El corto trayecto hasta el Balneario es realmente bello.
Alhama
de Granada, río arriba hasta la Pantaneta (Granada).
Fecha:
10-04-2013
Alhama es una población
ubicada a los pies del Parque Natural de las Sierras de Tejeda,
Almijara y Alhama por lo que disfruta durante los veranos de una
temperatura suave. Conocida sobre todo por sus baños termales de
origen árabe, de los que procede su propio nombre ya que al-Hama
significa “el baño” y que son el origen del actual balneario,
destaca además por una orografía espectacular, en la que cabe
destacar los imponentes tajos que ha labrado el río Alhama (también
denominado Merchán) y que delimita la ciudad por sus caras este y
norte, están catalogados como Paisajes Sobresalientes según el Plan
Especial del Medio Físico de Granada.
El recorrido por estos
parajes ha sido el motivo principal de la visita de hoy. Distante de
Granada capital unos 60 kilómetros, hoy he accedido hasta ella por
la carretera de la Malahá “tierra de sal”, Agrón y Pantano de
los Bermejales. Es una estrecha carretera con algunos tramos en obras
pero de una belleza singular en sus últimos kilómetros, hoy
decorados casi en su totalidad por los jaramagos en plena floración,
por lo que recomiendo el recorrido siempre que no se tenga prisa
(alrededor de una hora).
Una vez llegado al
pueblo buscar aparcamiento, si se llega temprano junto al
ayuntamiento es fácil localizarlo, mas tarde la afluencia de
visitantes los hacen más escasos. A las 9'30 abren la oficina
turística (958360686) ubicada en las mismas dependencias del
Ayuntamiento (antiguo convento de los Carmelitas Calzados), donde nos
darán toda la información necesaria para disfrutar de nuestra
visita al pueblo. El amplio conocimiento del lugar de Amparo o
Alejandro nos orientarán sobre las diferentes posibilidades e
itinerarios.
Esta parte del pueblo
está elevada sobre el río una cincuentena de metros por lo que hay
que descender hasta el mismo lecho para hacer el recorrido de los
Molinos río arriba hasta llegar a la Pantaneta. Junto al cauce había
media docena de molinos que aprovechaban el caudal permanente del
mismo para su funcionamiento, actualmente están todos fuera de
servicio y lamentablemente casi todos en ruinas. Alguno de ellos
todavía conserva algo de su maquinaria visible a través de una de
sus ventanas.
Pero antes de terminar
de bajar y llegar al cauce del propio río nos encontramos un panel
informativo asimilando las pilas de lavar que podemos observar en el
mismo camino (algunas excavadas en la propia roca), como las
“lavadoras” de las abuelas. Se llegaron a contabilizar hasta
medio centenar, hoy desaparecidas en su mayoría. Las pilas eran
propiedad de cada familia y aquellas que no la poseían se la pedían
prestadas a algún familiar.
La tarea del lavado
ocupaba buena parte de la jornada para muchas de las mujeres ya que
comenzaba por la mañana temprano con la bajada al río acompañadas
de la chiquillería: remojo, restregar las manchas contra la piedra o
con los nudillos, aclarar, secar al sol y recoger una vez terminada
para volver a subir al pueblo con la carga. Durante el secado se
aprovechaba para ponerse al día en las cuestiones “sociales” a la
vez que comer algo. Durante el proceso era habitual que hubiera algún
mirón que aprovechaba para disfrutar de vistas inusuales de
pantorrillas u otras zonas femeninas habitualmente escondidas, pero
los lavaderos han sido tradicionalmente un lugar vetado para los
varones.
A lo largo del
recorrido, río arriba, el camino va paralelo a una de las acequias
que daba servicio a algunos de ellos. Por su gran porte estaba
concebida para llevar un importante caudal, lo que nos puede dar idea
del volúmen de trabajo que realizaban así como el diámetro de las
piedras que tenían que mover. Algunas de ellas permanecen
abandonadas, semicubiertas por la vegetación, a la vera del sendero.
