Hasta la próxima visita.
TORRE DE LA CAUTIVA.
Fecha: 17-02-20132
No
es necesario ser una habitación para estar embrujada, no es
necesario ser una casa; el cerebro tiene pasillos más grandes que
los pasillos reales (Emily Dikinson).
De
nuevo una visita a la Alhambra. cualquier motivo es bueno para subir
desde Granada, pasear por los bosques, visitar algún enclave
concreto o simplemente dejarse llevar allá donde la curiosidad o el
azar te dirijan, allá donde te llame la atención una situación o
un simple detalle.
He
aprovechado la posibilidad que nos brinda el programa dirigido a
residentes, concediendo entradas gratuitas para visitar los domingos
por la tarde los Palacios Nazaríes, o bien Jardines y torreones. El
pequeño inconveniente es que hay que solicitar las entradas en el
Corral del Carbón los lunes para las visitas del siguiente domingo,
con lo que el pronóstico del tiempo es incierto y me puedo llevar
alguna sorpresa. Imaginaba y así ha sido que los domingos por la
tarde es el día más “débil” en visitas, lo que personalmente
agradezco. Yo opté por Jardines y Torres.
Hoy
me ha ocurrido, el día ha estado nublado con lo que la luminosidad
propia de los días claros en que a mí me apetece hacer las visitas
no se ha correspondido con la tarde. No deja de tener interés
“añadido” el introducirse en un lugar de ensueño bajo un cielo
plomizo e incluso con alguna llovizna, le aporta un aire más
romántico, si cabe, al paseo. El horario de visita por las tardes se
prolonga desde las 14 horas hasta las 18 horas. Son cuatro horas que
dan tiempo suficiente para hacer recorridos muy relajados cuando los
sitios han sido previamente seleccionados.
La
ventaja que tenemos los granadinos del que yo soy muy consciente, es
que tenemos el monumento a media hora andando de nuestra casa, lo que
nos permite subir casi en cualquier momento o por cualquier motivo,
sin las prisas y el ejetreo que supondría la visita en caso de tener
que desplazarse desde otra ciudad y ya no hablemos desde otro pais.
Yo
quería visitar la Torre de la Cautiva (declarado espacio del mes de
febrero). Dentro del programa de visitas que gestiona el Patronato,
cada mes se abre un espacio que habitualmente permanece cerrado y
“oculto” al público, por lo que aprovecho las ocasiones en que
esos espacios son suficientemente atractivos para mí como excusa
para subir. Después pensaba demorarme lo que me apeteciera por los
jardines colindantes o las ruinas de los palacios en los que se
aprecian sólo las distribuciones originales junto a las albercas que
adornaban sus patios. Son elementos a los que habitualmente no le
presto gran atención porque se sitúan en lugares de paso, los
atravieso para ir de un lugar a otro.
Después
de la pequeña sorpresa desagradable de tener que perder casi media
hora haciendo cola ante las taquillas generales para cambiar mi
reserva por la entrada (sigo sin entender por qué no se utilizan más
eficazmente los recursos informáticos), me dirijo directamente hacia
el objetivo. La Torre de la Cautiva es uno de los torreones que
ubicados en la muralla encarada hacia el Generalife (camino de ronda
de la muralla) se levanta delimitando el lado sur de la Cuesta de los
Chinos.
Esta
torre conocida anteriormente como de la Ladrona o de la Sultana
(durante el siglo XVI), se dice que estuvo habitada por Doña Isabel
de Solís, convertida después de su captura al Islam con el nombre
de Fátima Zoraya (Lucero de la Mañana), siendo segunda mujer del
rey Muley Hacén, con el que tuvo dos hijos, desafío que tendría
consecuencias posteriores tanto para la familia real como para su
corte.
Posteriormente,
ya en el siglo XIX fue restaurada, tras haber sido vivienda de los
alcaides cristianos e incluso de particulares.
Para
el visitante casual pueden pasar muchos espacios desapercibidos por
su anodino exterior movidos por la premura que les obliga a hacer un
recorrido por aquellos emblemáticos y sobradamente conocidos,
olvidando pequeñas joyas dignas de rivalizar con el mismo Salón del
Trono. Esta torre cumplía una doble finalidad: la de vivienda junto
a la defensiva del recinto. Por eso no nos puede extrañar el diseño
de su entrada adoptando el pasadizo en recodo para facilitar la
defensa obligando a los enemigos a penetrar prácticamente en fila
india imposibilitando el ataque en grupo. Tras recorrer el pasadizo
accedo a un patio con galerías que a su vez comunica con una sala
cuadrada con artesonado del siglo XIX a través de una doble arcada.
Llama
la atención la profusa decoración que cubre todas las paredes de la
estancia haciéndola similar a la de los palacios. De hecho es una
torre palacio con una distribución similar a las de las casas que
tras la llamativa entrada en recodo accedemos a unos espacios
profusamente decorados, lo que la equipara en ornamentación y
belleza al Salón del Trono del Palacio de Comares, perteneciendo
ambas a la época de mayor explendor del arte nazarí en la época de
Yusuf I. Al igual que cualquier vivienda cuenta con una segunda
planta y una terraza cuyo acceso está a la entrada junto al recodo.
