miércoles, 8 de octubre de 2014

Sierra de Baza IX: (insinuando un recorrido) -Granada


El amanecer nos pilla en el camino.

Refugio Floranes.

El recorrido es ameno por la vegetación y el paisaje.

El bosque de ribera colorea el paisaje.

Formas rocosas atractivas. ¿Alguien ha visto la cabeza del perro?

Primer encuentro con el arroyo Bodurria.

Arredondo.

Mostrando el paso del tiempo.

Arroyo cercano al Área El Pinarillo.

Área recreativa "El Pinarillo".

Los serbales aportando su peculiar nota amarilla.

Cortijo La Loma.

El encanto de las casas abandonadas nos atrae.

Cortijo La Fabriquilla.

Exuberancia frutal.

Desde la era del paraje Tío Capote.

Secuoya en Floranes.

Mirador de Barea.

Montículo rocoso donde se ubica el mirador.

A media bajada hacia Gor nos paramos a refrescarnos.

Retazos de colorida vegetación allí donde el agua aparece.

Gor desde su mirador.




Fecha:18-10-2013                                                                        Floranes 9h.
M.I.D.E.:2,2,3,3.                                                                             Arredondo 10'15h.
Duración: 6'45h. (Circular)                                                           Tío Capote 12'45h.
Desnivel en subida: 300 metros                                                    Floranes 13'15h.
Rangos de temperatura: de 13ºC a los 26ºC                                Mirador de Barea 13'50h
                                                                                                        Gor 15'45h.


El año pasado hice una serie de salidas para conocer la Sierra de Baza y tras los comentarios en casa sobre las impresiones mi hijo Carlos me arrancó el compromiso de volver a hacer algún recorrido cuando el tuviera algún día disponible durante la semana. Es cierto que esta sierra en verano y otoño sin lluvias es algo árida, por lo que siempre recomiendo sus visitas en la primavera, pero los que tienen obligaciones laborales no siempre disponen de sus días libres cuando quieren.

Así que hoy decidimos hacer una incursión por la zona sureste de la Sierra de Baza. Nos adentramos por Caniles (GR 800) para ya bien altos encontrarnos una pista de tierra a derechas con el indicador de Floranes. Una vez llegados a la edificación rotulado como refugio, abandonar el coche e iniciar uno de los senderos que a sus puertas tienen inicio.

Elegimos el denominado Floranes – Arredondo por ser el mas largo y por entender que dada la curiosidad zoológica y botánica de mi hijo va a ser el que más le satisfaga. Se inicia el caminar por un carril de tierra que en ligera pendiente busca un collado donde a su vez se subdivide en dos recorridos. El de la derecha desciende hasta el paraje denominado Tío Capote, es un corto sendero de apenas una hora que lleva hasta unas ruinas de cortijos algo por encima del arroyo.

Nosotros seguimos el de la izquierda, que continúa un tramo todavía por la citada pista para tras unos centenares de metros y tras atravesar un puente quedarse reducido ya a sendero. Los pinos y encinas van a ser predominantes durante todo el recorrido, los espartos y las aromáticas cubrirán el suelo. Esta sierra es prolífica en setas pero la falta de lluvias de estos últimos días no propician su aparición así que apenas nos encontramos algunos buscadores. Parece inconcebible que alguno de ellos, mayor, siga usando una bolsa de plástico para la recolección, desgraciadamente necesitamos para hacer las cosas bien que nos tutelen hasta en nuestros ratos de esparcimiento.

El sendero recorre las lomas a una cota cercana a los 1500 metros durante más de una hora. En este recorrido nos tropezamos con varios jabalíes que rápidamente desaparecen entre la maleza. Anteriormente, en la carretera de acceso avistamos un par de ciervos, también muy esquivos, no en vano unos y otros son objeto de caza en el Parque Natural. Entre los recolectores de setas y los abundantes cazadores han dejado “sembrado” todo el recorrido de basura. Hemos ido viendo cascos de botella y latas de refrescos colgados en las ramas de los árboles, bolsas plásticas y cajetillas de tabaco durante toda la jornada y pañuelos de papel no han faltado a lo largo de nuestro caminar, una verdadera pena.

Durante la primera hora de recorrido vamos avistando en la loma de enfrente (solana) diferentes cortijos, todos ellos en estado avanzado de abandono o simplemente en ruinas: la Fabriquilla, Cortijo La Loma, Pinar Hoya, Cortijo Bodurria y el propio Arredondo. Esta sierra fuertemente poblada hasta la primera mitad del siglo pasado sufrió en su segunda mitad una fuerte emigración auspiciada por las duras condiciones climáticas y la falta de rentabilidad de las pequeñas aunque numerosos explotaciones mineras.

El último tramo del sendero ya en bajada se acerca hasta el arroyo Bodurria para una vez cruzado ascender por la ladera contraria en busca del Cortijo Arredondo algo mas elevado en la ladera. Es un edificio actualmente cerrado, asentado en medio de numerosas paratas repletas de nogales, de los que no hemos conseguido ver ni un sólo fruto. Los únicos residentes son algunos pastores que aprovechan estos terrenos para alimentar numerosos rebaños donde se mezclan las cabras y las ovejas a partes iguales.

