Restos de las trincheras en las Posiciones del Veleta.
Fecha:20-9-2013 Alb.
Universitario 8h.
M.I.D.E.:2,2,3,3. Posiciones 8'30h
Duración:
7h. (Lineal) Caldera
9'50h.
Desnivel
en subida: 600 metros Collado Ciervo
10'15h
Rangos
de temperatura: de 4ºC a los 16ºC Mulhacén
11'10h.
Ref.
Carihuela 13'30h.
Posiciones
15'45h.
Alb.
Universitario 16'15h.
En
definitiva, la confianza es la llave con la que se deshacen nuestros
miedos. Al principio necesitamos la de nuestros padres, luego de
amigos, jefes o compañeros. Pero no nos engañemos, la auténtica
confianza que nos permite afrontar nuestras incertidumbres es la que
tenemos en nosotros mismos.
(Pilar Jericó).
Hace algún tiempo me
hice el propósito de subir al Mulhacén (3.482 m) todos los años e
intento llevarlo a cabo durante el otoño porque esta subida me gusta
realizarla cuando ya la época veraniega ha pasado y con ella la gran
afluencia de visitantes que intentan coronar la cima de la Península
formando en ocasiones un auténtico cordón humano por el recorrido.
Hoy he estado
acompañado o acompañando (nunca tengo la seguridad de cual es la
realidad) de mi hermano José Antonio. Habíamos quedado en subir a
la sierra y yo después de largos años haciendo una incursión casi
semanal, suelo ofrecer a mis acompañantes que elijan ellos el
destino. Mi hermano había elegido acercarnos hasta la Alcazaba
(3.371 m) a través de los tajos: primero el del Mulhacén y
proseguir por el de la Alcazaba para minimizar el esfuerzo y el
tiempo para coronar la cima por su cara noroeste.
Habíamos acordado
aprovechar el miscrobús que facilita la subida hasta las Posiciones
(3.000 m) aprovechando que todavía está operativo, aunque según
las últimas informaciones ya han tenido problemas en las subida durante esta semana por las reiteradas tormentas que se producen a
partir del mediodía, casi de forma sistemática.
Quedé en recogerlo
cerca de su casa a las siete de la mañana para subir tranquilamente
y estar dispuestos en el albergue Universitario unos minutos antes de
las ocho en que estaba programada la salida. Junto a nosotros usan el
servicio otra pareja de excursionistas que una vez llegados al
destino se introducen rápidamente en el Corral del Veleta.
Tras salir del microbús
con la calefacción puesta y encontrarnos unos escasos 3 grados,
rápidamente tuve que echar mano a la sudadera. Los primeros minutos
de marcha por la ladera del Veleta vamos viendo en la cuneta los
restos de la generosa granizada que nos habían informado que cayó
el martes anterior. Las heladas que se producen por las noches ha
ayudado a que se conserven en las zonas de umbría y con considerable
espesor a tramos.
Una vez llegados a la
Carihuela y ya calentados por el sol, la temperatura vuelve a ser muy
agradable y rápidamente devuelvo la sudadera a la mochila. En el
recorrido por la carretera apreciamos que tanto la Laguna de Aguas
Verdes, primero, las de las Cabras y las de Río Seco después gozan
de buena salud hidrográfica este año por lo que no hay peligro de
que se sequen. Llegado a Loma Pelá, decidimos atravesarla en lugar
de rodearla (ya lo haremos a la vuelta) y entrar al circo glaciar de
la Caldera por arriba.
Durante la ascensión
movemos a una docena de cabras que estaban echadas cerca del sendero
y que no esperaban nuestra visita. Desde el collado iniciamos el
descenso rodeando el amplio circo que contiene la laguna, que
conserva un buen perímetro también este año. No nos acercamos
hasta el refugio y manteniendo la máxima altura iniciamos la loma
del Mulhacén para una vez superado el Collado del Ciervo asomarnos
al tajo del Mulhacén y encontrarnos la sorpresa del día.
Enseguida decidimos no
intentar si quiera introducirnos por el sendero ya que a simple vista
ha acumulado una permanente capa del granizo caído el pasado martes y
las bajas temperaturas lo mantienen. Toda la línea del sendero se
distingue blanca por la acumulación de granizo. Tras la necesidad de
cambiar de planes y conocido mi hábito de ascender al Mulhacén
anualmente, decididos aprovechar la incidencia para subir.
