Maduro pinar que ocupa ambas laderas del Puerto de la Ragua.
Fecha:15-5-2013 Puerto
de la Ragua 7'45h.
M.I.D.E.:3,2,2,3. Chullo 9h
Duración:
5h30' (25.300p) (Circular) Laguna Seca
10'15h.
Desnivel en subida: 700 metros Toril 11'45h
Rangos
de temperatura: de 5ºC a los 9ºC Puerto de la Ragua
13'10h.
El
Chullo con sus 2.611 metros de cota es el pico más alto de la
provincia de Almería. Ubicado casi en la frontera con la provincia
de Granada, integrante de la Cordillera Penibética y más
concretamente de Sierra Nevada. Se trata, a diferencia de la mayoría
de sus vecinos granadinos, de una cima suave y poco prominente ya que
el propio puerto alcanza los 2.000 metros. Muy asequible por
cualquiera de sus caras por lo que vamos a tratar de complementarlo
con algún otro recorrido añadido.
Para
iniciar la excursión antes he de llegar hasta el Puerto de la Ragua
(2.000 m.), paso natural entre las comarcas de la Alpujarra y el
Poniente almeriense con el interior peninsular. Se llega hasta él
por la autovía A-92 (Sur), desviándonos por La Calahorra. Al poco
de entrar en el pueblo veremos el desvío señalizado a nuestra
izquierda anunciador del puerto (algo más de 100 kilómetros).
El
último tramo de subida de unos 15 kilómetros entre La Calahorra y
el Puerto, la carretera es estrecha y sinuosa, típica de alta
montaña, debemos mantenernos atentos ya que cualquier cruce con otro
vehículo será delicado. Hoy por la mañana apenas si hemos tenido
tráfico en contra por lo que la ascensión ha sido relajada. Las
temperaturas que gozamos en ésta época del año, avanzado ya el mes
de mayo, hacen que la nieve haya escalado muchos metros hacia las
cimas, encontrándose alrededor de la cota 2.600, incluso más arriba
dependiendo de la orientación.
Tenía
un doble interés para mi la salida de hoy. Por un lado quería
ascender al Chullo por ser la cima más elevada de la provincia de
Almería y que no recuerdo haberla hecho nunca. Por otro, avanzar en
mi propósito de fotografiar todas las lagunas de Sierra Nevada. La
Laguna Seca no estaba todavía en mis archivos y quería
incorporarla, a ser posible, con agua.
Hoy
he contado con la agradable y docta compañía de mi hermano José
Antonio, y con él inicio la subida por el cortafuegos, ladera
arriba, una vez aparcado el vehículo en la amplia explanada con que
cuenta el área recreativa, junto al bar. Al principio es conveniente
tomarse el andar con tranquilidad, acabamos de ascender casi 1.400
metros en el trayecto de acercamiento y el cuerpo debe aclimatarse,
tanto a la altura como al esfuerzo que le exigimos de golpe. Si
estamos habituados a frecuentar parajes serranos esta aclimatación
será rápida y natural. Si nos falta hábito, habrá que tomárselo
con calma y dejar que el cuerpo nos vaya indicando el ritmo que es
capaz de soportar sin que el corazón se acelere en demasía.
El
Chullo permanece visible durante casi toda la ascensión, arriba y a
nuestra derecha al principio, al frente después. Desde la cima del
cortafuegos (Meseta de Prados Altos donde coinciden los dos senderos
PR-A334 y Sulayr) la ascensión va a ser directa. Dejamos Los
Asperones (2.200 m.) a nuestra izquierda y atacamos ya en línea recta
la subida. Aunque hay algunos indicadores y vestigios de rodadas a
tramos, apenas si hacen falta, ya que el objetivo está claro en el
horizonte y la subida no ofrece dificultad suficiente como para tener
que parar para elegir posibles itinerarios.
A
la hora aproximadamente de subida nos encontramos el pequeño
refugio. Típica construcción de piedra del lugar con vigas y tablas
de madera soportando una techumbre formada por un grueso plástico
para impermeabilizar el techo cubierto a su vez con una capa de launa
y piedras planas recogidas en los alrededores. Es un pequeño refugio
al que la puerta ha dejado de proteger ya que yace caída dentro y con
las bisagras inservibles. La humedad lo invade todo y en época
invernal es habitual ver imágenes de él con abundante nieve en su
interior por lo que no parece aconsejable utilizarlo como dormitorio.
Como refugio temporal para soslayar una ventisca puede servir pero
para poco más.
Unos
minutos más tarde ya divisamos el recio monolito que nos indica la
cima del Chullo. Doble hito del que la parte baja es un cilindro de
casi dos metros de diámetro coronado por otro de dimensiones mucho
más modestas. Hoy las vistas desde él no eran las previstas ya que
las abundantes nubes relativamente bajas impedían, por un lado ver
la línea de crestas de la zona granadina y por otro acceder a la
línea costera almeriense. Apenas se dejaba avistar entre brumas el
Cerro del Almirez (2.518 m.) segunda cumbre de la provincia y
relativamente cercano a nuestra posición (unas dos horas).
