jueves, 17 de mayo de 2012

Sorbas y sus cuevas (Almería)

Imágen del desierto de Tabernas.

Alías, pedanía de Sorbas.

Cortijo Alto de Cariatiz

Lo que en su día fue cuenca de arrecifes.

A esta tierra en cuanto se le da una oportunidad...

Lomas enteras cubiertas de esparto.

En la foto no se aprecia, pero mecidas por el viento...

Siempre que puede la vegetación lo ocupa todo.

Antiguos espacios aterrazados para el cultivo.

El conglomerado que contiene los cristales de yeso.

Centro de recepción para los visitantes de las cuevas.

La carretera cruza el desierto.

Las nubes amenazaban lluvia pero no llegó a caer.

A pesar de su aparente aridez soportan vida vegetal y animal muy especializada.

Alguna de las construcciones del paraje "Los Molinos".

Otras rehabilitadas y en uso ocupadas generalmente por extranjeros.

Recorrido por el cauce del Río Aguas.

Pasadizo entre la vegetación, en este caso cañas.

Grandes bloques desprendidos de las paredes.

Los propios bloques pétreos desprendidos habilitan puertas.

Pasos angostos donde hay que agacharse.

Distintos bloques desplomados unos sobre otros.

Antiguo cortijo en el Río Aguas, junto al desfiladero.


Junto al cauce donde no falta el agua.

La vegetación siempre encuentra una salida.




SORBAS (Almería)

Fecha: 14-4-2012

Hemos decidido pasar este fin de semana (mi mujer y yo) en la población de Sorbas para poder hacer distintas visitas que a lo largo del tiempo se han ido acumulando en el baul de los deseos insatisfechos y a las que había que darle salida antes de que se enquistaran o, algo peor, pasaran al olvido. Para ello nos hemos tenido que desplazar unos 200 km, que es la distancia que hay desde Granada. Durante el acercamiento, si se va con tiempo y antes de llegar a Tabernas, recomiendo desviarse para visitar el pequeño castillo de Gergal primero, ubicado en la falda de la sierra de los Filabres y por encima de la población, para posteriormente adentrarse un poco en el desierto de Tabernas antes de abandonar la autovía para encaminarnos hacia la población de Tabernas por la que hemos de pasar en nuestro recorrido.

El desierto al que tan poco habituados estamos la mayoría no es solamente una vasta extensión de anodinas colinas con poca o nula vegetación. Las lluvias en esta zona suelen ser de alrededor de 250 mm al año. Pero si apartándonos un poco de la carretera nos introducimos en él, podremos apreciar que no está tan desolado como aparenta, a la vez que notar la distinta belleza que ostenta y si tenemos la suerte de poderlo visitar algo después de una tormenta, disfrutaremos de una explosión de vida, efímera pero desbordante.

En la pedanía de Alías, a escasos kilómetros de Sorbas, dirección Murcia (antigua carretera nacional), se encuentra el lugar escogido para pernoctar. Es un cortijo totalmente restaurado a media altura de una pequeña loma, compuesto por un edificio donde se ubica la recepción, biblioteca y el comedor y a sus alrededores una serie de apartamentos individuales compuestos de salón y dormitorio con amplio cuarto de baño. Lo completa un pequeño porche con un par de tumbonas de las que no hemos hecho uso, por no acompañar las temperaturas en esta época y por el poco tiempo que hemos permanecido estáticos. 

Es un excelente lugar para desconectar, ya que alejado de todo bullicio, propicio para la lectura, el paseo, la contemplación, en definitiva para todo lo contrario de lo que solemos hacer en nuestros lugares de residencia habituales. Hoy, nada más llegar me he escapado para una vez superada la pequeña colina donde se sitúa el complejo, encontrarme en un relativa llanura totalmente cubierta de desarrolladas matas de esparto, que asemejando un mar mecido por la brisa, brillaba con los últimos rayos del sol poniente, presentando un espectáculo original y muy atractivo.

Sorbas es una población almeriense que geográficamente se encuentra bastante centrada en la provincia que cuenta aproximadamente con 3.000 habitantes y a algo más de 400 m. sobre el nivel del mar. El término de Sorbas, proveniente del árabe se podría traducir por “olla de arena” por ser una zona en que tradicionalmente y desde muy antiguo se cocían vasijas de arcilla de gran calidad; dentro del pueblo subsiste aún un barrio denominado de las Alfarerías a la vez que se encuentran restos de hornos árabes. Pero su historia es anterior ya que en los alrededores se han encontrado varios asentamientos íberos.

Tras la expulsión de los moriscos queda esquilmada tanto en población como en viviendas y otras construcciones, baste citar un párrafo descriptivo de aquella época (último cuarto del s.XVI): …”en Sorbas al norte de Almería, un tercio de las trescientas casas son habitables, los once molinos están destruidos, están caidos y sin aderezos, que solamente el del camino de Coca Alto, muele para la provincia del lugar… y las dos almazaras están inutilizadas…”.

