miércoles, 17 de julio de 2013

Sierra Castril III: Cerro de Empanada - Granada.

Río Castril junto al puente donde se bifurca el sendero.

La primera subida jalonada de jaras en flor y cornicabras.

Estamos en el mes de las peonías.

El sendero tiene que escalar para buscar el paso por arriba a la derecha.

Hoy me estoy adentrando en pleno corazón de esta sierra.

Inicio de la inmensa loma tras la que discurre el arroyo de la Cerrada de la Magdalena.

Formas llamativas que adquieren las rocas por la erosión y supervivientes que las colonizan.

Uno de los arroyos que en mi ascensión cruzo.

El tipo de roca calcárea es propicia para formar cuevas y abrigos.

O espectaculares ventanas.

Todavía el agua circula por todos los barrancos haciendo su trabajo milenario.

Diferentes durezas provocan formas muy irregulares.

El único paraje avistado hoy en que se aprecia la presencia humana: cortijo del Maestrillo.

Loma arriba, casi en el collado aparece la Cueva del Maestrillo.

Empanada al fondo, mi objetivo de hoy.

Parece que el aire sopla siempre con la misma dirección.

Tengo que cruzar algún pequeño ventisquero de blanda nieve en que me hundo hasta el tobillo

El protagonista en la cima.

Desde la cima se domina el Barranco Túnez por donde discurre buena parte del sendero.

La valla metálica ganadera también escala casi hasta la cima.
En la cota 2.000 me encuentro esta curiosidad geológica: Falsa Ágata.

Las dolinas acompañan a ambos lados durante la ascensión por la cresta.



Precioso ejemplar de lagarto: estudiándonos ambos.

Ya de regreso sugerentes campos de trigo y amapolas.



Fecha:23-5-2013                                                          Ctjo. Nacimiento 8'30h.
M.I.D.E.:3,3,3,4.                                                             Cueva Maestrillo 10'30h
Duración: 7h30' (31.300p) (Lineal)                            Cerro Carrasca 11'30h.
Desnivel en subida: 1.100 metros                                Empanadas 12'15h.
Rangos de temperatura: de 9ºC a los 21ºC                  Cueva Maestrillo 13'30h.
                                                                                        Hazas de Nogales 14h.
                                                                                        Ctjo.Nacimiento 16h.


El cuerpo representa tus capacidades, tu técnica y tu fuerza; tu mente es tu voluntad y tu actitud y a veces no van a la par. Hay que gestionar bien este equilibrio. Albert Bosch.

Creía que con la salida de hoy terminaba con la Sierra de Castril, al menos con los recorridos mejor señalizados y con mayor interés. Hoy mirando la información disponible para la preparación de la salida de mañana me he encontrado con otro recorrido, que en principio parece atractivo: la subida al Buitre.

Tanto el cerro la Empanadas (2.106 m) como el del Buitre (2.020 m) están en el límite norte del Parque, incluso forman parte de la divisoria entre provincias (Jaén y Granada), límite que a mi siempre me ha parecido artificial, sobre todo cuando hablamos de separación entre espacios naturales en que la continuidad física y geológica es patente.

Para acceder al Parque Natural Sierra de Castril tengo que hacer unos 140 kilómetros desde Granada. Primero por la autovía dirección Baza para una vez llegado a la población desviarme a la izquierda hacia Benamaurel y posteriormente hacia Castril. Casi con el pueblo a la vista vuelvo a abandonar la carretera para tomar un carril anunciado como Parque Natural. Unos 10 kilómetros más, esta vez por carril terrero hasta llegar al Cortijo Nacimiento (1.168 m.) y aparcar, como ya muchos conoceréis, bajo la tubería que sirve el agua a la pequeña central hidroeléctrica que hay algo más abajo.

En este cortijo nacen al menos tres recorridos, con tres longitudes y durezas distintas: El Barranco de la Osa que incluye el nacimiento del río Castril con dificultad media, un recorrido de 8'5 kilómetros y con un desnivel de 362 metros; Cerro de Empanadas (que es el recorrido por mí hoy) con 16'7 kilómetros, dificultad media-alta y un desnivel de 938 metros;y Prados del Conde con 20'6 kilómetros, dificultad media y un desnivel de 636 metros.

El primer tramo, común a los tres, se hace por un sendero muy marcado que lindando con algunas parcelas cultivadas nos acerca hasta la acequia que da servicio a la central. Con ella comparte un corto tramo hasta llegar al río que he de cruzar por un puente, aquí es donde realmente comienza este sendero en solitario.

Nada mas cruzar el puente y retroceder unos pasos por la otra orilla del río se inicia la subida, primero de forma discreta entre cornicabras, retamas y alguna aromática. Pero en seguida el sendero se empina y comienza a serpentear por la loma para ganar altura. Es el primer tramo serio de ascensión. A media subida dejo un ramal a mi derecha que enlaza con el Cortijo de la Puerca (otro posible itinerario de subida). A lo largo de la mañana se seguirán alternando las subidas con alguna zona de llaneo e incluso más de una bajada, cuando el sendero se descuelga hacia el fondo de los barrancos en busca de alguno de los arroyos con los que se encuentra y cruza.

Esta primera subida, justificada por tener que salvar por encima unos tajos, me lleva hasta un collado casi en la vertical del cortijo Nacimiento, para enseguida descolgarse por la otra ladera en busca del cauce del arroyo. A partir de este momento el sendero se va a hermanar con el Barranco de Túnez y lo va a recorrer hasta las cercanías de la Cueva del Maestrillo (1.550 m.), ya casi en la cuerda de la Empanada.