Tratando
de llegar a nuestro segundo objetivo: Laguna Seca (2.250 m.), de la
que no se tiene referencia visual desde el Chullo, decidimos
descender por la cuerda este, bajada salpicada de afloramientos
rocosos de escasa entidad. Hasta ahora apenas si hemos divisado algún
pequeño ventisquero en la ladera norte de la cima. Tras unos minutos
de bajada, en un falso collado se nos muestra, en la lejanía la
lámina de agua de la laguna rodeada de un verde prado. Desde la
distancia ya se aprecia que no tiene mucha entidad, ni en tamaño ni
en profundidad.
En
el último tramo de acercamiento, siempre en bajada hacia la laguna,
cada uno de nosotros escoge un camino distinto. Ninguno de ellos
ofrece dificultad reseñable. Mientras mi hermano decide una
aproximación usando en lo posible la línea recta, yo me desvío
hacia la derecha para tomar una foto desde un collado ya cercano a la
laguna. Es curioso la gran separación que llegamos a tener entre
nosotros conseguida en apenas quince minutos, aunque el continuo
control visual mutuo no provoca preocupación.
Una
vez en la orilla lagunar verificamos las apreciaciones anticipadas
desde la distancia. Aunque la lámina de agua es de suficiente
entidad, incluso se aprecia que ha ocupado bastante más área en
fechas recientes; lo que no parece que haya tenido nunca es mayor
profundidad, hoy apenas una cuarta de agua y algo más días atrás,
pero en ningún caso comparable a las lagunas más altas de Sierra
Nevada. Esta falta de profundidad y de emisarios son los causantes de
su nombre “seca” ya que casi el mayor tiempo que permanece libre
de nieve aparece desecada, como simple pastizal.
Aprovechamos
unas piedras en sus alrededores para comer y tras los minutos de
relajación reiniciar la marcha. Optamos por tomar un sendero que se
visualiza al norte (Prado del Espino) de la laguna mediante un alto
indicador, es el PR-A334. Más tarde comprobaremos que une el Puerto
de la Ragua con Laguna Seca: es un sendero de 7,1 kilómetros con un
tiempo estimado de recorrido de 3 horas y una dificultad media.
Va
a hacer este sendero un recorrido a media loma “Cordel de los
Verederos”, sin apenas desnivel cruzando pequeños barrancos con
algunos ventisqueros en sus zonas altas, por lo que todos llevan
agua. Aunque las nubes han estado presentes durante toda la mañana,
permitiendo a ratos que penetrara el sol, ahora se ha cubierto
totalmente el cielo y comienzan a escalar las nubes por las laderas
hasta llegar a nuestra altura y superarnos.
Poco
antes de llegar al “Toril” inicio o fin de etapa Sulayr (tramos
14-15), nos encontramos un manantial de agua que nace a escasos
metros por encima del sendero (Fuente de las Agüillas). Desde aquí
vamos a compartir el recorrido de la etapa 15 del Sulayr hasta
nuestra llegada de nuevo al Puerto de la Ragua. Casi una hora lo que
nos lleva recorrer este tramo compartiendo sendero y carril, en su
segunda parte entre pinos.
Recorrido
amenizado por las explicaciones geológicas: diferencias entre
pizarra
y esquisto (rocas
que se nombran erróneamente
una
por la otra); génesis de las rocas metamórficas y las
modificaciones provocadas por las diferentes presiones y temperatura
a las que han estado sometidas; unidades Mulhacén y Veleta;
afloramientos puntuales atípicos, etc., que me ha ido prodigando mi
hermano. Explicaciones sólo interrumpidas por el avistamiento de
alguna veloz cabra que atraviesa nuestro campo visual para perderse
enseguida.
Una
vez llegados al Puerto hacer las llamadas de rigor a nuestras
“respectivas” informando de nuestro buen estado de salud física
y emocional y emprender la bajada. No sin antes detenernos
momentáneamente, unos kilómetros carretera abajo, para asomarnos a
un mirador desde el que se domina toda la comarca del Marquesado
abarcando visualmente hasta la Sierra de Baza, Guadix y los tres
miles más norteños de Sierra Nevada: Cerro Pelao y el Picón, éstos
semi-ocultos por las nubes.
Ahora
sí, definitivamente y sin mas paradas, terminar la bajada para tras
dejar atrás La Calahorra incorporarnos a la autovía y recorrer los
algo más de ochenta kilómetros que nos separan de Granada.
Recordatorio:
en nuestras salidas al campo sólo debemos dejar nuestras pisadas,
todo lo demás: impresiones, fotos y residuos (orgánicos e
inorgánicos), deben regresar con nosotros.
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