Los años y la
experiencia nos han enseñado, a ambos, a asumir la veracidad del
dicho: “si comienzas las ascensiones como un viejo, las terminarás
como un joven” y así solemos hacerlas, entre otras cosas porque ya pertenecemos los dos al gremio de los "viejos". Con paso corto y pausado
iniciamos la subida y ya no paramos hasta coronar. Aun así se notan
los casi quinientos metros de ascensión que separan la laguna de la
cumbre. Arriba coincidimos con otros cuatro visitantes con los que
compartimos algunos comentarios y las obligadas fotos mutuas, para
enseguida iniciar el descenso.
Casi se me olvida,
tenía interés en fotografiarme junto a una de las chabolas ubicadas
casi en el cumbre y en la que pasé algunas noches en mis años
mozos, cuando la ilusión y los quehaceres obligaban a aprovechar los
días libres para excursionar y éstas duraban varios días, lo que me
hace volver sobre mis pasos ya que la había dejado atrás en mi
descenso. Es una pequeña chabola con entrada en ele que aun se
conserva en buenas condiciones. Tras la visita obligada para mi, retomar la
bajada para no detenernos hasta llegar al refugio de la Caldera.
Mantengo mi costumbre
de echarle un vistazo a los refugios para mantener información
fidedigna de su estado de conservación y limpieza. Hoy éste estaba
cerrado y limpio. Tras la visita decidimos retornar por la carretera,
rodeando ahora Loma Pelá, mientras aprovecho los amplios conocimientos geológicos
de mi hermano para solicitarle explicaciones sobre lo que vemos.
Me documenta sobre una
mancha más oscura englobada en el conjunto de los Raspones y muy
visible por su distinto colorido, informándome de que es una burbuja
volcánica que no llegó a aflorar. Que esta sierra es un
rompecabezas a nivel intelectual y a nivel geológico, ya que no se
puede explicar satisfactoriamente mucho de lo que se ve y tampoco se
pueden secuenciar y datar totalmente los procesos geológicos que han
dado origen a estas rocas. A pesar de mi incultura geológica siempre
había adjetivado estos parajes como “caóticos” por su
diversidad, por sus afiladas crestas, su disposición espacial y por
su contundencia no exenta de belleza que le aportan una innegable
majestuosidad.
De vuelta a la
Carihuela decidimos adentrarnos, mientras hacemos hora para retomar
el transporte hasta el albergue, por el paso que rodeando la base del
Puntal de Loma Púa y por la cabecera de los Tajos de la Virgen
enlaza con la cima y el refugio del Elorrieta. Es un sendero de uso
no frecuente que unido a su recorrido por cascajales y muy cerca de
las crestas es difícil de seguir si no se conoce, e incluso
equívoco, dado que hay hitos por todos lados y no todos son útiles
para nuestro propósito ya que algunos señalan el recorrido por las propias crestas, que no era nuestro objetivo hoy.
En este recorrido coincidimos con un natural de Güejar Sierra que nos acompaña un rato. En la conversación detectamos que está algo desorientado ya que afirma querer ir hacia su pueblo y nosotros estamos andando en dirección sur. Tras aclarar el equívoco, se vuelve en busca de su destino. Cual sería nuestra sorpresa, al volver por desistir de seguir con nuestra recorrido, el ver que de nuevo viene a nuestro encuentro. Tras hacerle ver de nuevo se equivocación, nos acompaña hasta la Carihuela donde nos despedimos, manifestando su intención de dormir en el refugio de la Caldera y bajar al día siguiente por la Mosca y La Estrella
Como se aproxima la
hora de llegada del microbús y las nubes van invadiendo el terreno,
a medio recorrido decidimos volver y “perder” el rato que nos
sobre en asomarnos al impresionante Corral del Veleta a la vez que
evocar los recuerdos de las noches pasadas, asociadas siempre con
frío, en las estructuras de las Posiciones. Construcciones
elaboradas durante la guerra civil, que aunque no las hemos conocido
nunca con sus originales techumbres aprovechábamos el refugio que
brindaban sus recias paredes para mal-pasar las noches, protegidos si
no del frío propio de las noches serranas al menos del aire, eso
sí, con unas vistas inmejorables del cielo estrellado.
Recordatorio:
en nuestras salidas al campo sólo debemos dejar nuestras pisadas,
todo lo demás: impresiones, fotos y residuos (orgánicos e
inorgánicos), deben regresar con nosotros.
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