miércoles, 27 de marzo de 2013

Granada desde sus miradores I: Albayzín.

Desde el "Tambor" destaca la torre de San Lázaro.


Desde el "Tambor", Triunfo y facultades.
Mirador de San Cristóbal.

S. Miguel Bajo, Dar-Al-Horra y Santa Isabel desde S. Cristóbal. 

La vista alcanza hasta el Monte Vives, detrás de Alhendín.

La muralla que delimitaba el antiguo Albayzín.


Mirador de San Nicolás.

Torre de la iglesia de San Nicolás.

Típica estampa desde el mirador de San Nicolás.

Asomándome desde la torre hacia la plaza.

Desde la torre de la iglesia el Palacio de Carlos V e Iglesia de Santa María.

El Barrio que se extiende a los pies del mirador.

Placeta Cruz de Rauda.

Torre y cuerpo de la iglesia de San Bartolomé.

La Catedral desde la torre de S. Nicolás. 

Callejuelas del alto Albayzín.

Desde estos miradores del Albayzín la Alhambra siempre está de fondo.

Colegiata del Salvador.

Siempre la Alhambra.

Tramo de la Vereda de Enmedio.

La vereda discurre a media loma del valle Valparaiso. 

Algun farol pintado asemeja paisajes.

El discurrir la vereda por el valle limita las vistas.

Enfrentado al Generalife.

Justo enfrente se divisa el recorrido de la Fuente del Avellano.

El camino del Monte y sus casas-cueva.

Final del recorrido de hoy, ya cerca de la Abadía del Sacromonte.



GRANADA. Mirando la ciudad desde sus miradores I: Albayzín.

Fecha: 13-03-2013

Granada tiene la ventaja de contar con algunas de sus zonas urbanas en posición elevada con respecto al centro de la ciudad lo que habilita algunos miradores desde los que contemplar buena parte de su extensión. Además el escalar alguno de sus barrios las colinas colindantes le da un atractivo especial.

Voy a usar el término "mirador" como aquel punto estratégico que se yergue o da acceso por su ubicación, sobre el paisaje urbano o natural y ponen de manifiesto la riqueza visual del entorno que abarcan.

Todos conocemos el encanto especial que disfrutan las poblaciones que se extienden laderas arriba sobre aquellas que se asientan exclusivamente en llanuras. Ese encanto, en Granada se da por tener dos enclaves más elevados que la ciudad y muy cercanos entre sí. Uno de ellos es la colina sobre la que se asienta el Albayzín, por lo que aquí podemos encontrar buenos miradores sin salir del casco urbano y otro es la colina que sustenta el complejo de la Alhambra prolongándose algo más arriba con la Silla del Moro e incluso más todavía con el Llano de la Perdiz y a sus espaldas el Barranco del Abogado.

He programado hasta nueve miradores desde los que voy a tomar fotos para aportarlas a las distintas entradas que con este titular de Miradores de Granada voy a elaborar. Evidentemente desde algunos se abarca casi toda la ciudad y desde otros los horizontes son más reducidos y locales. Alguno adquirió en su día fama universal gracias a alguna visita importante y otros pasan desapercibidos, no solo para los visitantes foráneos, sino incluso para algunos locales.

Los voy a agrupar en cuatro entradas siguiendo un criterio de proximidad geográfica lo que permitirá un recorrido natural. Comenzaré con los miradores de San Cristóbal, San Nicolás y Mezquita Mayor (casi contiguos) y los distintos que jalonan la Vereda de Enmedio (estos últimos dando vistas casi exclusivamente al barranco del río Darro -Valparaiso-, se enfrentan sólo a la Alhambra y al Generalife).

Una segunda entrada la dedicaré a los San Miguel Bajo (torre de la iglesia) y su subida: Carril de la Lona, San Miguel Alto, Plaza de los Carvajales y por último uno enfrentado al medio Albayzín situado en el margen izquierdo del río Darro y a media colina entre éste y la Alhambra, ubicado al final de la calle Almanzora Alta.

Dejando para la tercera entrada los ubicados en la Silla del Moro y el del Barranco del Abogado, éste último en la subida de vehículos hacia la Alhambra desde los que se obtiene una de las más amplias visiones de toda la ciudad junto con uno de los barrios más olvidados de Granada.

Por su ubicación, su amplitud de miras y su innegable belleza dejo para la última entrada y en exclusividad el mirador, que considero personalmente, más completo de toda Granada, ya que desde él se abarca toda la ciudad prolongándose las vistas hasta las cumbres de Sierra Nevada por el este y la amplia vega hacia el oeste. Me refiero a la Torre de la Vela en lo que fue zona militar (Alcazaba) y extremo oeste tanto del conjunto monumental de la Alhambra como de la colina que lo sustenta.

Mirador de San Cristóbal. Ubicado junto a la iglesia del mismo nombre en la antigua carretera de Murcia, es la subida natural con vehículos al barrio del Albayzín. Desde él abarcamos parte del propio barrio, la colina donde se levanta San Miguel Bajo, con otras construcciones destacadas como el Palacio del Dar-Al-Horra, Santa Isabel la Real y la muralla que delimita la cara sur de la cuesta de Alhacaba. Buen mirador de la Alhambra y de parte de la ciudad, que podemos complementar descendiendo unos metros por la propia carretera hasta una pronunciada curva (el Tambor), desde la que divisamos la parte restante (los barrios norteños de la ciudad) Almanjayar, Casería de Montijo y Nueva Granada.