Está la población de Sorbas ubicada ocupando una colina rodeada por el barranco labrado por el río Aguas. Dentro de su término hay diversos lugares que merecen una visita por su gran belleza paisajística. Junto a uno de ellos hemos estado hospedados, en un complejo rural de apartamentos denominado Cortijo Alto de Cariatiz, lugar recomendado para su visita por haber sido una antigua cuenca de arrecifes; no puedo olvidar la zona de los Molinos del río Aguas, el Barranco del Tesoro, para terminar mencionando el paraje Natural de los Karst en Yesos.

De todos ellos se nos habla en el Centro de Visitantes del Karst: meseta de piedra caliza, relieve condicionado principalmente por la disolución de las rocas que lo componen. Está dividido en diferentes salas donde se explica, mediante paneles, fotos, una reproducción parcial de una cueva y una excelente proyección de vídeo, el origen y la evolución de estos suelos junto con su explotación industrial. Está a la entrada de la población de Sorbas, suficientemente indicado y considero que es inicio indispensable para las distintas visitas posteriores.

El sábado amanece con algunas nubes altas que no amenazan lluvia, que a lo largo de la mañana van disipándose, no así el aire que conforme van pasando las horas se acrecienta hasta registrar rachas de 90 Km. hora en Almería capital y algo menos donde nos encontramos ya que las sierras nos resguardan, en parte, desgastando la fuerza mostrada en la costa para llegar hasta aquí suavizadas.

Teníamos para el sábado por la mañana reservada una visita guiada a una de las cuevas. Cavidades de las que se encuentran a cientos en la zona, que nos iba a servir como introducción a las formaciones kársticas de yesos que ha hecho famoso a Sorbas en buena parte del mundo. La visita, en su categoría de “básica”; hay otra “combinada” y aun una tercera “técnica” en que se aumenta tanto la dificultad de su recorrido como la duración y por supuesto el precio, nos introduce en una de las cuevas para recorrerla durante unos novecientos metros a través de lechos de arroyos, estrechos pasajes, gateras, placas desprendidas, chimeneas, profundo silencio y una vez apagadas las linternas, apreciar realmente lo que es la oscuridad absoluta.

La mayoría de estas cuevas están “vivas”, siguen sufriendo el proceso erosivo del agua cuando las tormentas deciden descargar sobre este desierto. Las diferentes fisuras y accesos canalizan el agua subterránea atravesando las cuevas, muestra de ello son los diferentes sedimentos vegetales que encontramos durante nuestro recorrido a distintos niveles dependiendo de la altura conseguida por el agua. Dándose la circunstancia de que en grandes tormentas, como la acaecida en el año 1.973 se llegó a inundar totalmente la cueva visitada. Agua que va perdiendo paulatinamente a lo largo de los días siguientes mediante salidas naturales y filtraciones.

Por la tarde hemos disfrutado recorriendo un tramo de una ruta comprendida en el sendero PR –A97 que con sus 38 Km. atraviesa gran parte del término Municipal de Sorbas. El pequeño tramo recorrido de aproximadamente una hora de duración, es el denominado “Los Molinos-Nacimiento del Río Aguas”. Comienza el recorrido en la cortijada de Los Molinos, en su día harineros, junto a ellos trozos de huerta tradicional dispuestos en bancales aterrazados y los sistemas de riego que sustentaban a ambos. Abandonados por sus pobladores en la década de los 60 y 70 por la fuerte emigración, rápidamente fueron ocupados por familias extranjeras.

Durante el recorrido podremos avistar distintos endemismos como la matamarillas, romerillo, narciso blanco; además de otras plantas exclusivas de terrenos de yesos. Junto a todas ellas la vegetación ligada al lecho del río: aneas, adelfas y cañas, que destacan por el fuerte contraste con el entorno desértico en que nos encontramos y que ayer mecidas por el viento reinante producían chasquidos característicos.

También durante la visita podemos apreciar las distintas redes para la conducción del agua, acequias y minas, algunas esculpidas en las paredes de yeso, para una vez llegados a pleno desfiladero encontrarnos, entre grandes bloques de rocas desprendidos de las verticales paredes, restos de molinos, casas, hornos y corrales. El recorrido se puede alargar siguiendo el cauce del río en sentido ascendente hasta llegar al propio pueblo, pero ya sobre el cauce seco, el agua no la volveremos a ver a no ser que ayude alguna tormenta.

El regreso lo realizamos el domingo a través de la alpujarra almeriense primero y granadina después. Durante el tiempo que ha durado el trayecto, la naturaleza nos ha mostrado los diversos fenómenos de su repertorio: sol, viento, lluvia, granizo, nieve, según las distintas altitudes por las que íbamos transitando, no en vano al llegar a Granada hemos avistado nieve y abundante en cotas relativamente bajas, de Sierra Nevada, allá donde las nubes lo permitían, curiosamente haciéndose principal protagonista en la fecha del cierre de la estación invernal. Bienvenida sea.



Recordatorio: en nuestras salidas al campo sólo debemos dejar nuestras pisadas, todo lo demás: impresiones, fotos y residuos (orgánicos e inorgánicos), deben regresar con nosotros.

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