Sucesiones infinitas de montes llenan el paisaje. |
La primera pate del recorrido entre pinares por pista de tierra |
Al llegar al collado descubro la mole gris pétrea del Mágina. |
Pozos y abrevaderos en la paraje Tinada de la Cruz. |
La sucesión de lomas difuminadas por la niebla tan característica de esta sierra. |
Abrigo junto al sendero de subida al Mágina. |
Las extensas manchas de las sabinas rastreras coloreando las lomas. |
Un pozo de nieve casi en la cima aprovechando la depresión de una dolina. |
Desde la cima del Mágina. |
Bifurcación en el sendero: hay que elegir. |
Pequeño refugio en la cima del Miramundos. |
Desde la cima del Miramundos dominando la depresión que recorre el río Jandulilla. |
La serrezuela de Bedmar con Úbeda y Baeza al fondo. |
Sierra Nevada, siempre presente. |
Un esforzado ciclista en sentido contrario. |
Refugio para pastores y ganado en la Tinada de la Cruz. |
Curiosas formas labradas en piedra para amenizar la bajada. |
Escasos restos níveos en los parajes más umbríos. |
A veces un gigante solitario muestra sus heridas. |
Fecha: 7-3-2012
M.I.D.E.:2,2,3,3
Duración: 7h (35.500p)
Desnivel en subida: 1.400 metros (1.000 para la ascensión al Mágina y
otros 400 para la del Miramundos)
Rangos de temperatura: de 2ºC a los 14ºC
Es la tercera salida que le dedico
a Sierra Mágina (Jaén). La primera fue de aproximación, limitándome a
recorrer su perímetro. La segunda ya fue una intrusión en su interior, llegando
bastante alto por la cara norte de las máximas altitudes de esta sierra. En
esta tercera he querido ya subir a sus cimas más emblemáticas a la vez que más
altas.
El afrontar tanto el pico Mágina (2.165 m) como el
Miramundos (2.077 m), en estas fechas no ha sido un problema porque la subida
la he hecho por su cara sureste. Apenas si quedaba, bien arriba, algún resto de
nieve en las umbrías y aun así pequeños parches que sólo ayudaban a dar
contraste a los paisajes, pero en ningún caso entorpecían el caminar. De hecho
no recuerdo haber pisado nieve en todo el día.
La información de la que yo
disponía me hablaba de que la subida a estos dos picos partía desde la
carretera que une las poblaciones de Huelma y Cambil. Esta mañana me he
encaminado hacia ellas para localizar la pista desde la que arranca el sendero.
Gran parte del recorrido lo marcaban común para las dos ascensiones y ya bien
arriba, a semejanza de una y griega, aparecían bifurcados dos senderos lineales que
ascendían a sendos picos.
Debido a mi desconocimiento del
terreno había previsto subir al Mágina primero y después si me quedaba tiempo y
entusiasmo acometer el Miramundos. Para acercarme al inicio del sendero tengo
que atravesar la población de Huelma, quizás el mayor de los pueblos que se
asientan en las faldas de esta sierra. Acoge una población de más de 6.000
habitantes y ubicado a una cota de 1.100 m, sus actividades mayoritarias son la
agricultura, ganadería y la fabricación
de muebles. Una vez dejada atrás la población, dirección Cambil, por la A-324 y
en el punto kilométrico 17’300 (frente a un cortijo denominado “Vista Mágina”),
arranca el carril que tras un par de kilómetros escasos me va a dejar a las
puertas del inicio de la ascensión, junto al panel informativo de la ruta.
No hay sitio específico para
aparcar, pero tampoco creo que sea necesario ya que el tráfico aparenta ser
escaso. Yo he dejado el coche junto al letrero que prohíbe el acceso a todo
vehículo motorizado no autorizado, a un lado de la pista intentando que
molestara lo menos posible. La información hablaba de algo más de 10 kilómetros
de recorrido hasta el pico Mágina y de cinco horas para su recorrido a los que
habría que sumar otras dos horas si se quería encadenar el Miramundos,
calificando la ascensión como dificultad alta.
El carril, nada más comenzar
empieza a subir de forma moderada y continuada por entre pinos carrascos.
Inmediatamente descartamos un ramal que sale a nuestra derecha. Tras algunas
curvas voy ganando altura hasta llegar al barranco de Tosquilla desde donde
poudo comenzar a divisar las cumbres de Sierra Nevada que ya no me
abandonarán durante todo el recorrido. Tras un buen rato de subida llego a
un collado donde la pendiente de la pista se suaviza y accedo visualmente al
pico Serrezuela (1.962 m), que en la distancia forma una V muy pronunciada con
el Mágina, con el que comparte la mayor parte de nuestro horizonte visual: la majestuosa
y amplia mole gris del Mágina. Por esta zona dominan los pinos laricios,
enebros rastreros y quejigos.
