Observatorio astronómico de la Universidad de Granada recientemente remozado.
Fecha: 09-07-2014 Hoya
de la Mora 8’15h.
M.I.D.E.:2,2,4,3. Posiciones 9’25h
Duración: 7’15h Circular Cerro
de los Machos 10’50h-11’30H
Desnivel en subida: 1.500 metros Carihuela 12’25h
Rangos de temperatura: de 11ºC a los 20’5ºC Lagunillos de la Virgen 14’30h
Hoya de la Mora 15’30h
Después
de dos meses en que había cambiado las labores pedestres por las manuales a la
vez que peleaba con una fuerte crisis de alergia que me ha dejado los bronquios
cantarines, ya tenía ganas de volver a retomar las salidas semanales a la
sierra.
No
las tenía todas conmigo porque los sesentones como yo, perdemos la forma física
con excesiva alegría y rapidez; sin embargo el volverla a alcanzar nos cuesta
mucho, pero que mucho, trabajo. Por ello había pensado para hoy una salida
corta por las altas cumbres de Sierra Nevada: tras alcanzar las Posiciones,
adentrarme en el Corral del Veleta, subir el Cerro de los Machos, para saliendo
por la Carihuela, bajar hasta los Lagunillos de la Virgen y regresar a la Hoya
de la Mora.
He
introducido algunas leves variantes, inherentes siempre a las circunstancias
del recorrido pero que no han modificado sustancialmente el proyecto original.
A la vez que he divagado, serpenteado, desviado y otros “ados” que se me han
ocurrido durante el recorrido.
Durante
toda la jornada he disfrutado de un día claro, que mostraba un cielo de un azul
especialmente intenso y sin apenas brisa. La temperatura a alturas superiores a
los 2.500 metros, por los que me he movido durante la jornada, siempre suelen
ser frescas, no superando normalmente los 20 grados, lo que ha ayudado, sin
duda, a hacer placentero el recorrido.
El
único que no estaba en óptimas condiciones era yo y eso me restaba seguridad a
la hora de encarar las ascensiones, que entre unas cosas y otras han ido
sumando metros hasta llegar a la nada despreciable cifra arriba apuntada.
No
quise reservar plaza en la “Lanzadera” por no haber tenido claro, hasta el
último memento, la decisión de subir, por lo que me he tomado las primeras
rampas con cierta cautela a la espera de ver cómo respondía. Al no haber quejas
excesivas, ni de piernas ni acelero de corazón, al poco más de una hora de
marcha, ya tenía claro que completaría el recorrido, e incluso, que me podría
permitir alguna “licencia”.
Llegado
a las “Posiciones del Veleta” y asomarme al Veredón me ha frenado un poco el
largo y pendiente ventisquero que cortaba el sendero. Una vez tanteado y
comprobado que la nieve, al menos en su capa superior, estaba blanda, me ha
animado a proseguir, con las precauciones pertinentes (había decidido no subir
los crampones para evitar la tentación de arriesgar demasiado). Una vez cruzado
este primero no se han presentado obstáculos dignos de ese nombre durante el
resto del recorrido.
Una
vez en el Corral del Veleta han empezado las distracciones: visita al refugio
artificial del Veleta, acercarme hasta la Laguna del Circo glacial al pie del
tajo para circundarla, que por cierto estaba casi recién despertada del obligado letargo
invernal, aun con mucho hielo en su contorno y algunos restos dentro de la
propia laguna.
He
cabalgado la potente morrena frontal del circo glacial para acercarme hasta el
pie de Los Machos. Esta morrena hacía de clara divisoria entre la cubeta
prácticamente cubierta de nieve y el resto ya libre en su totalidad. Las
numerosas chorreras que afloraban barranco abajo (Guarnón) y que alimentan el
río del mismo nombre sembraban de retazos verdes la parte alta del barranco.
Terminada
la morrena comienza la dura y a ratos abrupta subida del Cerro de los Machos.
Elevación poco visitada dentro de los tres miles a la que hay que dirigirse de
forma específica por quedar algo fuera de los trazados más visitados. Con una
cota de 3.329, claramente se tutea con los grandes.
