Ferreira desde su mirador en el Puerto.
Fecha:29-5-2013 Puerto
Ragua 7'30h.
M.I.D.E.:2,2,3,4. Río Laroles 10'30h
Duración:
8h15' (36.000p) (Semicircular) Caseta vigilancia
11'00h.
Desnivel en subida: 500 metros A. R. Río Laroles 12'00h
Rangos
de temperatura: de 0ºC a los 12ºC Posada Arrieros
13'45h.
Puerto
Ragua 15'45h.
Hace
un par de semanas cuando subía al Chullo con mi hermano, tanto desde
la loma como desde la cima me llamó la atención una pista que
atravesaba la loma enfrentada a la nuestra hasta perderse. En su
momento me pareció que podía ser interesante recorrerla, entre
otras cosas porque esa parte de la sierra es una gran desconocida
para mí.
Tras
interesarme por ella sólo conseguí una referencia en que alababan
la belleza de la misma ya que a cada barranco le asignaban un arroyo
y a algunos de ellos cascadas de hasta de diez metros.Tras hablar con
personal del ayuntamiento de Laroles me informaron que efectivamente
la pista enlazaba con el pueblo.
Hoy me he lanzado a
recorrerla, si no entera, ya que no he bajado al pueblo, si un buen
trecho. Las pistas nunca han sido objeto de mi devoción y esta no ha
sido una excepción.
Arranco a andar a las
7'30 horas desde el Puerto de la Ragua. La redonda temperatura que a
esa hora marca el termómetro es de 0ºC. Enfrente del restaurante
sale un carril que rápidamente se dirige hacia arriba. A los pocos
metros, a la izquierda, tras el sendero de “accesibilidad
universal” (Mirador del Hornillo), nace otro carril que es el que
he tomado. Enseguida una cadena, lo que me indica que no voy a tener
que preocuparme por el tráfico.
Comienza en suave
ascenso que mantendrá durante un par de kilómetros, para después
iniciar ya el descenso, en ningún caso acusado, que no abandonará
hasta avanzada la mañana. El carril va a rodear los morrones por el
sur. Yo estoy acostumbrado a verlos por su cara norte cundo realicé
las etapas del Sulayr (15 y 16) que recorriendo sus lomas unían el
Toril con el Cortijo de las Chorreras y Postrero Alto.
Hoy
los voy a ver por detrás, primero el Morrón del Hornillo (2.338 m),
más tarde el del Mediodía (2.756 m), para terminar a los pies del San
Juan (2.786 m). Me voy a desplazar por el carril perimetral que en
buena parte de su recorrido discurre justo por el límite entre
Parques: hacia las cumbres el Nacional, a la izquierda el Natural.
Paso por parajes, todos ellos con nombres alusivos: Horcajo del
Hornillo, Loma del Mal Abrigo, Pandera del Pozuelo, Roza de la
Tijera, dejando a medio camino el bonito cortijo de Las Primeras
Aguas encarasolado y rodeado de pequeñas parcelas cultivadas.
Hoy
si descendían por todos los barranquillos, arroyos, más o menos
caudalosos, porque en las cimas aun quedan algunos pequeños
ventisqueros, a los que no parece les quede mucha vida. A las dos
horas de camino y algo antes de un cambio de dirección tras llegar a
un collado, se ha unido por la izquierda a la pista que yo sigo el
Sulayr (tramo 9), que no abandonará el carril hasta su finalización
en el Refugio “Fuente del Espino”, final de la etapa.
Tras
un tramo de clara bajada me dirijo hacia el río Laroles para sin
detenerme (lo haré a la vuelta), proseguir por la loma, ahora
subiendo, cruzarme con la Acequia del Boy, hasta llegar a terminar de
nuevo en otro collado dando nacimiento a otro abierto barranco. No
estoy a mucha distancia de las cimas pero las lomas crecen muy
deprisa, ensanchándose rápidamente, lo que provoca que el transitar
cada una de ellas me lleve más de una hora.
Aquí
se cruza perpendicularmente un potente cortafuegos, que remonto
durante unos minutos para acceder al puesto de vigilancia contra
incendios que hay algo más arriba. Esta caseta, avistada desde hace
un buen rato, había sido escogida como fin de mi avance, por lo que
una vez en ella aprovecho para tomarme el bocadillo antes de iniciar
el regreso. Estoy muy cerca del punto reflejado en el Sulayr como
paraje del Mirador, prácticamente a media etapa 9.
Desde
aquí observo la Sierra de Gádor, el Mediterráneo, el embalse de
Benínar en la cuenca del río Adra, que recoge todos las
aportaciones de los arroyos de esta zona del macizo y la sierra de la
Contraviesa. Por arriba avisto el Morrón Sanjuanero donde se inicia
el Barranco de Laroles y ya en la provincia de Almería las cumbres
del Chullo cuya presencia se hará casi permanente a partir de ahora.