Lástima
que a pesar de ser la visita del mes publicitada por el Patronato, ni
la planta superior ni la terraza estén habilitadas para su
recorrido. Desde el exterior aprecio que se adecúa perfectamente al
esquema árabe de ocultar la riqueza en el interior tras unas
fachadas prácticamente lisas que en nada las diferencia de cualquier
otra torre defensiva del conjunto. Apenas destaca las pequeñas
ventanas geminadas que aportan luz y acceso visual a las alcobas.
Una
vez cumplimentada la visita a la Torre me dedico a pasear por los
distintos jardines, algunos cultivados con plantas ornamentales
(coles de vistosos colores), otros con plantas aromáticas entre unas
y otras destaca algún árbol como el Macasar o Caqui. Me acerco
hasta los jardines del Partal para disfrutar más que de las
construcciones en sí, de sus reflejos en los estanques. El pequeño
Oratorio y de nuevo los intrincados pasillos delimitados por
recortados muros vegetales, de los que a veces abstraído por el
deambular indolente no puedes salir y hay que retroceder.
El
rumor del agua en este espacio es importante ya que aporta vida al
conjunto. O bien en sus estanques con sus coloridos peces que en
alguna ocasión han servido de reclamo y comida a alguna garza real;
o bien las exiguas fuentes que apenas se elevan sobre sus surtidores
lo suficiente para apreciar el movimiento del agua; o los canales que
enmarcando a las escalinatas en su descenso con algo más de
corriente aportan el rumor típico del espacio palaciego, que se
desploman junto a las escalinatas que enlazan las distintos niveles
en que se asienta todo el conjunto y que me sirve para transitar las
distintas terrazas a las que se acoplaban las edificaciones
primitivas.
En
esos momentos quiero sentirme y permanecer en ese estado generalmente
asociado a la niñez en que es válida la afirmación de Milan
Kundera: “...estaba pasando por ese breve periodo en que la
imaginación está aun poco provista de experiencias, aun no ha caído
en la rutina, conoce poco y sabe poco, de modo que aun existe lo
inimaginable...”
Ya
de vuelta decido bajar por el paseo central que atraviesa el bosque
para atravesando la Puerta de las Granadas desembocar en Plaza Nueva.
En uno de los tramos superiores me encuentro una exposición de
fotografías en gran formato y de apreciable calidad sobre el mundo
submarino. Se trata de setenta fotografías realizadas por
profesionales de diferentes paises que tratan de acercar al visitante
la biodiversidad de la vida oceánica, que en opinión de su
comisario, Joaquín Araújo atraen poderosamente la atención del
visitante, destacando las medusas por su colorido o las cabriolas
fuera del agua que realizan las grandes ballenas a pesar de su tamaño
y peso.
Durante
el recorrido, saltando de un fotograma al siguiente y atento al
entorno, me ha llamado la atención el contraste que produce ver una
exposición de vida submarina con exuberancia de vida y múltiples
colores ubicada en un bosque despojado de su esplendor por la época
del año, quiero imaginar que en primavera deberá ser más
impactante, si cabe. No obstante la relación aparece patente si
consideramos que uno de los elementos primordiales en la Alhambra es
también el agua. La muestra trata de llamar la atención sobre los
peligros que afectan al mundo acuático y las posibles soluciones
para evitar el colapso de los océanos.
Esta
exposición dedica sus apartados a los océanos Atlántico, Pacífico
e Indico, a los mares polares, a los mares enfermos y propone un
camino hacia la sensatez, tiene previsto permanecer en el paseo hasta
el próximo mes de noviembre. Aconsejo tanto el paseo de subida como
la demora disfrutando de las magníficas fotos. No descarto, si
consigo encontrar el momento de hacer unas fotos de las fotos sin
reflejos, el volver sobre la exposición en el blog.
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Muy buenas fotos de la torre. He topado con este blog buscando imágenes de la misma para un trabajo universitario. Me gustaría tener tu consentimiento para utilizarlas en mi proyecto y nombrarte como autor de ellas. Un saludo
ResponderEliminarBuenos días Natalia:
ResponderEliminarAl final del blog está mi correo electrónico. Me gustaría que se interesan las fotos, me especifiques cuáles y además de mencionarme como autor, te comprometieras a enviarme una copia de tu trabajo.
Podrías incluir algún dato más tuyo, nacionalidad, estudios, universidad, etc. Las fotos publicadas están "rebajadas" por motivo de capacidad del blog. Imagino, que si me convences, te interesarían las fotos originales???.
Saludos, Ignacio
Hola Ignacio, debo ser muy patosa o despistada, pero no encuentro por ningún rincón de tu blog la dirección de correo. Si puedes pégamela aquí y ya te explico todo con más detalle.
ResponderEliminarGracias y saludos!
iggadi61@gmail.com
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