miércoles, 29 de mayo de 2013

Granada desde sus miradores IV: (Torre de la Vela - Alhambra).




Imágen tomada el pasado 28 de febrero.

Torre de la Vela el mirador objetivo de hoy.

Desde la Torre del Cubo.

Ardilla que nos sorprendió en medio del bosque.

Desde la Torre del Cubo: Torre de la Vela.

Otra imágen del mismo mirador.


Aprovechando un hueco entre las murallas.

Desde la Torre: I

Desde la Torre: II

Desde la Torre: III


Desde la Torre: IV

Desde la Torre: V

Desde la Torre: VI

Desde la Torre: VII

Desde la Torre: VIII

Desde la Torre: IX

Desde la Torre: X

El viento hacía ondear poderosamente las banderas de la Torre.

Zona militar desde la Torre de la Vela.

Muralla que limita la zona de la Alcazaba con el bosque de Gomérez.

En la cara sur de la Torre de la Pólvora está el archiconocido cuarteto.

El Magnolio Chino o Caduco nos confirma que la primavera está ya aquí. 

Paseando por los jardines.

 
La Alhambra desde el Generalife. La Torre de la Vela al fondo.





GRANADA. Mirando la ciudad desde sus miradores IV: Torre de la Vela – Alhambra.

Fecha: 17-03-2013



Torre de la Vela. Es la torre de mayores dimensiones entre todas las que existen en el conjunto de la Alhambra, de planta cuadrada de 16 metros de lado y una altura de casi 27 metros, compuesta de cuatro plantas y mazmorras en su subsuelo, la corona una campana que ha desempeñado tradicionalmente distintos cometidos.

Ocupa el extremo sur de la colina y del conjunto palaciego y por su posición privilegiada desde ella se domina una gran extensión de territorio. Por un lado toda la vega granadina incluida la ciudad junto con las cumbres de Sierra Nevada que rodean la depresión del Genil, así como buen número de los pueblos asentados en ella. No en vano fue este lugar escogido para la ubicación de la Alcazaba, la zona militar de la Alhambra donde residían los militares encargados de su defensa y custodia.

La Alcazaba es un recinto amurallado, uno de los más antiguos de la Alhambra, cuya construcción se sitúa en el siglo IX. Ocupa la proa de la colina en la que se asienta el monumento y posee el conjunto de torres mas abigarrado (hasta diez) de toda la Alhambra. Rodeado de profundo foso a ambos lados, presume en su vertiente sur de un estrecho y largo jardín (jardín de los Adarves) que lo separa del bosque de acceso por la Cuesta Gomérez.

La protagonista actual de la torre es la campana que ha desempeñado diferentes cometidos. Antiguamente servía de reloj para los turnos nocturnos de riego en la vega de Granada, comenzando a sonar a las 20 horas o 21'30 dependiendo de la época y lo seguía haciendo hasta las 3 o 4 de la madrugada, alternando los intervalos y los distintos toques para información de los regantes. Actualmente el día 2 de enero, en conmemoración de la fecha en que fue tomada la ciudad por los Reyes Católicos existe la tradición, muy seguida por las jóvenes granadinas, de creer que quien la toca ese día se acaba casando antes de que finalice el año.

Hoy, día elegido para subir a visitar este enclave y tomar las fotos para la preparación de la última entrada dedicada a los miradores, es un día gris con amenaza de lluvia. Además de la cámara y un chubasquero tengo que subir un paraguas. El mayor enemigo de las cámaras fotográficas es el agua y no quisiera que sufriera la mía por falta de previsión. Afortunadamente ha decidido acompañarme mi mujer por lo que el peso del equipaje es compartido.

Como cualquier buen mirador de su entorno y éste lo es, quizás el mejor para la ciudad de Granada, es a su vez divisado desde casi todos los puntos de la ciudad. Así comparte la doble cualidad de disfrutar de inmejorables vistas a la vez que ser observado desde multitud de lugares. Por ello alterno fotos obtenidas desde su entorno próximo o desde la misma torre con otras en que el propio mirador es el protagonista de la imagen.