En
este último tramo de carril hay personal trabajando. Unos ampliando
y allanando la carretera dotándolo de un pequeño aliviadero para
facilitar el paso del agua hacia los barrancos; otros levantando
“balates” para frenar los deslizamientos de los tramos de laderas
inestables. Tras amena charla aprovechando que están en su rato de
bocadillo e interesándome por la amplitud de sus trabajos, prosigo
yo mi andar al encuentro del Área Recreativa del río Laroles.
Es
una pequeña instalación que se prolonga río arriba y que cuenta
con una fuente de agua y tres o cuatro mesas. No lleva mucha agua el
río y además se ve aligerado por la acequia (Boy) que le ha tomado, unos
metros más arriba, prácticamente la mitad de su caudal. En esta
parte alta del río, aprovechando que la ladera presenta menos
pendiente, aparecen hasta media docena de cortijos, alguno de ellos
con su era adosada y alguna charca por encima para acumular agua para
riego. Han abancalado buena parte de sus alrededores y se ven
cuidados y los terrenos cultivados.
Otro,
sin embargo, algo más alto, visible desde la lejanía por el claro
provocado en el bosque que lo engloba, sólo presenta los muros
dejando los bancales abandonados para que los vuelva a recuperar la
flora autóctona. Sin duda dentro de algunos años desaparecerá
visualmente. Algo más adelante llego al paraje denominado Pozuelo.
Una era entre pinos a mi derecha y las ruinas de un cortijo a mi
izquierda.
Llegado
de nuevo donde el sendero Sulayr se unió al carril, decido yo
abandonando el carril, seguirlo, sabedor que cuando llegue al arroyo
que baja del Puerto (arroyo Palancón) podré enlazar río arriba con
el GR-7 que tras cruzar por el puerto se dirige al Marquesado. Se
inicia como un estrecho carril usado para la entresaca de los pinares
que a partir de ahora voy a atravesar. Acaba el carril y prosigue el
sendero unos metros antes de iniciar la bajada saliendo del pinar
para caminar por entre mejorana, té de la sierra, majuelos,
agracejos, piornos y cardos.
Tras
cruzar la carretera (A337 que baja desde el Puerto hacia Laroles),
que a su vez es límite entre provincias, retomo de nuevo el sendero
para bajar ya decididamente hasta el arroyo Palancón hasta cruzarlo
por un puente de madera. Echo en falta, al cruzar el arroyo, junto al
puente del Sulayr alguna información del Gr-7. No la encuentro por
lo que remonto hasta la carretera asfaltada para una vez llegado a la
Posada de los Arrieros, algo más arriba, volver a buscarlo.
La
Posada de los Arrieros es la heredera de una antigua posada que daba
cobijo a los innumerables arrieros que la usaban como descanso o
pernoctación en su ir y venir entre las comarcas de la Alpujarra,
tanto granadina como almeriense y la comarca del Marquesado; usado en el
trasiego de mercancías, como camino más corto y asequible que ascendía junto al arroyo
Palancón. Hoy siguen atravesando este puerto dos senderos: el GR-7 que
une Ferreira con Bayárcal y Laroles y el Gr-140 que partiendo de
Bayárcal muere en Cabo de Gata.
La
Posada hoy estaba cerrada y junto a la puerta en las propias rocas que la sustentan los distintos letreros anunciando los senderos, pero yo no acertaba a
encontrar el inicio. Al final me he colado entre la verja de entrada
y la pared rocosa, accediendo al recinto y tras pasar un portichuelo encontrarme finalmente el sendero con su sañalización de colores
identificativos (dos bandas: roja y blanca).
Discurre
en todo momento por el mismo barranco que contiene el arroyo Palancón
y muy cerca a él. Hay que cruzarlo en numerosas ocasiones, caminando
a veces por su margen izquierda y otras por la derecha dependiendo
de la anchura del barranco. El anuncio junto a la Posada le
adjudicaba una duración de hora y cuarenta minutos, yo he tardado
dos horas. Me ha extrañado porque habitualmente rebajo los tiempos
estimados, hoy lo he incrementado claramente.
Al
llegar al Puerto el arroyo ha desaparecido y sólo quedan verdes
prados junto a la carretera y bajo los pinos, en algunos lugares, los
más húmedos incluso encharcados, sobradamente hoyados y
estercolados por el ganado, lo que hace que sea necesaria una
atención especial al pisar, si no queremos llevarnos "sorpresas".
Una
vez en el Puerto de la Ragua (2.000 m), localizo un sendero que me
acerca hasta un mirador divisado desde la carretera de acceso esta mañana mientras subía. Es un
corto recorrido de “accesibilidad universal” que no llega al
kilómetro denominado “Hoyos de la Pura”. Acaba en un pequeño
mirador desde el que se domina la población de Ferreira y buena
parte del Marquesado. Tras esta visita retorno al coche y doy por
finalizada la excursión de hoy.
Sólo
queda hacer los 100 kilómetros que separan el Puerto de la Ragua de
Granada.
Recordatorio:
en nuestras salidas al campo sólo debemos dejar nuestras pisadas,
todo lo demás: impresiones, fotos y residuos (orgánicos e
inorgánicos), deben regresar con nosotros.
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