miércoles, 27 de noviembre de 2013

Picón de Jérez y Chorreras Negras (Sierra Nevada - Granada)

Nada mas bajarnos del coche, ésta es la imágen que tenemos: nuestro destino arriba y a la derecha.

Parece tan cercano que extraña que tengamos que andar tres horas de buena marcha para coronar.

Las mañanas suelen presentar brumas en el Marquesado. Sierra de Baza al fondo.

Desde la denominada "Puerta del Alhorí" accedemos al barranco que lo contiene.

Durante unos centenares de metros remontamos junto al cauce del río Alhorí.

Esta pequeña no se fiaba nada de nosotros.

Pequeño circo glacial que alumbra el arroyo Alhorí.

La cima del Picón señalizada por hito, punto geodésico y vivac.

Localizada en la cota 3000: Aglais urticae (Familia Nymphalidae) Sus frágiles alas no aguantan el embate del viento.

Desde el Picón me asomo para abarcar los Lavaderos de la Reina.

Una vez arriba, hoy no tenía ganar de bajar.

En el descenso por la ladera norte nos aproximamos a "Los Miradores".

Poco antes de llegar a Chorreras Negras nos encontramos este arroyo.

Panel en Chorreras Negras que recuerda el accidente.

Viendo el paraje cuesta creer que no hubiera ninguna víctima, solo algunos heridos.

El río Alhorí en su tramo más abrupto.

Mas abajo el barranco se abre permitiendo los prados.

Entre las cotas 2000 y 2500, el falso azafrán (Crocus nudiflorus) en plena floración.

Ésta fotografía abarca todo el recorrido de la jornada.

Refugio Postero Alto.

Desde el refugio, despedida



Fecha:9-10-2013                                                                 Refugio Postero Alto 8'30h.
M.I.D.E.:3,3,3,4.                                                                    Río Alhorí 10h
Duración: 6'15h. (Circular)                                                  Picón de Jerez 11'20-12'15h.
Desnivel en subida: 1.300 metros                                       Mirador Alto 12'45h
Rangos de temperatura: de 8ºC a los 21'5ºC                     Chorreras Negras 13'15h.
                                                                                               Refugio Postero Alto 14'40h.


Uno no puede evitar perder capacidades físicas a medida que cumple años, pero sí puede gestionar la velocidad a la que las pierde y, lo más importante, librarse ¿salvo accidente o enfermedad cerebral? de traspasar el tan temido umbral de la dependencia. La receta es entrenarse.

Volviendo a la rutina semanal de excursionar. Después de muchos años en que la salida semanal ha sido constante, al principio por satisfacer la necesidad de conocer la sierra, nuestra sierra, aquella a la que mis mayores me llevaron cuando niño y me hicieron amar por lo que de ella obtenía y por lo que en ella aprendía, han ido convirtiéndose casi en una necesidad y ahora cuando me salto alguna de las salidas, siento por un lado que se acrecienta el deseo; por otro la casi traición a una necesidad.

Hoy acompañado de mi hermano José Antonio hemos acordado volver, para mi subida reiterada y reciente, a ascender desde el refugio Postero Alto (1.800 m.) hasta el Picón de Jerez (3.020 m.) para descender por su vertiente norte hasta el Mirador Alto. A partir de aqui buscar el paraje conocido como Chorreras Negras (2.408 m.) para finalmente regresar hasta el refugio.

No era este el recorrido previsto por mí, pero como he dado a elegir a mi hermano, el ha decidido, a la vuelta, visitar el afamado enclave del aterrizaje forzoso en los años 60 del avión americano, coincidiendo con algunos problemas físicos que me ha dado hoy mi pie izquierdo, ambos factores han hecho recomponer, casi sobre la marcha, el recorrido de hoy.

La subida al Picón desde el refugio Postero Alto es dura ya que en alrededor de tres horas de marcha se solventan 1200 metros de desnivel. Los grandes desniveles en tiempos reducidos se pueden equiparar siempre a dureza. Hoy no iba a ser una excepción. Hemos arrancado a andar desde el refugio con una temperatura muy agradable; al principio por el propio cortafuegos donde se encuentra el refugio, para una vez ganada altura y atravesar perpendicularmente el sendero Sulayr, convertirse en sendero con infinidad de ramales en este primer tramo debido a partes iguales a los senderistas y a la abundancia de ganado en la zona.

Me ha dado la impresión de que las muchas ganas y grandes ánimos con que se afrontan estos primeros minutos de subida, las intactas fuerzas con que cuentan los excursionistas le hacen trazar itinerarios alternativos; fe de ello da que el sendero original, con sus idas y venidas a lo largo de la loma dulcificando la subida, ha desaparecido totalmente. En su lugar el trazado actual afronta la subida por la loma de forma directa, sin concesiones en ningún momento. Pocos son los trazos sinuosos que a fecha de hoy podemos mas que ver, adivinar y que seguro que en su día formaban el recorrido único.

Así lo que en principio sabemos que va a ser duro, se ha endurecido todavía más por la verticalidad que entre todos le hemos dado al recorrido. Pasada una hora se bifurca el sendero: a la izquierda hacia el Puerto de Trevélez, hacia la derecha hacia el río Alhorí. Nosotros, tras dudar unos instantes, optamos por el río. Aquí se suaviza la subida e incluso, después de atravesar un pequeño barranco con amplios prados encharcados, accedemos a la Puerta del Alhorí donde se inicia una tímida bajada por una amplia terrera. Es un pequeño collado desde el que divisamos el barranco por el que discurre el río.