Hoy a pesar del amenazante tiempo estaba muy concurrido por lo que para la obtención de algunos de las fotografías tuve que esperar que se despejara un poco los lugares o que la concurrencia amainara para que no saliera tanto visitantes en la misma toma. No siempre fue posible. Aquí os dejo las instantáneas que he seleccionado.


jueves, 23 de mayo de 2013

Sierra Castril II: Río Castril, nacimiento y primer tramo (Sierra de Castril - Granada)

La cabra segureña, dueña de estos parajes.

Río Castril poco antes de llegar a su nacimiento.

Nacimientos del río Castril.

El agua manaba con abundancia hoy.

El lecho del río en sus tramos altos están obstruidos por grandes rocas.

La fuerte pendiente precipitaba el agua buscando perder altura.

Desde el mirador del nacimiento vista del barranco.

Por encima del nacimiento el lecho totalmente seco.

La línea de fisura por donde aflora el agua.

Algo más abajo cuando el agua se remansa.

Azud donde nace la acequia que alimenta la central eléctrica.

Nos desviamos hacia la izquierda para apreciar esta pequeña cascada. Es un arroyo adyacente.

Cerrada de la Magdalena.

La erosión hace que caigan grandes bloques rocosas al río.

Pequeño cortijo ubicado estratégicamente.

Puente en el curso alto del río donde nace un recorrido: Cerro de la Empanada.

La cerrada de la Magdalena también estaba bien surtida.

Mi compañero de hoy intentando buscar buenas tomas fotográficas.

Cerrada de Lézar, bastante descuidada.

Cueva aprisco de grandes dimensiones.

Vista general del nacimiento del río Castril.
Embalse del Portillo, alimentado por el río Castril. (Foto bajada de internet).

Cortijo Lézar, algo por debajo de la Cerrada.








Castril, nacimiento del río, pueblo y pasarela (Granada).

Fecha: 15-04-2013


No recuerdo la última vez que visité estos parajes, aunque si tengo presente que de esta sierra sólo me falta ascender a La Empanada, pero hoy no era día de duras ascensiones sino de acompañar a un amigo y disfrutar de y con su compañía de uno de los parajes mas bonitos del norte de la provincia de Granada.

Es el Parque Natural Sierra de Castril una estrecha franja con orientación sur norte y adosada al Parque Nacional de las Sierras de Segura, Cazorla y Las Villas. El extremo sur se sitúa justo por encima del Pueblo del mismo nombre alargándose hacia el norte hasta el paraje denominado Prados del Conde, donde su ubica el refugio del mismo nombre.

Tenemos previsto recorrerlo hoy en sentido longitudinal prácticamente en sus dos terceras partes, alternando los desplazamientos en vehículo con caminatas. Para ello aparcamos junto al Cortijo Nacimiento, bajo la tubería que surte la central eléctrica ubicada por debajo del cortijo junto al río. Nos separa del nacimiento menos de una hora de marcha que nos tomamos con mucha calma. Hoy uno de los objetivos de la visita es tomar fotografías, como los dos somos aficionados, las demoras propias de esta actividad no nos van a incomodar.

Hemos elegido estas fechas con la esperanza de encontrar tanto el nacimiento como el propio río con gran caudal. Los primeros vistazos al río nos confirman que no nos hemos equivocado. En tranquilo caminar nos vamos acercarnos a nuestro primer destino. Me olvidaba, la charla ha ocupado buena parte de la jornada propiciado por la falta de prisa y el caminar pausado. A medio camino compartimos recorrido con un tramo de la acequia que se dirige a la cámara de carga de la central: va rebosante.

Llegados a los nacimientos comenzamos la labor fotográfica para lo que nos desplazamos por la zona, desde el mirador, bajamos hasta el lecho, remontamos para hacer tomas generales, nos acercamos para sacar detalles, etc. Es el punto mas al norte al que vamos a llegar. A partir de ahora sólo nos desplazaremos hacia el sur.

En el camino de vuelta de nuevo hasta el cortijo decidimos hacerlo lo más próximo al cauce, olvidándonos del sendero. Disfrutar del río, detenernos en los remansos, encaramarnos en el azud que da nacimiento a la acequia, acceder al puente donde se inicia el sendero a La Empanada. A medio camino divisamos una pequeña cascada a nuestra izquierda. Decidimos acercarnos al riachuelo que recorre en rápido descenso el pequeño barranco que lo acoge. Volver al sendero y terminar el recorrido hasta el coche, no sin antes charlar un rato con los residentes del cortijo.