Al final del falso llano con que
me regala el carril llego al barranco de las Salinas donde se encuentra la
tinada de la Cruz. Barracón con redil
anexo usado como abrigo de los ganados durante las noches y refugio para
pastores y cazadores con varios pozos de agua en sus alrededores, un poco más
arriba de la construcción. La pista pronto se convertirá en sendero para llegar
al Collado del Puerto o de Bolos, dando vista al profundo barranco del
Gargantón, cuya cara norte mostraba las manchas de nieve más abundantes de todo
el recorrido, ladera salpicada por grandes piedras calizas.
Aquí, ya por sendero, me encuentro
la bifurcación del sendero, el poste indica el acceso a los dos picos
anunciados. A la izquierda el Mágina a la derecha el Miramundos. Había decidido
con antelación visitar el techo de la sierra y de la provincia en primer lugar,
así que no me entretengo y prosigo la subida. Bordea el sendero un abrigo en la
roca cerrado por muro de piedra suelta para darle mayor identidad y rodeado por
otras construcciones que servían de aprisco para el ganado. La mole gris del
Mágina se presenta moteada en toda su extensión por las manchas verdes que
aportan las sabinas que ocupan todo el
terreno en el que no aflora la roca viva. Es la sabina una planta rastrera de
hoja perenne de color verde oscuro, formando una estructura muy densa
extendiéndose por las laderas evitando la erosión con ramas muy retorcidas que
no suelen superar el metro de altura.
A dos mil metros aparece ante mí,
aprovechando una dolina (depresión geológica característica de los relieves
cársticos), la estructura de un pozo de nieve. Es una estructura redonda de
unos diez metros de diámetro y actualmente poco más de uno de altura. En su día
debió tener bastante más altura para que su capacidad de almacenar nieve fuera
mayor, fin para el que se construían. Enseguida la cumbre del Mágina con vistas
extensas en 360 grados. No es el Mágina un pico aislado sino una larga loma
orientada de sur a norte que ostenta diversos resaltes, todos ellos superiores
a los 2.100 metros, de sur a norte 2.147 m., 2.152 m., 2.165 m. donde se ubica el punto geodésico y 2.151 m.
Durante toda la ascensión a esta
montaña he sido especialmente consciente de que estaba acompañado por mi
sombra, que pertinaz, me precedía anticipándose en el recorrido para marcarme
en todo momento el sendero con leves desviaciones a izquierda o derecha por los
cambios de dirección del sendero. El sol lo tenía a mi espalda. Una vez arriba,
expuesto al más que fresco viento que soplaba, me he dado prisa para sacar
algunas fotos y retomar la bajada. El aire estaba tan frío que a pesar de inhalarlo
por la nariz notaba su frescor dentro de
los pulmones.
Mi desconocimiento del terreno me
ha limitado bastante, por lo que me toca desandar el camino hasta encontrar de
nuevo el cruce de senderos indicado por un poste con los dos itinerarios y
retomar la subida hacia el Miramundos. Una
ascensión que aunque ostenta un centenar de metros menos que la anterior, no
por ello se hace menos dura a lo que colabora el ser la segunda de la jornada.
La cumbre no se observa hasta que estamos junto a ella, cuando descubro que lo
corona un pequeño refugio, con la puerta hacia el noroeste. Aunque hay un
letrero junto a él indicando que está en ruinas, no parece que los
excursionistas piensen lo mismo ya que presenta señales de uso. Yo me he
limitado a coger el anuario del año 2012 para ojearlo y anotar mi presencia.
A pesar del descriptivo nombre
asignado a esta cumbre: Miramundos, desde su cima, a decir verdad, no he
divisado ningún otro mundo, pero sí un trozo bien grande de éste. El delimitado
por Sierra Nevada con la Sierra Arana en primer término, Sierra de Baza, la de
Cazorla, las poblaciones de Úbeda y Baeza con Sierra Morena de fondo y cerrando
la Peña de Jaén y del Almadén en dirección a la capital. Si a esto sumamos el
dominio de toda la sierra de Mágina, nos podemos imaginar el espectáculo que
desde aquí arriba se contempla.
Aprovecho en la cima para releer
algunos comentarios de anteriores visitantes reflejados en el anuario, anotar
el mío y recostado en una de las paredes laterales del refugio, resguardado del fresco aire, comer algo a la
vez que disfruto de la caricia del sol
en mi piel. Después del aire frio de la cima del Mágina, el sol sin aire del
Miramundos es bálsamo. Llegado el momento de iniciar la bajada, guardo el
anuario y cierro la puerta del refugio antes de echar a andar. El descenso es
casi más molesto que la subida por la gran cantidad de piedra suelta, aunque el
sendero está muy visible y no requiere gran atención el seguirlo. Ayuda, tanto
en esta ascensión como en la anterior, la profusión de hitos de piedras que los
excursionistas han ido construyendo por
todo el recorrido complementando los de madera puestos por el personal del
Parque. Además es justo reconocer que
todos estos hitos están ubicados con mucha “inteligencia”.