Tras los escasos minutos los que nos separan el collado del propio río, llegamos al propio cauce que se despeña barranco abajo con prisas. El caudal es más que apreciable teniendo en cuenta la época otoñal en la que nos movemos, entre el desplome y la abundancia de agua el cauce se dibuja mediante una línea blanca de espuma. A pesar de lo avanzado del mes todavía, tanto en el propio circo glaciar donde tiene su nacimiento como en las laderas colindantes permanecen algunos ventisqueros, lo que favorece que a ambos lados del cauce principal aparezcan nacimientos de agua, algunos ferruginosos que alimentan los prados que acompañan toda la ascensión a ambos lados del río. El sendero asciende por la margen derecha, paralelo al propio cauce pero se puede hacer por la izquierda buscando el sol si apetece. Ascendemos junto al río y a su propio ritmo, remontando unos cientos de metros hasta llegar a la cubeta glaciar.

Este pequeño circo glaciar, cerrado en su cara sur y este por una potente pared rocosa, se abre hacia el noreste acogiendo una pequeña cubeta que en su día contuvo el glaciar. Cerrada por una marcada y bien formada morrena muy visible desde bastante antes de llegar. Aunque posiblemente en su día contuviera una laguna, hoy apenas si se produce algún somero encharcamiento durante la primavera y primer verano.

El río nace justo debajo de la morrena. Aparecen varios arroyos que rápidamente unifican sus cauces e inician el fuerte descenso, barranco abajo, perdiendo altura de forma vertiginosa. A partir del nacimiento, con la mole del Picón a nuestra derecha, sólo queda afrontarlo por donde el criterio de cada cual aconseje. Apenas nos ayudan algunos hitos que sólo insinúan diferentes posibilidades loma arriba.

A media subida nos encontramos con los separados restos de lo que fue un largo y majestuoso ventisquero, que protege la subida al Picón por esta vertiente hasta bien entrado el verano. Hoy sólo quedaban algunos trozos aislados que no impedían afrontar la subida por allí donde consideremos más acertado. Apenas si existen diferencias entre alternativas, todas son duras o muy duras y la homogeneidad del terreno que pisamos así como su pendiente no nos ayudan a decidir.

Una vez arriba entre hitos, vivac y punto geodésico (3.090 m.), mi hermano quiere acercarse al Puntal de Juntillas (3.139 m) y “echarle” una mirada a la laguna del mismo nombre. Yo hoy bastante “perjudicado” por mi pie izquierdo decido acomodarme entre las piedras e intentar recuperar mi dolorido apoyo. Allí, recostado entre las piedras, mantengo la posición extasiado en mi soledad, bajo un acariciante sol e inmerso en un absoluto silencio durante la casi hora que ocupa mi hermano en su desplazamiento. De nuevo juntos, algo de comer e iniciar la bajada.

Buscamos la cara norte para la bajada (el Panderón), para una vez perdida altura irnos desviando hacia la derecha (siempre loma a través, sin sendero ni indicación alguna) buscando los tajos cercanos a Chorreras Negras. Queremos, ya que ninguno de los dos lo conocemos, acercarnos a este enclave, al que últimamente se le ha dado una cierta notoriedad por parte de las autoridades del pueblo de Jérez, programando una subida a primeros de septiembre para recordar el rescate de la tripulación y pasajeros de un avión americano estrellado en este enclave en los años 60.

Debido a un tremendo golpe de suerte junto a la pericia del piloto que logró posar el avión en unos prados totalmente nevados junto a unos tajos, se pudieron salvar todos los viajeros ayudados por personal que ascendió desde el pueblo en su auxilio. Viendo el entorno aprecio que más que pericia del piloto debió ser la suerte, ya que el día de ventisca que cuentan que hacía, hacía imposible ver el terreno sobre el que volaba.

Justo a los pies de las Chorreras Negras (tajillos rocosos oscurecidos por el agua en su descenso), se ha colocado un panel dando algunos datos del hecho, junto con algunas fotos del propio avión, cuando aun se encontraba en el lugar. Ya sólo nos queda seguir descendiendo, a ratos por la propia vereda, a ratos por donde nuestro criterio nos dicta hasta reencontrarnos con el río Alhorí, cruzarlo y buscar el mejor acercamiento para llegar de nuevo hasta el Refugio Postero Alto.

Tras cruzar el río, fuertemente encajonado en este tramo, encontramos un sendero que en bajada nos acerca a unos prados ocupados por ganado vacuno. Enseguida encontramos un estrecho carril que seguimos con entusiasmo después de la jornada sin apenas senderos, que nos deposita en el cortafuegos, unos metros por encima del propio refugio.

Todavía en el descenso ya en coche, nos cruzamos con una patrulla de la guardia civil que nos para, se interesa por nuestro recorrido y tras preguntarme por el motivo de nuestra visita a la sierra me solicita que le abra el maletero para inspeccionarlo. No se me ocurre preguntar que es lo que buscan, porque intuyo que es simple rutina y nosotros no tenemos nada que ocultar. Después y ya sin mas incidencias bajamos, primero a Jérez del Marquesado para una vez atravesado llegar a Guadix y desde allí, una vez tomada la autovía regresar hasta Granada.


Recordatorio: en nuestras salidas al campo sólo debemos dejar nuestras pisadas, todo lo demás: impresiones, fotos y residuos (orgánicos e inorgánicos), deben regresar con nosotros.




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