Terminado el recorrido circular volvemos al punto de partida.
Fecha:13-12-2012 Ermita
nueva 8h.
M.I.D.E.:2,2,2,2. Ermita vieja 9'45h
Duración:
7h 15' (38.800p) Puerto Mala Mujer 10'45h.
Desnivel en subida: 600 metros Silleta 12’00h
Rangos
de temperatura: de 3'5ºC a los 15'5ºC Ermita nueva 15'15h.
Hoy,
de nuevo, he contado con la compañía de mi hijo Carlos y casi como
siempre que salimos juntos ha sido él el que ha elegido el destino de la excursión: La
Silleta. Lo dejo así para no incrementar la polémica entre
“paduleños” y “dilareños” que se disputan el nombre del
cerro por estar a caballo entre ambos términos municipales.
La
Sierra del Manar por la que vamos a movernos durante casi todo el
día, está situada en la parte occidental del Parque Natural de
Sierra Nevada y ostenta una altitud máxima de 1.520 metros en el
Cerro de La Silleta. Integrada en la formación carbonatada del
Trevenque, formando parte de un gran acuífero, un gran almacén
subterráneo de agua que aflora por distintos manantiales: Mina de la
Purísima, Agüadero, Fuente de la Zorra y otros, abasteciendo también a las Lagunas del Padul.
Por su riqueza biológica e interés geológico, este humedal está considerado como uno de los importantes ubicados en el sureste peninsular, con una extensión aproximada de unas 60 Has. encharcadas que da vida a una rica población lacustre, aunque en épocas lluviosas esta extensión se ve ampliamente superada. Esta zona húmeda tiene especial relevancia por ser la única natural en la provincia de Granada y por ser lugar de paso y asentamiento de multitud de aves, habiéndose llegado a contabilizar hasta 158 especies distintas. Hacer notar además que todo el subsuelo de la antigua laguna, está ocupado por una turbera, la mas meridional de Europa.
La
vegetación autóctona la representan los sabinares y matorral principalmente de aromáticas como romeros, tomillos, lavandas y distintas especies de jaras, mezclado
con pinares de repoblación (mayoritariamente carrasco), fácilmente
identificables por su mayor densidad; plantaciones realizadas
alrededor de los años 50 del siglo pasado de forma manual por lo que
se respetó sobremanera el suelo original. Las arenas dolomíticas
que componen estos suelos son muy pobres en nutrientes a la vez que
de escasa capacidad de retención de agua, si a ello sumamos la
presencia de magnesio ( el magnesio es un nutriente esencial para las plantas) pero en elevadas concentraciones es venenoso para la mayoría de las especies vegetales, lo que provoca una alta especialización y por ello
endemismos locales que le dan un gran valor a esta sierra (endemismos
de dolomías).
Esta
sierra está comprendida geográficamente entre los Alayos de Dílar
y el Suspiro del Moro y en ese sentido la vamos a recorrer. Aunque la
parte más alta es la cima del Cerro de la Silleta (1.532 metros) el
punto geodésico está situado en el otro extremo de la cresta
ostentando una altitud de 1.520 metros. Entre ambos hay una pequeña
depresión que se le quiere asemejar a la de una silla de montar, de
lo que puede provenir el nombre.
Para
llegar hay que acercarse y atravesar toda la población de Dílar
(población llamativa por la forma del territorio que ocupa, una
larga franja de terreno de más de 25 kilómetros de larga por sólo
algo más de 5 km de ancha, que se prolonga desde el Suspiro del Moro
(850 metros) hasta la cima del Veleta (3.394 metros). Guiándonos por
los indicadores que nos acercan hasta la Ermita Nueva, muy por encima
y fuera del casco urbano; aunque quizás nos se de mayor utilidad
seguir los indicadores anunciadores del Hotel Zerbívetta, ubicado en
sus proximidades, bastante más visibles y mejor conservados.
Otro acceso se puede hacer a través de la población de Otura. A medias del recorrido que hace la carretera que une las poblaciones de Otura y Dílar, frente a unas urbanizaciones nace una carretera asfaltada que serpenteando por las lomas nos acerca directamente hasta Ermita Nueva sin tener que atravesar la población de Dílar ya que la deja por debajo en su recorrido.
