El siempre colorido bosque de ribera.
PR – A 84
Fecha: 4-12-2013
Hoy hemos aprovechado
(mi mujer y yo) el buen día para hacer un recorrido que me encantó a mí cuando
lo recorrí por primera vez y tomé nota mentalmente para reiterarlo en otoño con ella. No me voy a meter en
descripciones porque ya lo hice en su momento en la entrada en este mismo blog
(Gollizno, Hoz, Velillos, de Olivares a Moclín – Granada: 7 de marzo de 2012).
Olivares está a unos
treinta kilómetros de Granada y el sendero se puede recorrer (ida y
vuelta) empleando entre cinco y seis horas de
forma relajada y parando a tomar algo en el Área Recreativa Corcuera.
Hoy hablaré de las
novedades que me he encontrado en su recorrido. Aparte del cambio de época en que
se produce la visita y por lo tanto los distintos coloridos que la vegetación
de ribera proporciona, el propio sendero ha sufrido algunas mejoras,
inevitables por otro lado, ya que el primer puente por el que se cruza el río,
algunos metros antes de la Fábrica de la Luz, había desaparecido por una riada
y me he encontrado otro mucho más alto y de construcción bastante más recia.
Algún tramo en subida
que en su día estaba escalonado con traviesas de madera, ahora está de tierra y
gravilla. Se ha renovado y creo que ampliado las balizas encordadas que
delimitan buena parte del sendero. La primera parte del recorrido hasta la
Fuente de la Buena Suerte ha sido ensanchado y en cuanto a infraestructuras
poco más reseñable.
Es un corto sendero
que une las poblaciones de Olivares y Moclín usando como vía las riberas del
río Velillos. En el recorrido en el sentido que yo lo menciono hay que remontar
unos 350 metros para acceder a Moclín bordeando el Tajo de las Palomas por su
cara norte, hasta llegar a la Ermita de San Antón, a media loma entre Castillo y
Población.
Os transcribo el inicio
de la Leyenda de la Buenaventura que sitúa en estos parajes la captura de un
bandolero por el escritor Pedro Antonio de Alarcón:
En el
año de 1816, un gitano pide audiencia al Capitán General de Granada, el Conde
Montijo, con el fin de pedir los mil reales a cambio de informarle sobre
“Parrón”, el bandolero más buscado de la provincia. A pesar de la incredulidad
mostrada en la audiencia, el gitano cuenta de manera detallada cómo, caído
preso de “Parrón”, ha conseguido que le perdone la vida y huir. Quince días
después, en medio de los preparativos para una expedición de caza de “Parrón”,
se reune un grupo de migueletes, entre los que se encuentra uno recien llegado
llamado Manuel. El gitano, que pasa por casualidad, reconoce entre el ejército
que Manuel es “Parrón”. Tras el intento fallido de matar al testigo, “Parrón”
cae preso de las autoridades, quejándose de que “no se puede robar sin matar”
antes de ser ahorcado. El relato del gitano se difunde entre el pueblo.
-
¿Dónde conocísteis a “Parrón”?
- En
el camino de Tózar.
-
Dadme pruebas de ello.
-
Escuche su merced. Ayer hizo ocho días que caímos mi borrico y yo en poder de
unos ladrones. Me maniataron muy bien y me llevaron por unos barrancos
endemoniados hasta dar con una plazoleta donde acampaban los bandidos. Una
cruel sospecha me tenía desazonado. ¿Será esta gente de Parrón? … Así comienza
la leyenda que narra la historia del bandolero “Parrón” y el gitano, que le leyó la buenaventura.
Os dejo unas fotos
para animaros a hacer este precioso recorrido que personalmente aconsejo
realizar en otoño o primavera aunque tampoco es mala opción el principio del
verano. Moclín y su castillo merecen una entrada específica que espero cubrir
próximamente.
Recordatorio: en nuestras salidas al campo sólo debemos
dejar nuestras pisadas, todo lo demás: impresiones, fotos y residuos (orgánicos
e inorgánicos), deben regresar con nosotros.
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Es un verdadero placer leer su blog.
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