Estando en las cercanías de Arredondo llega uno de los mencionados rebaños. Tras saludar al pastor (Fin de semana) aprovecho para, dado su inmejorable conocimiento del terreno, indagar un posible recorrido circular y evitarnos volver por donde hemos venido. Amablemente nos ilustra de posibles alternativas que nosotros vamos a seguir. Nos sugiere volver por la loma donde se asientan todos los cortijos que hemos ido avistando en nuestra ida, para acabar haciendo el otro sendero que saliendo de las cercanías de Floranes se dirigía hasta Tío Capote. A mi me encanta la posibilidad ya que en mi anterior estancia aquí intuí la posibilidad del recorrido pero no me atreví por desconocimiento del terreno.

Siguiendo las indicaciones nos acercamos por la pista forestal hasta un área recreativa cercana “El Pinarillo”. Ubicada un poco por debajo de la carretera y lindante con un barranco por el que discurre un arroyo tributario del Bodurria. Tras la visita, volvemos a la pista para tras cruzar un pequeño puente tomar un desvío a la derecha que es el que daba servicio a los cortijos mencionados y digo daba, porque su deterioro, los amplios y profundos socavones junto con los cauces abiertos por el agua de las tormentas que lo recorren hacen casi imposible su tránsito para vehículos.

En nuestro descenso nos encontramos primero con una alberca y algo más abajo el Cortijo de la Loma rodeado, al igual que Arredondo, de amplios espacios poblados de nogales. Actualmente usado como redil para el ganado o cobijo circunstancial de cazadores, es el que mantiene la techumbre en mejor estado ya que los siguientes sólo mostrarán sus ruinas.

Seguimos descendiendo buscando algunos senderillos que nos faciliten el acercamiento hasta La Fabriquilla. Amplio cortijo que solapaba las tradicionales labores agrícolas y ganaderas con la fundición de plomo. En unas ruinas situadas algo por encima del propio cortijo todavía se puede apreciar en los muros laterales al menos dos pequeños hornos donde se fundía el mineral para la obtención del metal. A un lado destaca el montón de escoria que se fue acumulando durante su época productiva.

Hay que seguir descendiendo buscando la linea colorista del bosque de ribera que acompaña todo el recorrido del arroyo Bodurria, hasta encontrar un paso libre de maleza y zarzas donde cruzarlo para remontar por la ladera contraria buscando las extensas ruinas de otro complejo de cortijos: es el denominado Tío Capote. Compuesto hasta por una docena de construcciones con la era en su parte más alta. Detenernos en ella para apreciar, desde arriba, el conjunto de construcciones por encima de las choperas y algunos serbales que empiezan a adquirir los típicos colores amarillos y anaranjados del otoño, antes de reiniciar la marcha.

Ya sin detenernos, remontamos hasta llegar de nuevo al Refugio Floranes donde además de apreciar las cuatro secuoyas que hay junto a la alberca rodear el edificio, que el permanecer cerrado a cal y canto no impide que se vaya deteriorando a ojos vista. Supongo que no ayudan las numerosas visitas de personas que buscando las setas pasan por el lugar y seguramente no todos respetuosos con el entorno.

Decidimos remontar ya en el coche, los seis kilómetros que nos separan del Mirador de Barea hasta volver a introducirnos por otra pista que discurre por un trazado superior. Tras dos kilómetros por la misma nos encontramos a la derecha un montículo formado por rocas muy fracturadas que ha sido aprovechado para habilitar en su cima un original mirador. Desde él se contempla, en días soleados como hoy, medio Parque Natural así como las sierras limítrofes, desde Sierra Nevada, hasta la de Cazorla y Sagra.

Para regresar optamos en lugar de volver sobre nuestros pasos, atravesar todo el Parque para buscar la salida por el pueblo de Gor, ya cercano de nuevo a la autovía. La carretera, a tramos con profundas rodadas, hay que tomársela con calma por lo que los algo mas de veinte kilómetros nos van a llevar alrededor de la hora. Paramos en una fuente con estanque adyacente y atravesamos Las Juntas y Los Corrales, pequeñas poblaciones incrustadas en el propio Parque y que anteceden por este recorrido a Gor.

Antes de acceder a la población hacemos la última parada en el mirador del Cerrillo de la Horca del que se abarca toda la vaguada donde se asienta el pueblo y donde mediante paneles explicativos nos informan de las circunstancias geológicas del terreno que estamos avistando. Solo nos queda atravesar la población de Gor.

Sólo nos resta buscar la autovía para regresar a Granada.

Recordatorio: en nuestras salidas al campo sólo debemos dejar nuestras pisadas, todo lo demás: impresiones, fotos y residuos (orgánicos e inorgánicos), deben regresar con nosotros.











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