miércoles, 20 de noviembre de 2013

Sierra Mágina V: Mata Bejid - Fuenmayor (Jaén)


Sierra Mágina, mi destino, flotando sobre nubes.

Aunque espectaculares sabía que hoy no durarían.

Arriba y a la izquierda se sitúa el Puerto de la Mata.

Con el sol ya alto y aun se resistían a desaparecer.

Ruinas del Castillo de Mata Bejid.



Los retazos de nubes querían prolongar las ramas. 

Peñas y encinas los dos protagonistas de hoy.

Cerro Almadén desde el Puerto de la Mata, inconfundible por su complejo antenil.

Una vez iniciada la bajada desde el Puerto: Torres con el Aznaitín a la derecha.

Una de las construcciones del Área Recreativa de Fuenmayor

Fuenmayor.

Escala y alberca del área recreativa.

Salida del agua en el nacimiento.

Sugerente escalera de bajada para el agua.

Cerro Ponce, uno de los que superan los dos mil metros.

Cascada del Zurreón hoy muy pobre en agua.

Pequeño y descuidado refugio cerca del Puerto de Torres.

Peña de Jaén la segunda en altura de esta sierra.

Aprendiendo de mama.

De nuevo abajo entre olivos.


Fecha:2-10-2013                                                                           Inicio sendero                8'30h.
M.I.D.E.:2,2,3,3.                                                                              Castillo Mata Bejid         9h.
Duración: 7'15h. (Lineal)                                                               Pto. De la Mata            10'30h.
Desnivel en subida: 1.050 metros                                                 Fuenmayor                11'40 -12h
Rangos de temperatura: de 12ºC a los 30ºC                                Puerto de Torres          13'30h
                                                                                                         Inicio sendero              15'45h.

El pasado mes de mayo intenté hacer este recorrido y me lo impidió la espesa niebla que cubría la sierra de Mágina, me llovió e incluso me cayeron algunos copos de nieve; al bajar de nuevo hasta las proximidades del Centro de Interpretación que se ubica entre las localidades de Huelma y Cambil, el sol reinaba en el cielo y se podían divisar las cumbres de los cerros nevadas. Quedó pendiente este recorrido para mejor ocasión y basándome en mi cabezonería sabía que antes o después llegarían las ganas de afrontarlo de nuevo a pesar de ser todo por carril, no de mi gusto por cierto.

La Sierra de Mágina, a pesar de ser una pequeña “isla” en medio de los monocultivos y tierras alomadas de Jaén, presume de contener la cima más elevada de la provincia (Pico Mágina 2167 m.) y además otra media docena de cerros que superan la cota 2000. A pesar de mi tardío descubrimiento de esta sierra, entre el año pasado y este he recorrido todos los senderos señalizados que propone el plano editado por la Junta de Andalucía y ya con algún conocimiento del terreno puedo afirmar que merece la pena dedicarle algunas jornadas a su visita y recorrido. Exaltada frecuentemente por Muñoz Molina, donde ubicaba algunas de sus historias, el conocerla entre sus habituales brumas que le aportan un aspecto misterioso y atractivo, haciéndola camaleónica dependiendo del día climatológico en que se visita, es una maravilla.

Este recorrido de hoy (coincidente con al tramo del GR-7 que atraviesa esta sierra) se puede afrontar desde el pueblo de Torres, itinerario que reservo para hacer cualquier mañana con mi mujer, o bien desde la carretera que une los pueblos de Huelma y Cambil (kilómetro 13 de la A-324), recorrido escogido por mí para hoy buscando retomar un itinerario (número 7 en el plano de Sierra Mágina publicado por la Junta de Andalucía) que quedó inacabado el año pasado por las condiciones climáticas desfavorables mencionadas.

Esta propuesta me va a permitir recorrer una de las zonas de bosque mediterráneo mejor conservadas de toda la sierra de Mágina siendo su principal atractivo la dehesa: tras aclarar el bosque de encinas y quejigos para dar lugar a espacios de prados de alta montaña junto con infinidad de arbustos propios del bosque mediterráneo. Durante la ruta de algo más de 30 kilómetros (ida y vuelta) voy a poder disfrutar de paisajes de gran belleza dominados en todo momento por la espectacular silueta de la Peña de Jaén.

El recorrido nace en la propia carretera que une las poblaciones de Huelma y Cambil, casi a medio camino entre ambas, pudiendo dejar el coche unos metros más abajo en un ensanche de la propia carretera (cota 995). Se inicia la subida por un carril cementado en su inicio que en sus primeros metros atraviesa campos dedicados al cultivo del olivo. Olivos viejos, mas que centenarios algunos, de un sólo pie cuyos suelos limpios de matojos ya están preparados para la recolecta de la próxima cosecha. Hay que ir atentos porque el cartelón que había a la entrada anunciando el recorrido ha desaparecido con las obras de acondicionamiento de la rampa inicial.

Después de alrededor de media hora de marcha llego a las ruinas del Castillo de Mata Bejid y una gran era (de 20 metros de diámetro), a la izquierda de la carretera y las también ruinosas paredes de un extenso cortijo enfrentado al castillo (todo el paraje es conocido como el Castillejo), a la derecha de la carretera. Estas ruinas atraen la curiosidad por recorrerlas, siempre con la precaución debida, sobre todo si se va acompañado de niños en los que siempre aventaja la curiosidad y la osadía a la prudencia. A partir de aquí, siempre por el carril y en subida moderada va cambiando el paisaje ganando presencia las grandes encinas y quejigos adehesándose el terreno dado que el aprovechamiento de los pastos ha sido tradicional en esta sierra.