Nos planteamos si bajar hasta la central eléctrica para lo que preguntamos a los lugareños y si bien nos aseguran que no hay problema alguno para bajar, apostillan que no merece la pena ya que todo está cerrado y no hay lugares vistosos que compensen el desplazamiento. Aceptamos las informaciones como veraces y decidimos acercarnos al próximo enclave.

Hacemos uso del coche para acercarnos más rápidamente hasta el inicio del sendero que conducirá hasta la Cerrada de la Magdalena. Éste desvío nace tras un puente en el primer cambio de orilla del río, anunciada mediante un indicador vertical no ofrece ni pérdida ni dificultad. La corta distancia que nos separa de la primera cerrada alterna una breve subida primero, para suavizarse a continuación mientras discurre bajo un maduro pinar que nos cobija con su sombra, cosa que se agradece ya que hoy la temperatura a medio día ha llegado a los 27 grados. Llagados a la cascada, las cámaras en funcionamiento para recoger la caída de agua que se abre paso literalmente por la profunda hendidura que a lo largo de los milenios ha conseguido hacer, dividiendo su caída en tres cascadas consecutivas muy similares en altura todas.

Baja bastante caudal también por lo que se aprecian tres tramos de cascada antes de remansarse, momentáneamente el agua en una cristalina charca. En alguna otra ocasión la escasez de agua permitía bordear la charca receptora, hoy era impensable ya que obligaba a dar grandes saltos entre grandes rocas; incluso el propio lecho del río era infranqueable sin previo remojo. Enseguida reinicia la precipitada caída con prisas por unirse al caudal principal del río, no sin antes refrescar las posesiones del Cortijo La Saludá, hoy bastante abandonado y no parece que recupere su antiguo esplendor ya que el carril de servicio se ha visto afectado por un desprendimiento haciéndolo impracticable a fecha de hoy para vehículos.

De nuevo hacemos uso del vehículo para ascender, evitándonos una caminata de varios kilómetros, hasta un cortijo al pie de la Cerrada de Lézar. Ubicada algo por encima del mismo no despierta gran interés ya que el acceso a ella está plagado de tuberías, unas gruesas para riego, otras mas pequeñas para servicio, lo que afea bastante el lugar, más si a todo ello sumamos los restos de otros tubos viejos y abandonados en el propio cauce del río junto con la abundancia de excrementos de las muchas cabras que residen en el lugar, ya que algo por encima se ha habilitado una profunda y amplia cueva como redil.

Hoy el gran caudal que bajaba por la Cerrada impedía seguir progresando por el cañón labrado por la corriente dado que no llevábamos prendas adecuadas para caminar por el lecho. Quizas el adentrarse cañón arriba mejoraría la impresión que nos hemos llevado del lugar, pero hoy no ha sido posible.

Proseguir nuestro caminar hacia el sur para una vez fuera de los límites del Parque hacer parada y cerveza en el pueblo de Castril. Bajar hasta encontrarnos de nuevo con el río, después de haber sido represado en el Embalse del Portillo lleno en algo más del 90%, baja impetuoso para introducirse en el cañón que ha labrado al sur del casco urbano y que vamos a recorrer en su compañía, tras atravesar el Parque de la Arboleda Perdida.

Pero el pueblo y la pasarela tienen entidad suficiente para dedicarle una entrada del blog en exclusividad.

Ha sido un recorrido diferente a los que suelo hacer habitualmente por varias razones. No era excesivamente largo, el uso combinado del coche con los desplazamientos a pie, nos ha dejado mucho más tiempo para la visita relajada de los enclaves elegidos y la inapreciable compañía de Cristóbal ha colaborado a la amenidad durante todo el recorrido.




Recordatorio: en nuestras salidas al campo sólo debemos dejar nuestras pisadas, todo lo demás: impresiones, fotos y residuos (orgánicos e inorgánicos), deben regresar con nosotros.




miércoles, 15 de mayo de 2013

Alhama de Granada: un posible recorrido. (Granada)

Vista general de Alhama de Granada.