En su cima me he recreado un buen rato a la
vez que aprovechaba para comer. El tranquilo día y la limpia atmósfera permitía
apreciar detalles de todo el entorno, las vistas hacia el conjunto de las
Lagunas del Púlpito, como a la Larga y Gabata (con un azul muy intenso) eran
maravillosas. Ni que decir tiene que el impresionante tajo del Veleta y el
espolón del Campanitas (3.324 metros) que resalta en la cuerda que une a ambos,
coronando uno de los canutos de ascensión desde el circo son espectaculares.
Mirando hacia el este avisto los tajos del Mulhacén y de la Alcazaba cerrando el horizonte, un poco por delante el Juego de Bolos con el potente resalte del Puntal de la Caldera, con su típica forma característica, todo ello dando origen a los barrancos de Valdecasillas y Valdeinfierno, que perdiendo cota de forma rápida van a unirse ochocientos metros más abajo.
Hasta
él (Campanitas) me he acercado con la intención de enlazar y atravesar la cara
este del Veleta (recortando por el tajo) sin perder cota. Al final algún
ventisquero y mi falta de seguridad me han aconsejado optar por un discreto cambio de itinerario.
He descendido buscando las cadenas que facilitan el paso, bastante más abajo en
los Vasares del Veleta para acercarme hasta el refugio de la Carihuela. Pero
antes todavía me he descolgado por la pista unas decenas de metros para
fotografiar las chorreras que los abundantes ventisqueros alimentan
generosamente.
Esas
chorreras que una vez atravesada la carretera, pudorosas, enseguida se pierden
para resurgir un centenar de metros más bajos y alimentar la Laguna Aguas
Verdes. Hoy el refugio (se nota que ya estamos en mes vacacional) estaba muy
visitado, con diferentes grupos de excursionistas, en ambas direcciones
haciendo parada en él.
Aquí
he entablado conversación con otro excursionista que ha desistido de hacer el
recorrido que tenía pensado por los ventisqueros y hemos decidido hacer el
regreso dándonos mutua compañía. Bajando hasta los Lagunillos de la Virgen
primero, para tras recorrerlos y apreciar las reservas níveas con las que
cuentan, acercarnos hasta el embalse de las Yeguas y terminar haciendo el
recorrido hasta llegar de nuevo hasta la Hoya de la Mora que esta mañana me
sirvió de aparcamiento a mi llegada.
Todavía
nos han quedado ganas para acercarnos, subir y visitar, rodeándolo, el
observatorio astronómico de la Universidad de Granada ubicado en el pequeño
cerro Mojón de Trigo y que ha sido restaurado en estos dos últimos años. En su
día se habló de reequiparlo con un modesto telescopio y usarlo para divulgar a
grupos de jóvenes y adultos la astronomía durante los meses estivales,
aprovechando los claros cielos que proporciona nuestra sierra y la elevada
ubicación del mismo (rondando los 2.600 metros). Hoy estaba cerrado y no parece
que esté preparado aun para acometer ninguna actividad, ya que el propio
sendero de acceso está desdibujado y claramente falto de adecuación.
Habrá
que seguir esperando que un proyecto que tuvo muy buena acogida en su momento,
por su evidente atractivo, se concrete y se ponga en servicio ofreciendo un nuevo aliciente para subir a Sierra Nevada y disfrutar de unas espectaculares vistas celestes.
Recordatorio:
en nuestras salidas al campo sólo debemos dejar nuestras pisadas, todo lo
demás: impresiones, fotos y residuos (orgánicos e inorgánicos), deben regresar
con nosotros.
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Valla día veraniego que te tiraste, amigo. Recuerdo una subida, en coche hasta el mismo pico del Veleta, hace muchos años un día de Santiago y la sensación tan viva de estarse quemando de calor y helando de frío a la vez. También recuerdo haber pasado desde el Veleta hasta Capileira con el coche. Como ves, muy comodón. No como tú. eso ya no es posible y me alegro. Un abrazo
ResponderEliminarMuchas felicidades Ignacio. Me han gustado mucho las fotos y descripción de tu-nuestra excursión. Alabo las fotos también de los animales de cerca. Saludos cordiales: Juan Mateo
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