Cáñar, pueblo perteneciente a la Alpujarra Granadina.
Fecha:20-11-2013 Fuente
del Grillo 8’00h.
M.I.D.E.:2,2,3,4. Castañar 9’00h
Duración: 8 horas Lineal Tello 10 – 10'15 h.
Desnivel en subida: 1.400 metros Mirador de Cañar 11h
Rangos de temperatura: de 5'5ºC a los 14'5ºC Puente Palo 12 – 12'30h.
Encuentro
con PR-A 34 14'30h.
Fuente
del Grillo 16h.
En mi afán de recorrer, aunque sea poco a poco,
los distintos tramos del sendero Sulayr, hoy he escogido el tramo 4 que une
Tello con Puente Palo. Este corto tramo que no llega a los 9 kilómetros,
discurre por los términos de Lanjarón y Cáñar entre las cotas 1.500 y 1.750 m., inicio y fin del recorrido respectivamente. Pero antes hay que llegar a Tello y
para ello he elegido el sendero que nace
junto a la Fuente del Grillo que se encuentra al final del pueblo de Lanjarón
(dirección Órgiva), una vez cruzado el río: Las Cuestas de la Sierra (PR-A 34).
Esta subida hasta Tello es dura ya que esta
calificada como media en la escala MIDE y le asocian un tiempo de más de tres
horas. Se parte de los 659 metros que es la cota de Lanjarón para ascender a
los 1550 que ostenta Tello. Esta subida de 900 metros acumulados de subida se
hace notar. La segunda parte del recorrido, una de las más cortas etapas del
Sulayr que no llega a los 9 kilómetros y con un desnivel positivo de algo más
de 200 metros, se anda casi toda ella por pista forestal.
Esta famosa fuente (inicio de la salida de hoy)
ostenta diversos nombres, además del mencionado del Grillo, también se la
conoce por “Santa Lucía” no tanto por su bondad para la curación de los males
oculares, como por el frecuente olvido de las gafas a por las que había que
volver para recuperar la vista; también conocida por la de “Los Burros” por ser
abrevadero de los animales al acabar la jornada cuando bajaban de la sierra y
finalmente de las “Sanguijuelas” por los problemas que ocasionaban a los
animales al beber en la pileta y fijarse en su esófago.
Me adentro unos metros por el carril que
abandonaré enseguida para seguir por un sendero empedrado que nace a la derecha comenzando
una fuerte ascensión en zig-zag. Durante esta primera parte del recorrido,
entre chumberas, no pierdo de vista en ningún momento algunas de las construcciones de Lanjarón, aunque lo voy
dejando cada vez más lejos y bajo. Asciendo por las lindes de parcelas (algunas
valladas), cortijos en ruinas, eras y centenarios castaños fuertemente diezmados
por alguna plaga, sequía y sobre todo por el gran incendio de septiembre del
año 2005.
Tras llegar a un cruce de caminos (Minaflores) me encuentro con un indicador que me informa que llevo 2 km., y que me faltan 3'4 km. hasta
Tello. A partir de aquí me adentro en lo que fue un denso castañar (Castañar de
Patatún) y encuentro una generosa fuente que cruza el sendero en un ensombrado
paraje (Fuente Matomarque), para alcanzar posteriormente y superar en mi
recorrido la acequia Mesquerina. Aquí merece la pena que me detenga unos
minutos para disfrutar del considerado uno de los puntos mas bellos del
recorrido por los paisajes que me ofrece junto a un antiguo molino harinero que
alimentaba la acequia.
Algo por encima del Cortijo del Vadillo llego al
cruce con el Sulayr. Dado que mi intención es hacer el tramo en su totalidad me
dirijo hacia la izquierda para tras corta bajada atravesar el río Lanjarón por
un puente de piedra, cruzarme con la
acequia nueva y en veinte minutos estar en la Casa Forestal de Tello, inicio
del tramo. Ubicada a 1550 m. sobre un saliente rocoso con amplias vistas al
barranco, tanto hacia abajo como río arriba. Tello fue un área de
experimentación forestal que durante las primeras décadas del siglo XX habilitó
diferentes viveros por lo que contaba en sus alrededores con muchas especies
distintas para experimentar cual o cuales de ellas se aclimataban mejor a esta
sierra antes de su repoblación. Todo ello se quemó hace ocho años por la
insensatez de dos visitantes.
Por otra parte este corto río Lanjarón, ya que apenas alcanza
los diez kilómetros de recorrido, ostenta o comparte con algún otro de la zona
el mayor desnivel de España con sus 2.727 metros de desnivel entre su nacimiento (rayando
la cota 3.000 m. en la laguna de Lanjarón) y su desembocadura en el río
Guadalfeo. Una vez que termino de merodear por los alrededores de la casa y
hago algunas fotos inicio el segundo tramo de mi excursión de hoy: Tramo 4 del
sendero Sulayr: Tello- Puente Palo.
Para ello tengo que volver sobre mis pasos,
alrededor de un kilómetro hasta las inmediaciones del Cortijo del Vadillo donde
el Sulayr se “divorcia” del sendero que he traído hasta ahora: PR-A 34. A mi
regreso lo retomaré de nuevo para volver hasta Lanjarón. Todo el recorrido que
me resta lo voy a hacer por pista forestal, estrecha y muy pendiente en estos
dos primeros kilómetros, mas llana y amplia el resto.
