Fuente "El Peralejo"
Fecha:11-12-2013 Inicio 8'30h.
M.I.D.E.:2,2,3,3. Pista 9’45h
Duración: 7h. (Semicircular) Miramundos 11'45h
Desnivel en subida: 1.000 metros Mágina 12’15 – 12’30h.
Rangos de temperatura: de 3'5ºC a los 16ºC Tinada de la Cruz 14h.
Fuente el Peralejo 15h
Inicio 15’30h.
En
marzo del año pasado tras otro par de incursiones en Sierra Mágina, me decidí a
subir a los picos de Mágina y Miramundos, dos de las máximas cotas de esta
sierra y por extensión de la provincia de Jaén. Mi desconocimiento del terreno, ya que era la primera vez que afrontaba la sierra por su cara sur, me obligaba a ser
cauto y seguí a rajatabla las indicaciones de los senderos que conducen a las
cimas de ambas montañas.
Ello
me obligó a ascender primero al Pico Mágina (2.165 m.) para una vez abajo
volviendo sobre mis pasos reiniciar la subida con dirección el Pico Miramundos
(2.077 m.) desde la bifurcación del sendero. Una vez arriba intuí, casi tuve la
certeza de que se podían haber unido ambos picos a través de las crestas, con lo
que me hubiera ahorrado una fuerte subida y algunas horas de marcha.
La
seguridad de que se podía hacer me dejó en aquel momento un cierto malestar por
no venir bien indicado en las informaciones. Yo tengo una forma de solucionar
estos sinsabores y es repetir el recorrido intentando hacerlo por donde yo creo
que se puede. Así que en su día quedó pendiente una nueva subida para
corroborar si tenía o no razón.
Hoy
aprovechando que el buen tiempo en este fin de otoño se ha afianzado con
contundencia y en previsión de tiempos peores, he decidido dar por zanjada la
cuestión. Para ello me encamino de nuevo hasta Huelma para unos ocho kilómetros
más allá en dirección a Cambil (A 324), tomar un carril (punto kilométrico
17’300, frente a la entrada del cortijo llamado “Vista Mágina”) que en un
kilómetro y medio, tras dar servicio a algunas fincas olivareras y algún
cortijo me aproxima hasta el inicio del recorrido, donde aparece el panel
informativo y la prohibición de continuar para vehículos no autorizados.
Esta
es una forma de acercamiento, otra es seguir un par de kilómetros más hasta
acceder al Área recreativa El Peralejo y desde allí, primero por pista hasta la
Fuente, y después por sendero acceder al inicio que yo he tomado hoy. Son un
par de kilómetros más de recorrido por un terreno semi-llano, que discurre por
el límite inferior del bosque de pinos; la linde entre bosque y cultivos.
Ya
aprendí en mi anterior aproximación el sendero que escala loma arriba evitando
el monótono discurrir de la pista de tierra con sus múltiples curvas y
sinuosidades además de exceso de kilometraje. Tampoco viene indicado en la
información de los paneles que hablan del recorrido. Es una subida que alterna
los tramos de fuerte subida con algunos otros de falso llano e incluso alguna
pérdida leve de cota. Tras una hora de caminar nos deja de nuevo en la pista de
tierra en la cota 1.500m.
A
partir de aquí al no encontrar la continuidad del sendero me limito a seguir
por la carretera que por ahora deja de ascender para tras unos cientos de
metros llaneando acercarse hasta el barranco de Las Salinas, donde se ubica la
Tinada de la Cruz (1.600 m.). Es un barracón amplio, parte dedicado a redil
ganadero y parte a refugio de pastores y cazadores, con algunos pozos unos
metros por encima, alguno antiguo y en desuso y otro más moderno, junto con
algunos abrevaderos ruinosos.
Sigue
el carril ascendiendo por la propia falda de la amplia mole del Mágina para
poco antes de llegar al Collado del Puerto o Bolos quedar reducido de nuevo a
sendero. Algo más arriba me encuentro la esperada señal de la bifurcación de
senderos, derecha: Miramundos, izquierda: Mágina (llevo dos horas de marcha
ininterrumpida).
Hoy
había decidido subir en primer lugar al pico de Miramundos para después
intentar enlazar a través de las crestas con el de Mágina. Así que desecho el
ramal de la izquierda y sigo ascendiendo por el de la derecha para llegar en
unos minutos junto a unas vallas ganaderas, una de las muchas que recorren
buena parte de toda esta sierra, dándonos a entender que su explotación
ganadera ha sido ancestral.
El
pequeño refugio que corona el pico Miramundos no se divisa hasta que no
llegamos arriba. Acedemos a la alargada cima por su extremo sur y hay que
recorrer una centena de metros hasta llegar hasta el otro extremo donde se
ubica el refugio. Es una pequeña construcción de la que nos avisan que está en
peligro de derrumbe, advertencia que parece no frenar a los diferentes
visitantes que acceden a su interior para dejar constancia de su llegada en un
libro de visitas que reponen anualmente.