Por
detrás de la Ermita arranca una pista que será el inicio del
recorrido. Un centenar de metros y ya estamos junto a un panel
informativo del circuito circular que nos proponemos realizar. El
primer tramo, bordeando terrenos de cultivo (almendros y olivos) es
un carril que se dirige sin vacilaciones hasta el pie de las primeras
lomas claramente delimitadas por el verde de los pinos. Son poco más
de las ocho de la mañana y ya saludamos a algún “cosechador de
aceitunas”, que con su máquina envuelve el tronco de las olivas y
tras desplegar un manto de forma automática le da un buen meneo al
árbol para que se desprenda de su fruto.
Justa
al llegar al límite de los pinos comienza la ascensión que se
prolongará durante un buen rato para darnos un descanso llaneando una vez alcanzada la cima de la loma e
incluso un poco de bajada posteriormente hasta enlazar con una arenosa rambla por la que vamos a ascender durante un trecho hasta encontrar de nuevo a nuestra izquierda el
sendero que vuelve a empinarse. Tras un buen rato de subida bajo la protección de los pinos en todo el recorrido llagamos a un carril que atravesamos
porque el sendero sigue justo enfrente, para volver a él unas curvas
más arriba. Aquí abandonamos el itinerario que nos acercaría hasta
nuestro destino.
Tomamos
a la izquierda para acercarnos a la Ermita Vieja, ahora refugio reconstruido.
Pequeño y bonito edificio junto a un recinto vallado que protege en su interior un gran depósito de agua utilizado por el servicio
de extinción de incendios. Un poco por encima y junto a un gran
nogal encontramos una fuente que alimenta un estanque de generosas dimensiones. Hoy fuente y
estanque rebosantes de agua. Después de esparcirnos un rato en el
paraje, toca regresar sobre nuestros pasos para retomar de nuevo el
carril (en sentido contrario) que nos acercará a la Silleta.
Tras
caminar de nuevo un rato por él, hay que ir atentos porque pasa casi
desapercibido un desvío por el que hay que abandonar el carril
(Puerto de Mala Mujer) para retomar un sendero (izquierda) que ya
debajo de la cima más noreste de la loma, la va a rodear para llegar
a la cresta situada mas al sur, para terminar de ascender por su cara
este, donde se ubica el punto geodésico. Podemos obviar éste último
tramo de recorrido y tomando un sendero de grava suelta muy visible y
marcado, ascender a esta primera cima de la larga loma de la Silleta
y a partir de ella, cresteando, acabar en la última.
Esta es la opción elegida por nosotros. Aunque a media loma, junto a los restos de un redil se pierde el sendero, el frecuente paso de los visitantes permite ascender "cómodamente" hasta la cima y una vez en ella, basta limitarse a seguir literalmente por la cresta, salvando algún pequeño tajo mediante rodea, para llegar hasta la cima que ostenta el punto geodésico, situada en el extremo sur de la loma. A partir la Silleta pierde rápidamente altura hasta morir por encima de las urbanizaciones de la población del Padul.
Durante el tránsito por la cresta tenemos una amplias vistas, por un lado de toda la depresión del Padul y Dúrcal con Nigüelas al fondo; por otro la amplia vega de Granada donde es difícil delimitar los límites de las distintas poblaciones que la ocupan ya que sus construcciones están tan juntas que aparece visualmente una continuidad de construcción.
Llegado al hito sólo resta iniciar el regreso. Podemos descender hacia Padul que no es el itinerario escogido por nosotros. No es nuestro caso porque el vehículo lo abandonamos esta
mañana junto a la Ermita Nueva y hacia allí hemos de dirigirnos.
Para los conocedores del terreno aconsejo hacer el recorrido circular
por Barranco Hondo, el sendero arranca justo a los pies de la última cima visitada y comienza con una fuerte bajada dirección oeste.. A los que no dominen la geografía local les
aconsejo regresar por el mismo itinerario que se hace subiendo, ya
que la falta de indicadores hace muy probable la pérdida.
Así
como para la subida las indicaciones son suficientes, no ocurre lo
mismo en la bajada ya que en las faldas de la Silleta y junto a un
cortijo (cortijo del Manar), o faltan las señales o se dan por sabidas, lo que crea gran
incertidumbre a los no conocedores, provocando, como me consta que en algunos
casos haber tenido que desandar lo andado y este tramo último era de
fuerte bajada.
Recordatorio:
en nuestras salidas al campo sólo debemos dejar nuestras pisadas,
todo lo demás: impresiones, fotos y residuos (orgánicos e
inorgánicos), deben regresar con nosotros.
|
Echo en falta alguna referencia más para llegar a los lugares. De todas formas muy interesante y me abre perpectivas nuevas.
ResponderEliminar