Serpentea la carretera loma arriba porque ha de
salvar unos tajos que aprecio en la distancia, en la Loma de Cáñar. Cruzo la
acequia de las Encinillas y conforme voy ganando altura voy ampliando vistas de
la vertiente izquierda del barranco. Atravieso un pequeño bosque de abetos para
pasar enseguida a monte cubierto de encinas (Hoyas de Cabrera). Tengo que
desechar diversas bifurcaciones que o bien se dirigen más arriba o descienden a
los pueblos de Cáñar o Lanjarón. La señalización de este tramo es sencillamente
perfecta.
Tras una hora alcanzo el mirador de Cáñar. Pero
unos cientos de metros antes me he desviado por un ramal a la izquierda para
echarle un vistazo al alto valle del Lanjarón con el Cerro del Caballo
cerrándolo. La nieve está en la cota 2.800, blanqueando las cimas, más abajo no
ha durado dadas las temperaturas de las que aun disfrutamos.
Desde el Mirador
tengo unas magníficas vistas, primero de la Sierra de Lújar, por estar
totalmente enfrentada destacando poderosamente ya que ocupa buena parte del
horizonte y detrás aun la Contraviesa; a sus pies el amplio valle labrado por
el río Guadalfeo, que hoy aparecía como una cinta plateada recorriendo el
centro de toda la depresión.
También avisto los pueblos de Tablones y Órgiva,
los dos en las inmediaciones del río y Cáñar asomada a media loma enclavada en
un rellano a la solana. Más a la derecha la presa de Rules y Vélez Benaudalla y
haciendo de horizonte se vislumbra Salobreña y el mar. Hoy al no estar el día
totalmente claro no permitía llegar más lejos.
A partir de aquí la carretera se ensancha y
llanea primero entre encinas para más adelante dar paso a los robles.
Prácticamente he alcanzado la cota más alta de este tramo 4, sólo quedará una
muy leve subida durante el último kilómetro. Voy a atravesar uno de los
robledales mas meridionales del sur de Europa, considerado como uno de los
paisajes de mayor interés de Sierra Nevada: el Robledal de Cáñar. Me encuentro
todavía un helipuerto y una gran alberca para toma de agua en caso de incendio
por debajo del recorrido y la casa forestal de Cáñar situada privilegiadamente
(como casi todas ellas) desde donde podemos admirar la mitad alta del valle del
Río Chico.
En las márgenes de la carretera, en aquellas
zonas que permanecen todo el día en umbría aparecen los escasos y minúsculos
testigos de la nevada de hace unos días. Atravieso algún barranquillo con su
arroyo, activado por el deshielo de más arriba. Como voy en silencio oigo el
rumor del agua a mi derecha ya que camino en paralelo a la acequia Grande de
Cáñar que discurre unos metros por debajo de la carretera. En este tramo dejo
de usar los bastones para apreciar el rumor de las hojas mecidas por la brisa
en las copas de los robles mezclado con el otro rumor del agua en su discurrir
acequia abajo.
Durante buena parte de la mañana, aunque la
temperatura ha sido muy agradable y óptima para caminar, las fuertes pendientes
y las frescas rachas de aire no me reconciliaban con el sol. Cuando las nubes
lo dejaban calentar me parecía excesivo su aporte y cuando lo ocultaban lo
echaba de menos por adquirir demasiado protagonismo el fresco aire sobre mi
camiseta húmeda. No ha sido hasta el regreso, cuando la brisa ha cesado
totalmente y el sol estaba parcialmente velado por las nubes altas cuando me he
sentido cómodo.
Termina la etapa en un área recreativa: Puente
Palo, casi a la vez que el bosque de robles. Esta pequeña área, bastante
abandonada, con los edificios muy deteriorados y los servicios totalmente
inservibles se extiende por debajo de la carretera bajo un crecido pinar que le
aporta la sombra. Sentado en una de sus mesas mientras me como el bocadillo he
reflexionado sobre el costo que tuvo que suponer poner en marcha todas estas
áreas para dejarlas posteriormente caer en el olvido y el vandalismo de los
usuarios. Ésta concretamente disfrutó de servicios, bar, mesas y lavaderos para los utensilios. Incluso la fuente que en su día se llamó fuente fresca (hoy totalmente
seca), a pesar del paso de la acequia a escasos metros, alimentaba un pequeño
estanque con forma arriñonada.
Sólo, y no es poco, me resta volver sobre mis
pasos para desandando todo el camino realizado hasta ahora regresar a Lanjarón,
donde junto a la Gasolinera aparqué el coche esta mañana. En el camino me
demoro un rato para, junto al cortijo de Los Pilones, recoger un buen puñado de
castañas. Esparcidas en el suelo, en la propia carretera, con lo que muchas de
ellas están pisadas por los vehículos, aun así no me cuesta mucho acaparar un
par de kilos para disfrutarlas asadas en casa.
Recordatorio:
en nuestras salidas al campo sólo debemos dejar nuestras pisadas, todo lo
demás: impresiones, fotos y residuos (orgánicos e inorgánicos), deben regresar
con nosotros.
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