Padre e Hijo.
Fecha:10/11-7-2013 Capileira
8'40h.
M.I.D.E.:3,3,3,3. Alto del Corrillo 9'35h
Duración:
7h30' (31.300p) (Lineal) Siete Lagunas
11'40h.
Desnivel en subida: 500 metros Goterón 14h
Rangos
de temperatura: de 19ºC a los 31ºC Calderetas 15 a
18h.
Vivimos
en un mundo en que parece que, si uno no se rodea de gente, ruido,
música, no puede ser feliz. Cuando parece que es todo lo contrario.
Saber estar solo es el primer y obligado paso para encontrar la
felicidad, el equilibrio. El que no se encuentra cómodo consigo
mismo y confía su bienestar a otros tiene muchas posibilidades de
llevarse una tremenda desilusión.
Hacía
bastante tiempo que intentaba casar mi interés por visitar las
Lagunas del Goterón y la tríada de Las Calderetas
con alguna compañía para prolongar la excursión
durante
dos días. A mi hijo Carlos le hacía ilusión pasar una noche en
Sierra Nevada para poder apreciar en todo su esplendor el cielo
nocturno. Aprovechando que él está en periodo vacacional hemos
conjugado intereses.
No
se si recuerdo, me explico, soy consciente de que los recuerdos a
veces se solapan, a veces se distorsionan; es frecuente creer cuando
visitas un paraje o vives una situación, sobre todo si es similar a
otras que has vivido o visitado, tener la sensación de que no es
nuevo lo que está ocurriendo. En la Sierra son múltiples los
parajes similares, hay rincones que casi se duplican en varios
sitios, por lo que vistos una vez, los nuevos te van a crear la
sensación de repetidos o ya avistados.
Yo
no tenía conciencia clara de haber visitado las lagunas del Goterón
y las de Las Calderetas. Aunque hace ya casi cincuenta años me
llevaran a estas cañadas de la sierra, la memoria no me aportaba ni
imágenes ni situaciones que me posibilitaran asegurar que las había
visitado. Además tengo durante estos últimos años el obstinado
empeño de fotografiar todas las lagunas y lagunillos con cierta
entidad de Sierra Nevada y estas me faltaban.
Decidimos
mantener como días serranos los miércoles y prolongar puntualmente
esta salida al jueves. Tras estudiar los posibles itinerarios y
teniendo en cuenta que no queríamos que fuera una excursión dura ni
por desniveles, ni por distancias, acordamos comenzarla en El Alto
del Chorrillo. Para acceder al Chorrillo hay que coger un autobús
en Capileira ya que no está permitido el acceso a vehículos
particulares por tratarse de Parque Nacional o ascender andando desde
el Área Hoya del Portillo (2.150 m.) que no era nuestro caso.
Hacer
las reservas (958763090) con suficiente antelación es primordial en
estos meses vacacionales por excelencia si no queremos correr el
riesgo de quedarnos “en tierra” ya que las plazas son limitadas
(el servicio lo hacen microbuses) o tener que aceptar un horario que
no nos interese. A propósito me veo en la necesidad de informar que
dado el personal que atiende en Pampaneira conviene confirmarlas,
porque aun así, nos podemos encontrar con sorpresas desagradables,
tanto en las propias reservas como en el día y las horas
solicitadas.
Nosotros
elegimos la primera subida por la mañana del primer día y la última
de la tarde para bajar el segundo. El recorrido no es ni duro ni
difícil si se conoce mínimamente. Así que pensamos tomárnoslo con
tranquilidad y demorarnos allá donde la curiosidad o el interés nos
lo demandara. La subida desde Capileira hasta el Alto del Chorrillo
(ya en la propia loma del Mulhacén) es de 21 kilómetros. Los
primeros 11 kilómetros en que se permite circular libremente a todos
los vehículos ya que es el acceso al Área Recreativa Hoya del
Portillo (2.150 m.), algo menos de una hora ha invertido el microbús
en la ascensión, casi todos ellos por un carril de tierra bastante
cuidado.