Pero antes me ha hecho subir y bajar en reiteradas ocasiones, caminar entre pinares o entre cascajales, entre poblaciones de enebros negros, incluso a tramos sobre tiernos prados donde es difícil adivinar la dirección del sendero, para casi en seguida solaparse con el propio cauce del arroyo. Los cambios de orilla cuando sendero y arroyo se juntan son múltiples, hoy no me han causado problemas porque el caudal no era mucho y el paso del río era fácil saltando sobre las mismas piedras del cauce.

El cerro Empanadas (2.106 m.) no se ve hasta bien avanzada la jornada porque lo tapa la cuerda de la Cerrada de la Magdalena, larga y potente loma que alcanza altura enseguida y la mantiene durante casi todo su recorrido; es una vez llegado al arroyo junto a unos bancales sembrados de nogales (que aun no han despertado del sueño invernal) junto con algunos almendros, estos sí enseñando ya el fruto, todo junto al río (cortijo del Maestrillo), cuando accedo visualmente a la inmensa mole pétrea de la Empanada, justo enfrente, mostrándome a la vez que algunos ventisqueros que por ahí no se puede subir. El sendero sube por la derecha reptando a lo largo de la loma con dirección muy distinta a la del objetivo; aun tardará un buen rato en coronar el collado, desde donde ya si definitivamente, recorrerá toda la sucesión de crestas hasta llegar a la cima.

De los más de 1.000 metros de desnivel en subida que he hecho hoy, al menos las dos terceras partes empiezan aquí. Se empina de nuevo y en serio la vereda tomando la dirección este en busca de un collado (Salitre) que cierra el semicírculo que forma la cuerda o sierra Empanadas. Hay que ir con cuidado cuando nos separamos del río, una equivocación de ramal a la hora de elegir sendero, como el mío de hoy, me ha costado tener que remontar monte a través hasta el collado y no lo recomiendo. Unos minutos antes de coronar este collado pasa el sendero junto a un amplio y largo abrigo (Cueva del Maestrillo 1.550 m.).

Ya en el collado la subida continúa pero ahora se dirige hacia el norte, busca definitivamente la cuerda que trazando un amplio semicírculo, recorre toda la cresta hasta llegar a mi destino de hoy. Esta larga cuerda, incómoda de andar por su erosionada superficie, piedra que presenta infinidad de aristas y oquedades, está “adornada” con una fea valla ganadera que casi se prolonga hasta la misma cima. Recorre la divisoria entre provincias. Junto a ella primero en terreno granadino y más arriba en el lado jienense aparecen un rosario de dolinas de muy diversos tamaños y profundidad, hoy apenas les quedaba nieve pero si estaban todas cubiertas con verdes prados.

Durante todo el tránsito de la cuerda tengo la cima a la vista pero se me alarga demasiado el llegar a ella, sobre todo el último tramo donde trato de esquivar los pocos neveros que quedan, la nieve está muy blanda y me hundo hasta el tobillo. La corona el habitual hito y una placa en que se recomienda volver por el mismo camino de subida. Yo tenía intención de hacer al menos la bajada por otro lado, convirtiendo en circular este tramo, como aparece en los planos. La falta de hitos durante toda la cuerda me han hecho desistir y he optado por bajar por donde he subido, evitando algún despiste como en la ascensión.

Ya el recorrido de regreso no ha ofrecido problemas añadidos a los propios de la fuerte pendiente y la atención continuada para tratar de no perder el trazado en la bajada para lo que me he dedicado durante mi estancia en la cima a seguirlo y memorizarlo durante todo su recorrido visible. En esta última subida y durante el recorrido de todas las crestas se echa en falta algún indicador o hito mas, porque la información de hacerlo por “la cresta” para mi no ha sido suficiente despertando dudas. Más abajo, a partir de las plantaciones de nogales las indicaciones son suficientes y muy bien ubicadas ya que el sendero no ofrece apenas dudas en su seguimiento, salvo alguna excepción que enseguida queda disipada por las señales existentes.

Se domina desde la cima buena parte de los denominados Campos de Hernán Perea, amplia depresión elevada que es la encargada de recoger tanto el agua de lluvia como la nieve y que una vez filtrada aporta las tres cuartas partes del agua que manarán en los “nacimientos del río Castril”. Toda esta Sierra de Castril está formada por calizas y éstas a su vez están expuestas a un tipo particular de erosión, el modelado kárstico le aporta un aspecto característico en su larga pero eficaz transformación paisajística.

Este proceso químico de disolución se provoca cuando la caliza entra en contacto con el agua de lluvia y el dióxido de carbono de la atmósfera. Entre las formas que adopta el paisaje, destacan, los lapiaces (acanaladuras paralelas en la superficie de la roca), las dolinas (cavidades subterráneas colapsadas), los profundos cañones, las cuevas y las simas. Entre éstas últimas cabe mencionar por su excepcionalidad la Cueva de Don Fernando (aun en exploración) y de la que se conoce una profundidad de 241 m. y un desarrollo superior a los 2.500 m. Otro ejemplo que cabe mencionar es la Torca de la Fuente Fría que contiene el lago subterráneo más importante de la provincia.

Recordatorio: en nuestras salidas al campo sólo debemos dejar nuestras pisadas, todo lo demás: impresiones, fotos y residuos (orgánicos e inorgánicos), deben regresar con nosotros.









































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