Entre nosotros y las faldas de la sierra donde se asientan buena parte de los pueblos del cinturón urbano de Granada se interpone la colina de la Alhambra por lo que nos oculta todo el barrio del Realejo. A este mirador podemos llegar ascendiendo por la cuesta de Alhacaba, para a media altura abandanarla por la izquierda y serpenteando por distintas callejuelas acceder al mirador, o subir en autobús urbano que nos dejará en el propio mirador ya que cuenta con una parada.

Trasladarnos después al de San Nicolás para disfrutar de una de las mejores y amplias vistas del monumento de la Alhambra y Generalife con el bosque de San Pedro dando color a la ladera. La ventaja de este mirador es que contemplamos el monumento desde cota similar, con un fondo ahora nevado de la sierra. Junto a él podemos visitar los jardines de la Mezquita que con la misma orientación complementa las vistas. Es el mirador mas conocido gracias a la publicidad que le dio el presidente de Estados Unidos Clinton en su visita a Granada, ya que fue comentado por multitud de televisiones en las que compartió la opinión de que era el lugar desde el cual se contemplaba la mejor puesta de sol. Lo encontrareis siempre concurrido.

Sin embargo no podemos divisar apenas la ciudad ya que queda oculta por las casas del propio barrio. Recomiendo hacer una visita a la iglesia de San Nicolás, que aunque no se permite el acceso a la nave de la misma por su mal estado arquitectónico, si se permite la subida a la torre. Es una estrecha estructura de cinco niveles que a partir del primero se ha vaciado su interior para instalar una escalinata totalmente metálica. Desde arriba se amplían las vistas  algo entorpecidas por la permanencia de las campanas en los vanos de tres de sus ventanas. Hoy ha pesar del frío aire que se dejaba sentir arriba me ha merecido la pena la ascensión. Se solicita un “donativo” de dos euros por persona.

Antes de abandonar este enclave podemos acercarnos a los jardines de la Mezquita contigua a la iglesia. Desde sus jardines también enfrentados a la Alhambra completaremos las panorámicas hacia ella, aunque a decir verdad apenas apreciaremos diferencias de perspectiva ya que su ubicación y orientación es similar. Es un pequeño jardín con algunas fuentes abierto hacia el sur para la contemplación de los palacios nazaríes.

Terminada esta visita me dirijo hacia los distintos y pequeños miradores que jalonan la Vereda de Enmedio. Para los que no conocen la zona conviene proveerse de un plano ya que hay que callejear medio barrio hasta llegar a la Placeta Cruz de Rauda, al pié de la colina del Aceituno (San Miguel Alto) donde arranca la denominada “verea”. Esta se prolonga hasta cerca del Monasterio del Sacromonte (atravesando buena parte del valle de Valparaiso), recorriendo toda la colina por encima del Camino del Monte (éste asfaltado y via de acceso para los vehículos).

Este recorrido tiene su réplica por la otra vertiente del río, casi a la misma altura y con un recorrido algo más largo. Es un paseo que tradicionalmente se hacía en los días de primavera y principios de verano denominado Fuente del Avellano, ya que la propia fuente era el destino del paseo donde se saciaba la sed en un manantial de tradicional agua fresca. En mi niñez, años sesenta del pasado siglo, todavía se podía escuchar por las calles de Granada los ofrecimientos de algún aguador pregonando las excelencias del agua del Avellano trasportada a lomos de su burro.

A pesar del nombre no es estrictamente una vereda (camino estrecho formado por el tránsito de personas y animales), aunque seguramente fue su origen. Ahora es una tortuosa callejuela que se prolonga por más de un kilómetro entre cuevas y casas de un antiguo barrio, tradicional arrabal de los gitanos granadinos. Entre la ida y la vuelta por la carretera ya, vamos a pasear por la cuna de las “zambras” e incluso podremos visitar el Museo Cuevas del Sacromonte, algo más elevado que es sin duda un buen mirador también.

Este recorrido por la zona alta de uno de los barrios emblemáticos de Granada “El Sacromonte” es muy atractivo por el emplazamiento ya que se introduce en el valle del Valparaiso acompañando el curso del río Darro y por el tipo de construcción que nos vamos a encontrar. La casa-cueva es la vivienda típica de esta zona, siendo una de las cunas del flamenco. Muestra de ello, aparte del carácter meramente turístico, es la profusión de zambras y tablaos donde en primavera y verano se pueden disfrutar diferentes espectáculos flamencos. Llama la atención los curiosos nombres de algunos de estos establecimientos.

Para todas estas visitas, recomiendo a ser posible, hacerlas a partir del medio día, ya que por orientación el sol desvirtúa y dificulta sobremanera la apreciación correcta de las panorámicas dada la orientación del recorrido. Ni que decir tiene que si queremos sacar algunas fotos durante las mañanas la posición del sol nos limitará mucho.





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