Primer vistazo a los cañones del río.

Varios de los molinos harineros junto al rio.

Pilas de lavar usadas por las "abuelas".

Casas con buenas vistas asomadas al barranco.

Río Alhama.

Al borde del precipicio.

Entrando a las ruinas de uno de los molinos.

Parte del recorrido junto a una acequia.

Buscando refugio entre las rocas.

Adentrándome en los cañones.

Represa en el río para la toma de la acequia.

Río Alhama desde un pequeño puente.

Dique y habitantes de la Pantaneta.

Panorámica de la Pantaneta.

Los carrizos ocupan todo el perímetro del agua.

Buenos lugares para las nidadas.

Después de tanta lluvia todos ansiamos el sol.


Uno de los abundantes molinos asentados junto al río.

Ruedas de molino abandonadas.

Parte del recorrido.

Regresando al pueblo.

Camino del Balneario.

El corto trayecto hasta el Balneario es realmente bello.




Alhama de Granada, río arriba hasta la Pantaneta (Granada).

Fecha: 10-04-2013

Alhama es una población ubicada a los pies del Parque Natural de las Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama por lo que disfruta durante los veranos de una temperatura suave. Conocida sobre todo por sus baños termales de origen árabe, de los que procede su propio nombre ya que al-Hama significa “el baño” y que son el origen del actual balneario, destaca además por una orografía espectacular, en la que cabe destacar los imponentes tajos que ha labrado el río Alhama (también denominado Merchán) y que delimita la ciudad por sus caras este y norte, están catalogados como Paisajes Sobresalientes según el Plan Especial del Medio Físico de Granada.
El recorrido por estos parajes ha sido el motivo principal de la visita de hoy. Distante de Granada capital unos 60 kilómetros, hoy he accedido hasta ella por la carretera de la Malahá “tierra de sal”, Agrón y Pantano de los Bermejales. Es una estrecha carretera con algunos tramos en obras pero de una belleza singular en sus últimos kilómetros, hoy decorados casi en su totalidad por los jaramagos en plena floración, por lo que recomiendo el recorrido siempre que no se tenga prisa (alrededor de una hora).
Una vez llegado al pueblo buscar aparcamiento, si se llega temprano junto al ayuntamiento es fácil localizarlo, mas tarde la afluencia de visitantes los hacen más escasos. A las 9'30 abren la oficina turística (958360686) ubicada en las mismas dependencias del Ayuntamiento (antiguo convento de los Carmelitas Calzados), donde nos darán toda la información necesaria para disfrutar de nuestra visita al pueblo. El amplio conocimiento del lugar de Amparo o Alejandro nos orientarán sobre las diferentes posibilidades e itinerarios.
Esta parte del pueblo está elevada sobre el río una cincuentena de metros por lo que hay que descender hasta el mismo lecho para hacer el recorrido de los Molinos río arriba hasta llegar a la Pantaneta. Junto al cauce había media docena de molinos que aprovechaban el caudal permanente del mismo para su funcionamiento, actualmente están todos fuera de servicio y lamentablemente casi todos en ruinas. Alguno de ellos todavía conserva algo de su maquinaria visible a través de una de sus ventanas.
Pero antes de terminar de bajar y llegar al cauce del propio río nos encontramos un panel informativo asimilando las pilas de lavar que podemos observar en el mismo camino (algunas excavadas en la propia roca), como las “lavadoras” de las abuelas. Se llegaron a contabilizar hasta medio centenar, hoy desaparecidas en su mayoría. Las pilas eran propiedad de cada familia y aquellas que no la poseían se la pedían prestadas a algún familiar.
La tarea del lavado ocupaba buena parte de la jornada para muchas de las mujeres ya que comenzaba por la mañana temprano con la bajada al río acompañadas de la chiquillería: remojo, restregar las manchas contra la piedra o con los nudillos, aclarar, secar al sol y recoger una vez terminada para volver a subir al pueblo con la carga. Durante el secado se aprovechaba para ponerse al día en las cuestiones “sociales” a la vez que comer algo. Durante el proceso era habitual que hubiera algún mirón que aprovechaba para disfrutar de vistas inusuales de pantorrillas u otras zonas femeninas habitualmente escondidas, pero los lavaderos han sido tradicionalmente un lugar vetado para los varones.