Junto a la desaparición del monocultivo aparecen muchas especies de aves, algunas ardillas e incluso avisto algún zorro que a estas horas de la mañana está haciendo su ronda. A partir de aquí los amplios prados que se alternan con los grandes encinas y quejigos están habitualmente ocupados por extensos rebaños, mayoritariamente de ovejas y no es raro divisar alguna gran rapaz trazando círculos por el cielo en busca de posibles presas.

Tras otra media hora de ascensión, junto a una curva de la carretera aparece un vallado que cierra una gran balsa preparada para su uso por los medios de extinción de incendios y que a la vez sirve de refugio a los múltiples anfibios de la zona. Junto a ella las ruinas del cortijo de Los Prados y unos metros mas arriba, indicada con su correspondiente poste, una fuente. Junto al antiguo cortijo dos espectaculares ejemplares arbóreos: un nogal y un castaño de indias compitiendo entre sí en altura y volumen.

Casi desde el inicio del recorrido se divisan arriba tres de las cimas que ostentan cotas por encima de los 2000 metros. Entre dos de ellas va a atravesar la carretera después de alcanzar el collado correspondiente para dejarse caer por la vertiente contraria. El collado se sitúa entre el Cerro Almadén (2.032 m.) y el Cerro Ponce (2.005 m.) a izquierda y derecha respectivamente del Puerto de la Mata. Más a la derecha, inconfundible por su abrupta cara sur que alterna los tajos con grandes terraplenes terreros está el Cerro de Jaén (2.147 m), ostentando la segunda cota de esta sierra por poca diferencia, el más occidental de los grandes picos de la cresta del Mágina. Y todavía quedan otros dos dos miles en esta sierra: el Miramundos con sus 2077 m. y el Cerro Cárceles con 2060 m.

Todavía tengo que seguir subiendo durante otra hora para llegar al Puerto de la Mata (1.670 m). En un corto tramo de llaneo aparece una barrera hoy abierta que entiendo señala el puerto, para enseguida comenzar la bajada por la otra vertiente. Preguntado tanto en la primera subida como ya casi arriba por senderos alternativos a la pista de tierra, intentando suprimir el “intenso y prolongado curveo” de la carretera me informan de que no los hay. No obstante, más adelante, ya a la vuelta, conseguiré sustituir un tramo de carretera por unas rodadas que monte arriba cortan bastante a costa de ascender de forma brutal, como si de un cortafuegos se tratase.

La bajada por la vertiente norte se prolonga durante algo más de una hora para llegar primero a un cruce y posteriormente a la propia área recreativa de La Fuenmayor (1.300 m). Se han habilitado algunos espacios con mesas con formas de ruedas de molino cónicas en torno al nacimiento de agua. Nacimiento generoso que tras diversos saltos alimenta una alberca amplia, aunque con poco fondo antes de iniciar, barranco abajo el camino para unirse al río Torres.

He aprovechado mi estancia en el área para además de comerme el bocadillo dedicar unos minutos a recorrer todo el entorno. Entre la abundancia de agua y las frondosas sombras que proporcionan los grandes árboles se ha creado un ambiente fresco y muy agradable. Seré plenamente consciente de este agradable ambiente cuando lo abandone y retome la pista, ahora cuesta arriba y bajo un sol que hoy no era de amigos.

Antes de llegar de nuevo al cruce, dejo a mi derecha la famosa Cascada del Zurreón, hoy poco vistosa por la escasez de agua que lleva, apenas un hilo que se despeña desde lo alto hasta estrellarse a medio recorrido sobre un saliente rocosa de la propia pared. Vistas algunas fotos de otros inviernos parece que merece muy mucho la pena acercarse cuando su curso sea más generoso ya que aparenta ser espectacular, incluso en algunas fotos aparece la cascada totalmente helada.

Poco después del cruce me encuentro un par de lugareños a los que vuelvo a preguntar por la posibilidad de acortar el camino mediante algún sendero y me señalan unas marcas de ruedas que monte arriba se acoplan al terreno sin hacer concesiones. Me quedo observándolas sin saber si encaminarme hacia ellas o ignorarlas. Por un lado el acortar terreno evitando algunas curvas me parece atractivo, por otro, la pendiente que me muestra el inicio de la alternativa es para pensárselo. Me decido a tomarla el observar que al menos los primeros metros aparecen ensombrados. Más adelante la sombra desaparecerá pero no así la pendiente que se mantiene en toda su longitud superando los 35 grados en algún tramo, como si de un estrecho cortafuegos se tratara.

Me lo tomo con calma y al cabo de un rato aparezco junto a una gran balsa y un abrevadero que apenas si divisé en mi bajada, ciertamente bastante arriba casi en el propio puerto, en la paraje denominado Hoyalino. El puerto recibe dos nombres dependiendo de la vertiente por la que lo subamos: si lo hacemos desde Huelma se denomina Puerto de la Mata, si lo hacemos desde Torres lo apellidan Puerto de Torres, imagino que por estar la divisoria entre términos municipales en el propio puerto queriendo cada municipio reivindicar su patrimonio.

Aprovecho la fuente del abrevadero para refrescarme y tras lavarme cara y brazos comienzo la larga bajada bajo un sol de justicia que ya no me dejará hasta terminar el recorrido. Aprovecho algunos nacimientos de agua que encuentro por el camino para seguir refrescándome, ya que dada la abundancia de ganado por la zona, ni se me ocurre beberla. Es importante llevar agua potable en abundancia, sobre todo si salimos en días claros y calurosos como el de hoy. Yo he necesitado durante la jornada los dos litros de agua que levaba y os puedo asegurar que no me ha sobrado ni una gota.




Recordatorio: en nuestras salidas al campo sólo debemos dejar nuestras pisadas, todo lo demás: impresiones, fotos y residuos (orgánicos e inorgánicos), deben regresar con nosotros.



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