Por su
ubicación, desde la cima me deja contemplar buena parte de la provincia de Jaén,
cerrada al norte por la Sierra de Cazorla, las elevaciones intermedias
donde se asientan las poblaciones de Úbeda y Baeza, mucho más cercana la
serrezuela de Bedmar con sus dos poblaciones, la propia Bedmar y Jódar, y por
supuesto hacia el sureste la Sierra Nevada con la sierra Harana delante. Si el
día lo permite y hoy lo hace las vistas son extensas y muy gratificantes.
Tengo
que desandar unos minutos para en dirección suroeste intentar encontrar algún
senderillo que me lleve por la línea de crestas en dirección al pico de Mágina.
Encuentro uno señalado con un pequeño apilamiento de piedras que considero
válido y lo sigo. No me equivoco ya que los distintos hitos perfectamente
colocados y con suficiente periodicidad me van a ir conduciendo durante la hora
que tardo en enlazar las dos cimas sin apenas dudas y por un terreno muy
quebrado, pero que a su vez mantiene la cota de forma muy eficiente. Tal es así
que sólo tendré que remontar un repechón al final para acceder al propio Mágina
distinguible en la distancia por su hito de hormigón característico y la
silueta de una cabra que comparte cima y que se resiste a abandonarla hasta que llego.
Durante
el recorrido, siempre por encima de la cota 2.000 apenas si quedan algunas
ridículas manchas de nieve que aguantan en las zonas más umbrías, allí donde el
sol no alcanza en ningún momento del día. La agradable temperatura que disfrutamos
estos últimos días del otoño no ayudan a que perdure la nieve ni siquiera en
estas alturas. Llagado a la cima me demoro mientras me como un bocadillo, mientras me embeleso contemplando los comportamientos de una decena de cabras que andan
entretenidas a escasos metros míos. Mi llegada silenciosa y mi quietud sentado
en la cima no la consideran peligrosa y allí se están durante toda mi permanencia en la cumbre, algunas de ellas incluso permanecen echadas.
Mi
puesta en marcha si las desplaza algunos metros ya que están junto al sendero
de bajada, para enseguida retornar a sus lugares. En las faldas del Mágina,
aprovechando una amplia dolina (depresión geológica característica de los
relieves cársticos), se ubica un “pozo de la nieve”. Estructura circular con
muros de piedra en seco que se utilizaba para almacenar la nieve y su posterior
reparto durante la primavera en las poblaciones cercanas para usos caseros, ya
que el frigorífico fue un invento muy posterior.
La
falta de tiempo me desaconseja acercarme hasta la Peña de Jaén, otro dos mil de
la cuerda del Mágina y extremo suroeste de la misma. Motivo para alguna otra visita a esta pequeña y atractiva sierra. El camino de bajada ya conocido por
ser el utilizado en mi anterior estancia discurre por la amplia loma del Mágina,
perdiendo altura de forma continuada. Hoy, algo más conocedor del terreno que
piso, decido no seguirlo hasta la bifurcación, sino que “atrocho” loma abajo
buscando la carretera que aunque no veo sé que está y dónde. A partir de aquí la bajada es repetir el itinerario seguido en la subida.
Una
vez abajo, junto al aparcamiento, decido acercarme hasta la Fuente El Peralejo.
La única agua que he visto durante todo el día ha sido escasa y en forma sólida
acumulada en los restos níveos cercanos a la cota 2000. Aprovecho que no la conozco para además de
visitarla refrescarme y lavarme un poco. Es un amplio abrevadero alimentado por
un escaso aporte ubicado a unos centenares de metros por encima de la propia
área recreativa del mismo nombre. Situada
en un claro del bosque de pinos, la humedad del lugar ha permitido el
desarrollo de algunos árboles de ribera.
Sólo
queda regresar sobre mis pasos lo que completo en algo más de veinte minutos y
reiniciar la vuelta hasta Granada.
Recordatorio: en nuestras salidas al campo sólo debemos
dejar nuestras pisadas, todo lo demás: impresiones, fotos y residuos (orgánicos
e inorgánicos), deben regresar con nosotros.
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Otra impresionante lección de paisajística, de capacidad de abarcar el mundo, de constatar la propia amplitud del mundo,m incluso en espacios tan cercanos a nuestro lugar de vida como es este caso con Sierra Mágina. Aparte que me suscita un recuerdo particular dentro del mundo de Antonio Muñoz Molina, que siempre lleva en sus libros el hermoso recuerdo de la Sierra Mágina de su infancia. Un abrazo, amigo
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