A lo largo del recorrido, río arriba, el camino va paralelo a una de las acequias que daba servicio a algunos de ellos. Por su gran porte estaba concebida para llevar un importante caudal, lo que nos puede dar idea del volúmen de trabajo que realizaban así como el diámetro de las piedras que tenían que mover. Algunas de ellas permanecen abandonadas, semicubiertas por la vegetación, a la vera del sendero.
Discurre el sendero entre pequeñas zonas de cultivo, ocupando el resto de ladera algunos olivos y almendros junto con abundantes higueras y abajo junto al cauce abundan las choperas y el bosque de ribera. A medio recorrido, entre el pueblo y la pantaneta, encontramos la Ermita de Nuestra Señora de los Ángeles, encastrada en plena pared rocosa relacionada con un hecho fechado en el año 1.500, destaca su fachada inmaculadamente encalada. Entre otras leyendas asociadas con esta población, esta cuenta como se salvó un caballero de muerte segura:
Venía un caballero de Málaga, y al pasar por la llamada huerta del Cañón, al parecer por el movimiento de algún reptil en la espesura, espantóse el caballo, que roto el freno, partió al galope, despenñándose en el precipicio.
El jinete, seguro de una muerte cierta, pidió a la Virgen tiempo para morir como cristiano, como sus antepasados. El ruego fue oido, pues, aun reventándose el caballo y lanzando al jinete a mas de cien pasos de allí, éste se salvo.
El susto y la contusión le privaron de sentido. Cuando volvió en sí, miró al frente y vió una imágen de Nuestra Kmadre en la oquedad de una roca. Arrodillose éste. Fue entonces cuando le dijo la Virgen que le quedaban tres días de vida, que le edificara un altar en aquel sitio, sacándole de su antiguo escondrijo.
El caballero que contaba con bastantes bienes, dispuso que se construyera una ermita. Al año siguiente se celebraba una función religiosa, para calocar la imágen de Nuestrea Señora de los Ángeles y se colocó una crus en el sitio de la catástrofe, que se conoce con el nombre de Salta del Caballo.
Desde ese día y hasta la fecha se acude en procesión hasta la ermita todos los 2 de agosto de cada año como señal de agradecimiento y devosión a Nuestra Señora de los Ángeles.
Más adelante llegamos de nuevo a la carretera asfaltada para atravesándola encontrarnos con la Pantaneta. Represa sobre el río que fue incluida en el Inventario Andaluz de Humedales del año 2010. Este espacio favorece la presencia de multitud de especies, algunas de ellas en peligro de extinción.
Cuenta con un sendero que prácticamente la circunda salpicado de casetas para la observación. Hoy, día soleado y no excesivamente caluroso, ha sido un paseo agradable para apreciar distintas especies de ánades: pato colorado o focha moruna, alguna garza en busca alimento, además de algunas rapaces y multitud de reptiles. La distancia entre el sendero y el agua y la franja de carrizos prestan la seguridad a todas estos animales que se dejan mirar con bastante tranquilidad.
Ya de regreso nos acercamos hasta el Balneario, ya que mi compañero de andadas de hoy estaba interesado en tarifas para primeros de verano. Aunque aun no ha abierto si se está adecentando con alguna mano de pintura para iniciar la temporada este fin de semana aprovechando una concentración de senderistas a nivel provincial que se ha convocado por el Ayuntamiento de Alhama en colaboración con la Diputación provincial.
Al Balneario se accede por una estrecha carretera de algo más de un kilómetro que discurre paralela al río. Recomiendo, a ser posible y con las precauciones necesarias, hacerlo a pié ya que los paisajes merecen ser vistos y disfrutados. En coche, atentos a la conducción, nos pasarán desapercibidos y no podremos apreciarlos en toda su belleza.
El pueblo tiene mucho más que ver pero eso lo dejaremos para otra entrada.

Recordatorio: en nuestras salidas al campo sólo debemos dejar nuestras pisadas, todo lo demás: impresiones, fotos y residuos (orgánicos e inorgánicos), deben regresar con nosotros.