Aquí
se sitúa la barrera que restringue el tránsito a motor y quedan por
remontar otros 10 kilómetros hasta el final del trayecto: Chorrillo
(2.700 m.). Es un servicio muy solicitado por ser uno de los accesos
clásicos hasta Siete Lagunas (2.875 m.), Mulhacén (3.482 m.),
Refugio Poqueira (2.550 m.) y posibles recorridos a distintos pueblos
de la Alpujarra (Trevélez, Pitres, Bubión, Pórtugos).
El
inicio de la excursión comparte itinerario con la subida al
Mulhacén, así que el grupo inicial se va dispersando, según los
distintos ritmos, a lo largo de la vereda. Nosotros embebidos con la
captura fotográfica de la Apolo por parte de mi hijo, ya que ahora
están en plena temporada y aprovechando que nos movemos justo por el
rango de cota que es su hábitat, nos pasamos ascendiendo y me he
dejado el inicio del sendero a Siete Lagunas por debajo.
No
es un problema serio si despreciamos los metros innecesarios de
subida. Subsanado el error hacemos un trazado nuevo algo más alto
salvando unos ventisqueros hasta enlazar con la Cuesta del Resuello
(vereda que sube desde Siete Lagunas hasta el Mulhacén). Para una
vez en ella bajar hasta la Laguna Hondera (2.875 m.) donde decidimos
descansar un rato para comer junto a uno de los nacimientos de agua
que la alimentan. El rumor del agua, abundante en estas fechas de
apogeo en el deshielo y el contínuo sonar de los cencerros de la
vacas son los dos sonidos que percibimos.
Atravesar
el desagüe de la laguna Hondera (nacimiento del río Culo de Perro)
para recorriendo la loma de la Alcazaba dirigirnos hasta la Piedra
del Yunque (2.900 m.), donde ya terminada la Loma Chordi nos
adentramos hacia la cañada del Goterón. Desde el inicio de la
bajada ya nos llama la atención la majestuosa cascada que se despeña
unas decenas de metros salvando un cortado haciendo de línea
divisoria: por encima la nieve es abundante, por debajo amplios
prados muy concurridos por las vacas.
Remontamos
buena parte del barranco siguiendo la propia cañada hasta superar la
cota 3.000 buscando el Lagunillo del Goterón sin éxito. La
abundancia de nieve lo tiene todavía oculto, por lo que decidimos
bajar y buscar una buena ubicación para montar la tienda pensando en
pernoctar. Al final acordamos plantar la tienda unos metros por
encima de la cascada en un amplio vivac bastante elaborado. Montamos
la tienda (2.760 m.) y comemos algo ligero ya que hemos decidido
dedicar la tarde, libres de equipaje, a visitar las Lagunas de las
Calderetas (2.900 m).
Son
algo más de las tres cuando iniciamos el vadeo de los espolones que
nos separan del próximo barranco (Cañada de las Calderetas).
Tratamos de no perder altura algo que no siempre es posible dada la
multitud de tajillos que se interponen en nuestro caminar. Al final
tenemos que acceder a las lagunas superando la suave cascada de la
última (la de cota más baja).
Es
un sistema de lagunas escalonadas y enlazadas por los desagües
mutuos. Ahora en plena temporada de deshielo se forma algún
lagunillo más intermedio. Ubicadas entre las cotas 2.850 m. y los
2.900 m. son cubetas excavadas glaciarmente en la propia roca. Hay
muestras visibles de esa erosión en la laguna más alta, donde la
pared rocosa muy erosianada y con un desnivel próximo a 45º muere
en la misma orilla.
Hoy
estaban a medias cubiertas por los ventisqueros, algunos de ellos
penetraban en la propia laguna conservándose gracias a las bajas
temperaturas del agua. La abundancia de nieve en todos los contornos
dificultan apreciar el tamaño real de las lagunas, seguro que poseen
una superficie bastante mas amplia que lo que dejaban ver hoy. Una
vez hecho el recorrido regresar hasta el emplazamiento de la tienda
en la estrecha cañada del Goterón. En total hemos tardado unas tres
horas en el recorrido.
Recordatorio:
en nuestras salidas al campo sólo debemos dejar nuestras pisadas,
todo lo demás: impresiones, fotos y residuos (orgánicos e
inorgánicos), deben regresar con nosotros.
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