La Alhambra desde el Generalife. La Torre de la Vela al fondo.
GRANADA. Mirando la
ciudad desde sus miradores IV: Torre de la Vela – Alhambra.
Fecha: 17-03-2013
Torre
de la Vela. Es
la torre de mayores dimensiones entre todas las que existen en el
conjunto de la Alhambra, de planta cuadrada de 16 metros de lado y
una altura de casi 27 metros, compuesta de cuatro plantas y
mazmorras en su subsuelo, la corona una campana que ha desempeñado
tradicionalmente distintos cometidos.
Ocupa
el extremo sur de la colina y del conjunto palaciego y por su posición
privilegiada desde ella se domina una gran extensión de territorio. Por un lado toda la vega granadina incluida la ciudad junto con las
cumbres de Sierra Nevada que rodean la depresión del Genil, así como buen número de los pueblos asentados en ella.
No
en vano fue este lugar escogido para la ubicación de la Alcazaba, la
zona militar de la Alhambra donde residían los militares encargados
de su defensa y custodia.
La
Alcazaba es un recinto amurallado, uno de los más antiguos de la
Alhambra, cuya construcción se sitúa en el siglo IX. Ocupa la proa
de la colina en la que se asienta el monumento y posee el conjunto de
torres mas abigarrado (hasta diez) de toda la Alhambra. Rodeado de
profundo foso a ambos lados, presume en su vertiente sur de un
estrecho y largo jardín (jardín de los Adarves) que lo separa del
bosque de acceso por la Cuesta Gomérez.
La
protagonista actual de la torre es la campana que ha desempeñado
diferentes cometidos. Antiguamente servía de reloj para los turnos
nocturnos de riego en la vega de Granada, comenzando a sonar a las 20
horas o 21'30 dependiendo de la época y lo seguía haciendo hasta
las 3 o 4 de la madrugada, alternando los intervalos y los distintos
toques para información de los regantes. Actualmente el día 2 de
enero, en conmemoración de la fecha en que fue tomada la ciudad por
los Reyes Católicos existe la tradición, muy seguida por las
jóvenes granadinas, de creer que quien la toca ese día se acaba casando antes
de que finalice el año.
Hoy,
día elegido para subir a visitar este enclave y tomar las fotos para
la preparación de la última entrada dedicada a los miradores, es un
día gris con amenaza de lluvia. Además de la cámara y un
chubasquero tengo que subir un paraguas. El mayor enemigo de las
cámaras fotográficas es el agua y no quisiera que sufriera la mía
por falta de previsión. Afortunadamente ha decidido acompañarme mi
mujer por lo que el peso del equipaje es compartido.
Como
cualquier buen mirador de su entorno y éste lo es, quizás el mejor
para la ciudad de Granada, es a su vez divisado desde casi todos los
puntos de la ciudad. Así comparte la doble cualidad de disfrutar de
inmejorables vistas a la vez que ser observado desde multitud de
lugares. Por ello alterno fotos obtenidas desde su entorno próximo o
desde la misma torre con otras en que el propio mirador es el
protagonista de la imagen.
Hoy
a pesar del amenazante tiempo estaba muy concurrido por lo que para
la obtención de algunos de las fotografías tuve que esperar que se
despejara un poco los lugares o que la concurrencia amainara para que
no saliera tanto visitantes en la misma toma. No siempre fue
posible. Aquí os dejo las instantáneas que he seleccionado.
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