miércoles, 22 de enero de 2014

Sulayr Tramo 3: Rinconada de Nigüelas - Tello y Caballo (Sierra Nevada - Granada)

Padul y su laguna.

Pinos del Valle y la Sierra de los Güájares.

Ascendiendo por la "Loma de los tres Mojones".

Trevenque y Alayos de Dílar.

Vaguada entre mojones.

Sombras y luces en la Loma de Lanjarón.

Laguna, Refugio y curso alto del río Lanjarón desde la cima del Caballo. 

La larga Loma del Caballo por la que vamos a descender con el pantano de Rules al fondo.

Desde el collado se aprecian mejor los detalles.

Homenajeando a.....

Último vistazo al refugio del Caballo.

Los tajos del Caballo desde el Refugio Lanjarón.

Este amplio refugio nunca se llegó a concluir.

Balsa mediado el recorrido de la Acequia Nueva.

Trazado de la acequia por encima de unos maltratados pinos por el frío y el viento.

Refugio Ventura en muy deficiente estado de conservación.

Ella también observaba la extensa panorámica.

Peña Caballera.

Recorrido de la Acequia Nueva con el Caballo al fondo.

Sinuosos trazado de la carretera de acceso a  cortijos Echevarría.

Fuente de Mailópez.

Los cortijos jalonan toda la etapa del Sulayr.

Detalle del barranco del río Torrente.

Desde el Mirador de la Rinconada.

Más abajo, los bosquetes de ribera ya colorean el paisaje.


Fecha:31-10-2013                                                               Rinconada Nigüelas 8'15h.
M.I.D.E.:3,3,3,4.                                                                    Caballo 10'15h
Duración: 7'30h. (Circular)                                                  Laguna Caballo 10'45h
Desnivel en subida: 1.460 metros                                       Refugio Ventura 12h
Rangos de temperatura: de 2'5ºC a los 7ºC                        Peña Caballera 12'40-13h.
                                                                                               Río Torrente 15'15h
                                                                                               Rinconada Nigüelas 16h.



Hace un par de años intenté el asalto al Cerro del Caballo (3.009 m) desde Lanjarón y no pude concluir porque me faltaron fuerzas. Ya entonces durante mi regreso imaginé una etapa que enlazara la subida al Cerro y la etapa 3 del sendero Sulayr (Rinconada Tello) pero en sentido inverso. Mi hermano José Antonio no conocía la subida al Caballo por su vertiente oeste y en reiteradas ocasiones me había insinuado la ascensión.

Hoy hemos aprovechado que los pronósticos metereológicos eran excelentes y la temperatura no muy alta para intentar complacer ambos deseos. Para que este recorrido se pueda hacer en una sola jornada no cabe otra que arrancar bastante arriba. Nuestras piernas no dan ya para caminatas superiores a las siete u ocho horas con desniveles superiores a los mil quinientos positivos.

Por ello decidimos subir en coche hasta los cortijos Echeverría a través de Nigüelas por una pista que remonta todo el barranco del río Torrente hasta situarnos alrededor de la cota dos mil. El carril hay que recorrerlo con cuidado y bastante despacio porque a las cerradas y pendientes curvas hay que sumar el deficiente estado de mantenimiento. Por aquí generalmente sólo transitan 4X4, pero los turismos no suelen adentrarse por estos terrenos.

Junto al Mirador de la Rinconada, ya superada la cota 2.000 arranca un sendero denominado “De los tres Mojones” que recorre una de las lomas que acceden hasta la cumbre del Caballo. Una vez aparcado el vehículo en las inmediaciones iniciamos la ascensión por un claro sendero que trepa decididamente, primero por entre un bosquecillo de maltratados pinos. Observándolos nos da la impresión de que permanecen por el sólo hecho de estar agrupados y porque los periféricos resguardan a los del interior a costa del maltrato por el frío y el viento a que ven sometidos buena parte del año.

Una vez superada la cota que permite la existencia de especies arbóreas, el paisaje se despeja, quedando únicamente la típica vegetación de alta montaña con sus formas redondeadas altamente adaptada a las inclemencias y la nieve. Esta subida está dividida en tres tramos, cada uno coronado por un “mojón”, con vaguadas intermedias que nos sirven para recuperar. El recorrido señalado en su primera mitad por un sendero muy marcado se va diluyendo para quedar reducido a una serie de hitos de piedra que indican dirección, aunque ahora en verano, sin resto alguno de nieve son superfluos porque la cima redondeada del Caballo siempre está visible.

Tras dos horas de marcha coronamos. No descubrimos nada nuevo ninguno de los dos por ser una cima frecuentemente hoyada, aunque siempre que se alcanza una meta propuesta, aparece la satisfacción, aunque moderada, por su consecución. Tras los minutos que ocupamos en visualizar los paisajes que desde aquí arriba se dominan y un día más, algo decepcionados por la neblina que nos impide abarcar claramente el mar y nos oculta totalmente la costa africana, iniciamos el descenso.

