las fotografías tuyas publicadas últimamente. Es un trabajo sugestivo y sugerente; has conseguido darle una impronta personal a todas ellas. Me gustan.
ResponderEliminarSaludos.