Discurre el sendero
entre pequeñas zonas de cultivo, ocupando el resto de ladera algunos
olivos y almendros junto con abundantes higueras y abajo junto al
cauce abundan las choperas y el bosque de ribera. A medio recorrido,
entre el pueblo y la pantaneta, encontramos la Ermita de Nuestra
Señora de los Ángeles, encastrada en plena pared rocosa relacionada con un hecho fechado en el año 1.500, destaca su
fachada inmaculadamente encalada. Entre otras leyendas asociadas con esta población, esta
cuenta como se salvó un caballero de muerte segura:
Venía
un caballero de Málaga, y al pasar por la llamada huerta del Cañón,
al parecer por el movimiento de algún reptil en la espesura,
espantóse el caballo, que roto el freno, partió al galope,
despenñándose en el precipicio.
El
jinete, seguro de una muerte cierta, pidió a la Virgen tiempo para
morir como cristiano, como sus antepasados. El ruego fue oido, pues,
aun reventándose el caballo y lanzando al jinete a mas de cien pasos
de allí, éste se salvo.
El
susto y la contusión le privaron de sentido. Cuando volvió en sí,
miró al frente y vió una imágen de Nuestra Kmadre en la oquedad de
una roca. Arrodillose éste. Fue entonces cuando le dijo la Virgen
que le quedaban tres días de vida, que le edificara un altar en
aquel sitio, sacándole de su antiguo escondrijo.
El
caballero que contaba con bastantes bienes, dispuso que se
construyera una ermita. Al año siguiente se celebraba una función
religiosa, para calocar la imágen de Nuestrea Señora de los Ángeles
y se colocó una crus en el sitio de la catástrofe, que se conoce
con el nombre de Salta del Caballo.
Desde
ese día y hasta la fecha se acude en procesión hasta la ermita
todos los 2 de agosto de cada año como señal de agradecimiento y
devosión a Nuestra Señora de los Ángeles.
Más
adelante llegamos de nuevo a la carretera asfaltada para
atravesándola encontrarnos con la Pantaneta. Represa sobre el río
que fue incluida en el Inventario Andaluz de Humedales del año 2010.
Este
espacio favorece la presencia de multitud de especies, algunas de
ellas en peligro de extinción.
Cuenta con un sendero
que prácticamente la circunda salpicado de casetas para la
observación. Hoy, día soleado y no excesivamente caluroso, ha sido
un paseo agradable para apreciar distintas especies de ánades: pato
colorado o focha moruna, alguna garza en busca alimento, además de
algunas rapaces y multitud de reptiles. La distancia entre el sendero
y el agua y la franja de carrizos prestan la seguridad a todas estos
animales que se dejan mirar con bastante tranquilidad.
Ya de regreso nos
acercamos hasta el Balneario, ya que mi compañero de andadas de hoy
estaba interesado en tarifas para primeros de verano. Aunque aun no
ha abierto si se está adecentando con alguna mano de pintura para
iniciar la temporada este fin de semana aprovechando una
concentración de senderistas a nivel provincial que se ha convocado
por el Ayuntamiento de Alhama en colaboración con la Diputación
provincial.
Al Balneario se accede
por una estrecha carretera de algo más de un kilómetro que discurre
paralela al río. Recomiendo, a ser posible y con las precauciones
necesarias, hacerlo a pié ya que los paisajes merecen ser vistos y
disfrutados. En coche, atentos a la conducción, nos pasarán
desapercibidos y no podremos apreciarlos en toda su belleza.
El pueblo tiene mucho
más que ver pero eso lo dejaremos para otra entrada.
Recordatorio:
en nuestras salidas al campo sólo debemos dejar nuestras pisadas,
todo lo demás: impresiones, fotos y residuos (orgánicos e
inorgánicos), deben regresar con nosotros.
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Ya conocía el sitio pero aun así, me siguen pareciendo impresioantes.
ResponderEliminarUno de los molinos, Fca. de Harinas La Purísima, se puede visitar y merece la pena verlo, ya que conservan sus maquinas como si el tiempo se hubiera detenido. Tienen una web: http://www.fcalapurisima.com
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