Primero hasta el collado y después hasta la propia laguna y el refugio. Tras la acostumbrada visita el refugio y constatar que se mantiene limpio y cuidado después de los arreglos de hace algunos años, volvemos a cerrarlo y retomamos la bajada por la cara sur en dirección, primero hasta el inconcluso Refugio Lanjarón (Hoyo del Zorro 2.900 m) y junto a él el proyecto de aljibe para abastecerlo de agua. Este refugio, como muchos ubicados a gran altura en Sierra Nevada formaron parte de un proyecto de construcción para dar cobijo a los trabajadores de los viveros que tenían que servir para repoblar, mayoritariamente de pinos, a esta sierra.

A partir de aquí caben dos opciones, bien bajar por las crestas: recorriendo toda la Loma del Caballo hasta Peña Caballera (2.253 m), o bien seguir el sendero, que a ratos casi desaparece y que con un descenso más brusco nos ayuda a perder altura para enlazar con el recorrido de la Acequia Nueva (con apenas dos años de vida) que pasa apenas unos metros por encima del Refugio Ventura. De nuevo se nos abren dos posibilidades: seguir bajando hasta Tello, final del tramo del Sulayr que queremos recorrer o seguir junto a la acequia hasta los pies de Peña Caballera. Optamos por esta segunda posibilidad.

Bajo la Peña la acequia muere desangrándose (cuando lleva agua, hoy permanecía seca) en unos prados confirmando que se trata de una acequia de careo. Aprovechamos la sombra que nos brindan unos tajillos para tomarnos el bocadillo, tarea que apenas nos ocupa veinte minutos y de nuevo estamos listos para acometer la segunda parte de nuestro itinerario.

Este tramo del Sendero Sulayr va a discurrir, casi todo el, por pista remontando un desnivel de 600 metros hasta la Rinconada. Durante el recorrido pasamos de la cuenca del río Lanjarón a la del río Torrente. En nuestro caminar vamos a pasar por las inmediaciones de diversos cortijos, todos ellos de factura nueva, imagino que reconstruidos después del extenso incendio que asoló estos parajes en el año 2005. Podemos rellenar agua en la fuente de Mailópez o apreciar la típica construcción de alta montaña en una choza levantada utilizando en sus muros piedra local de esquistos y techada con haces de centeno local superpuestos que la hacen impermeable.

A nuestra izquierda y más de mil metros más abajo el Valle de Lecrín con su rosario de pueblos al fondo y a mayor altura Pinos del Valle, a sus pies el embalse de Béznar; más a la izquierda aun el otro embalse, el de Rules que vistos desde aquí se aprecia su cercanía ya que están separados por un kilómetro escaso. Los pueblos de Dúrcal y Padul con su lámina de agua brillante por los rayos de sol: La Laguna. Al fondo las sierras de Tejeda y Almijara y algo más cercanas las de Albuñuelas y Güájares. Cerrando la panorámica hacia la izquierda la imponente mole caliza de la Sierra de Lújar.

Los distintos barrancos que vamos atravesando están refrescados por pequeños arroyos hasta llegar al último ocupado por el río Torrente. Quizás el río que se despeña con mayor brusquedad de toda la sierra ya que naciendo casi en la cota 3.000 a los pies del Caballo, en apenas unos kilómetros pierde 2.000 metros para ya en las cercanías de Nigüelas atemperarse. Tanto cauce abajo como hacia arriba se construyeron diques pétreos para frenar los materiales de arrastre que por su desnivel son cuantiosos. Todos ellos están hace tiempo colmatados.

Aun nos queda algo más de media hora para acabar nuestro recorrido. En suave pendiente durante este tramo, la carretera deja todavía a un lado otro cortijo e incluso una antigua explotación minera algo por encima de la propia pista. Terminadas las labores extractoras hace años sólo permanece el gran hueco que en su día se le hizo a la loma en busca del mineral. Enseguida accedemos a la curva (La Solana) donde han habilitado un gran mirador desde el que se domina además de todo el barranco del río Torrente con Nigüelas al fondo y el Caballo en su cabecera, buena parte del Valle y las sierras antes mencionadas.

En este último tramo de carretera mi hermano me habla de los aspectos geológicos que enseñan las piedras que han quedado expuestas por el corte en el talud de la carretera, las curiosidades o los rompecabezas que los estratos cuentan y que muchas veces son difíciles de explicar o secuenciar.

Como hemos aprovechado hace poco el río para refrescarnos y hemos bebido en un manantial algo más arriba todavía, no nos demoramos mucho aquí y ya en el coche reiniciamos la bajada con sumo cuidado y lentitud ya que ahora en las primeras horas de la tarde los baches y las profundas rodadas se aprecian mucho mejor que a la subida y trato de esquivarlas cuando puedo o afrontar suavemente las ineludibles. Nos llevará casi la hora hacer los trece kilómetros de bajada hasta el pueblo, para enseguida conectar con la autovía y llegar a Granada dando por finalizada la jornada.



Recordatorio: en nuestras salidas al campo sólo debemos dejar nuestras pisadas, todo lo demás: impresiones, fotos y residuos (orgánicos e inorgánicos), deben regresar con nosotros.








2 comentarios:

  1. Vaya garbeo por la Sierra, por Sulair. Cómo se nota que te la has pateado a gusto. Te agradezco todas estas fotos, que significan aire fresco y autenticidad. Un abrazo

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  2. Certifico tu reconocimiento al Refugio del Caballo como me hacías notar en uno de tus comentarios. Juan Mateo

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