Es tarde para comprender que podía haber enlazado las dos cimas y así evitarme el descenso hasta el cruce señalizado y la nueva subida, pero tanto la información que poseía como la aportada por los paneles informativos del incio los "pintaban" lineales. En estos casos, cuando desconozco el terreno, prefiero ser "sumiso" a las indicaciones aunque ello me ocasione, como hoy, doble esfuerzo. Entiendo las reticencias de los técnicos de los parques a sugerir itinerarios arriesgados, pero creo que esas reparos se solventarían con una información veraz, y después que cada cual elija libremente bajo su responsabilidad..
Es tarde para comprender que podía haber enlazado las dos cimas y así evitarme el descenso hasta el cruce señalizado y la nueva subida, pero tanto la información que poseía como la aportada por los paneles informativos del incio los "pintaban" lineales. En estos casos, cuando desconozco el terreno, prefiero ser "sumiso" a las indicaciones aunque ello me ocasione, como hoy, doble esfuerzo. Entiendo las reticencias de los técnicos de los parques a sugerir itinerarios arriesgados, pero creo que esas reparos se solventarían con una información veraz, y después que cada cual elija libremente bajo su responsabilidad..
Casi llegando de nuevo al inicio,
donde el sendero se convierte en pista, me cruzo con un esforzado ciclista que
ha subido desde el pueblo de Huelma. Tras los saludos de rigor y las preguntas por los
recorridos hechos y pendientes de hacer, ante mi queja de tener que recorrer tanto carril de tierra,
me comenta la existencia de un sendero que de cogerlo me va a ahorrar casi los ocho
kilómetros de pista. Como me informa de que bajará antes que yo, le pido por favor, que me deje señalado el
inicio del sendero del que me habla con cualquier tipo de señal en la seguridad
de que no se me pasará por saber aproximadamente el sitio e ir atento al margen
derecho de la carretera desde donde arranca y así me lo promete.
A un kilómetro por debajo de la
tinada de la Cruz, cuando la pista comienza la bajada en serio veo la marca que
me ha dejado indicando el inicio del sendero: un montón de piedras sujetando
una rama de pino, (gracias Juan Pedro). Es de agradecer y yo así lo siento la
ayuda que me presta cualquier persona que me encuentro en mi deambular por las
sierras. Es de agradecer y mucho si esa información es sobre recorridos que
facilitan el recorrido por parajes que desconozco, sobre todo si como la que me
ha facilitado hoy Juan Pedro es clara y precisa.
Una vez ya iniciado el sendero aconsejado,
venía yo dándole vueltas a la importancia vital que tiene el lenguaje para los humanos. Quizás
por presuponerle una serie de características, no somos conscientes del valor
que le aportan. Escuchamos multitud de informaciones diariamente y generalmente
las asumimos como verdaderas sin cuestionarlas, entre otras cosas, porque
generalmente es así y por otro lado porque si no lo hiciéramos, si no
presuponemos que las palabras son expresiones de verdades, ¿habéis pensado que
sería de la humanidad y de su capacidad de comunicación?. Si durante cualquier
conversación nos asaltara la duda de la verdad de lo comunicado ¿qué quedaría
de las relaciones entre las personas?. Es bueno que sigamos transmitiendo
veracidad a través de las palabras para que el magnífico hecho de la
comunicación oral siga teniendo la importancia fundamental que tiene y su
credibilidad connatural.
Con estas elucubraciones recorría
el sendero recién descubierto, que en ocasiones presentaba fuerte pendiente y
me iba acercando al inicio, a ratos bajo la sombra de los pinos, otros bajo el
castigo del sol vertical del medio día, donde comencé la andadura esta mañana.
Ayudaba a entretenerme en divagaciones el que el sendero estaba muy marcado y
su seguimiento no requería atención apenas, dejando espacio para otras
ocupaciones, salpicadas en ocasiones con la apreciación de las curiosas formas
que la erosión aporta a las rocas, dándoles formas llamativas. Acabado el
sendero, memorizo donde arranca y refuerzo un par de hitos que lo marcan. Es
muy cerca del inicio de la pista, hacia la izquierda, en la primera curva del carril
que presenta un murete de hormigón con canalización subterránea para dar paso
al agua proveniente del barranco.
Ya abajo, de nuevo en el coche,
he optado por volver hasta Granada por Cambil, para no repetir el mismo itinerario
de la mañana, a la vez que curiosear por si se presenta a lo largo del
recorrido algún cartelón anunciando una nueva ascensión por esta sierra y anotarla
mentalmente para futuras visitas. Tanto por un sitio como por el otro (Huelma o
Cambil) el kilometraje es similar: alrededor de los 90 kilómetros.
Los tiempos empleados hoy en los
recorridos: Inicio de la marcha: 8’30
Horas
Pico Mágina 11 Horas
Miramundos 12’30 Horas
Regreso al coche 15’30 Horas.
Recordatorio: en nuestras salidas al
campo sólo debemos dejar nuestras pisadas, todo lo demás: impresiones, fotos y
residuos (orgánicos e inorgánicos), deben regresar con nosotros.
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