Escalinata de acceso. |
Residencia para los invitados. |
Rincón vegetal. |
Paseos y fuentes recorren el jardín. |
Pérgolas vegetales donde resguardarse en verano. |
Rincones íntimos. |
Estanque con columnas y ninfa. |
Vista hacia el Albayzín. |
Extasiado pensante. |
Aquí siempre apetecerá una larga sobremesa. |
Arcadas vegetales y pérgolas. |
Paseo junto a la fachada sur. |
Alguno se dejó llevar por el momento. |
Sólo hay que asomarse para casi estar... |
Los paseos empedrados formando dibujos. |
Uno de los estanques de la residencia. |
Detalle de una de las fuentes. |
Desayunando con este fondo. |
Algunos viejos residentes del jardín. |
El agua, siempre el agua. |
Vegetación, luz, sombras y agua los elementos del carmen. |
CARMEN DE LA VICTORIA
Fecha: 27-02-2013
La
vida humana acontece solo una vez y por eso nunca podremos averiguar
cuáles de nuestras decisiones fueron correctas y cuales fueron
incorrectas. En la situación dada sólo hemos podido decidir una vez
y no nos ha sido dada una segunda, una tercera, una cuarta vida para
comparar las distintas decisiones. (Milan Kundera).
Hay
pequeños espacios en Granada en los que merece la pena deterse un
rato para pasear, disfrutar y sentir a la vez que sentirse. Que mejor
espacio para experimentar todos esos sentimientos que un típico
carmen granadino. El Carmen de la Victoria reune todos los requisitos
para extasiarse durante un rato en él, por ubicación (Albayzín
Patrimonio de la Humanidad), por orientación (orientado hacia el sur
y enfrentado a la Alhambra) y por tamaño (suficientemente amplio
como para sertir y sentirse en soledad en algunos de sus rincones).
Cuántas
veces he ido en hora temprana a los jardines:
las
ramas me recordaban la actitud de los amantes,
!Qué
hermosas se mostraban cuando el viento las entrelazaba como cuellos!
Junquillos
reemplazan a los ojos.
Ibn
Hafs al-Yaziri (s.XI).
A
pesar de estar ubicado junto a una calle en cuesta apenas se nota el
ruido de los vehículos, al menos a mi me ha pasado totalmente
desapercibido durante mi permanencia en él. El estar a un nivel algo
superior al de la calle que le da acceso, sin duda ayuda a ello.
Ubicado
a media cuesta del Chapiz, este carmen es actualmente propiedad de la
Universidad de Granada (adquirido en 1945). Además de los jardines
que se pueden visitar funciona como residencia de invitados contando
para ello con una treintena de habitaciones, además de biblioteca,
sala de reuniones y otras estancias.
La
palabra Carmen proviene de la palabra árabe Karm
(viña) y
es el nombre que se le da en Granada a las huertas ubicadas en los
entornos de la ciudad y usadas como fincas de retiro o placer para el
verano. Actualmente lo conforman una serie de edificaciones y huertas
que se han ido sumando como eran el propio Carmen de la
Victoria-Huerto del Olivarillo y Carmen del Pencal, que en su día
estuvieron separados por la muralla del Chapiz, cuyos restos se dejan
adivinar aun entre las paratas de los jardines.
Como casi todos los
cármenes del Albayzín desde fuera pasa totalmente desapercibido y
mas lo haría si no tuviera una puerta forjada que deja entrever
parte de su interior. Poco vemos desde aquí salvo una entrada con
escalones a ambos lados y vegetación exuberante, tanto en macetas, arriates y abundante arboleda que sobresale por encima de las tapias.
Una
vez dentro empiezo a saborear los distintos espacios que enlazan
mediante terrazas, unidas por escalinatas, los distintos niveles del
complejo. Los arriates
de
boj y las distintas jardineras llenas de pensamientos dan un colorido
especial a este recinto. Durante el recorrido encuentro numerosas
fuentes, unas adosadas a paredes con pilonas; otras apenas
sobresaliendo del suelo. No faltan dos estanques, pertenecientes
posiblemente a las dos huertas que dieron nacimiento al carmen
actual, hoy cumpliendo un objetivo decorativo con algunas plantas
acuáticas, peces de colores y alguna ninfa entre la vegetación.
Estos estanques que en su
día fueron presumiblemente alimentados por el aljibe del Peso de la
Harina, ubicado en la misma cuesta y algo por encima del propio
carmen. Uno de los múltiples aljibes que distribuían el agua por
todo el barrio, sirviendo tanto para beber como para riego de las
numerosas huertas que ocupaban todos estos espacios. El agua era
transportada a través de la acequia Aynadamar que la conducía durante trece
kilómetros desde Fuente Grande (Alfacar, al pie de la sierra) hasta el Albayzín.
“Solloza
apenas triste y alza
en
un abrir y cerrar de ojos los espíritus.
Cuando
por la mañana se aproxima a los vergeles,
dice:
la infecundidad no os tocará.
Las
flores, al verla, se sonrien,
pues
sin penar derrama lágrimas”
Al-Rusafi.
Se alternan estrechos
paseos enmarcados entre setos con minúsculos espacios provistos de
bancos que invitan a demorarse, sobre todo si tenemos en cuenta que
está totalmente enfrentado a la Alhambra, monumento que ocupa buena
parte de las vistas que se tienen dese el carmen. Las habitaciones
para los residentes también están enfrentadas a los palacios con lo
que despertarse aquí cualquier mañana de primavera y asomarse a la
ventana debe ser un auténtico privilegio.
Aunque el rumor del
agua en este espacio no es destacable, la exuberante vegetación atrae a
numerosas aves que si amenizan las mañanas soleadas como la de hoy
con sus trinos. No faltan los nerviosos mirlos buscando y revolviendo
siempre entre la hojarasca en busca de insectos, para salir
despavoridos y ruidosos cuando nos acercamos demasiado. Y en las
alturas de los esbeltos cipreses las palomas, asentadas
definitivamente en cualquier espacio verde en el que la tranquilidad y
el sosiego existan.
Durante mi paseo por
los jardines del carmen he ido leyendo placas adosadas a las paredes
de opiniones de gente relevante que ha pasado por aquí, curiosas,
llamativas, presuntuosas, poéticas, pero todas laudatorias hacia el
carmen.
Ciertamente
Granada es una decoración luminosa de Fortuni. Y,
ante
este telón pintado de resplandores vivos,
el
Carmen de la Victoria es el ámbito del verde,
y
el reino iluminado de la hospitalidad.
Pere
Gimferrer (23-3-85)
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