miércoles, 26 de octubre de 2011

Refugio Ventura desde Lanjarón (Sierra Nevada - Granada)

Desgraciadamente casi todo está quemado.

Por el camino me encuentro algunas pequeñas brujas.

Uno de los pocos cortijos habitados.

Estampa demasiado frecuente en el recorrido de hoy.

Casa Forestal Tello, origen y final de etapas del Sulayr.

Panorámica barranco abajo desde Tello.

El río Lanjarón hoy sin cascada junto al puente.

Esqueleto de una gran secuoya.

Lo que fue un extenso bosque ha quedado reducido casi a ejemplares sueltos.

Acercándome al refugio  Ventura, ubicado entre dos islas verdes.

Refugio Ventura en estado ruinoso.

Panorámica desgraciadamente frecuente hoy.

La pista de acceso junto al observatorio meteoróligico.

Las "rascaviejas" invaden gran parte del espacio quemado.

Helipuerto y balsa habilitados para atajar los incendios.

Entrando a Lanjarón, todavía de noche.



Fecha: 19-10-2011
M.I.D.E.:2,2,3,4
Duración: 9’45h (40.985p.)
Desnivel en subida: 1.600 metros
Rangos de temperatura: de 12’5ºC a 23ºC


Voy a repetir, al menos en las dos primeras horas de caminata, el recorrido descrito la pasada semana, por lo que no me extenderé con demasiadas explicaciones. El punto de salida es el mismo Lanjarón pueblo, un poco después de la gasolinera. Hoy he aparcado frente a la misma, a la puerta de un bar, donde he encontrado un sitio libre. No es mal sitio ya que se reúne mucha gente para tomarse el café antes de salir para sus destinos, al menos a las ocho menos algo, siempre hay movimiento.

Lanjarón (650 m) está a 45 km de Granada por la carretera de la costa, una vez pasado el Valle de Lecrín hay que coger un desvío debidamente señalizado y tras cinco kilómetros de carretera bastante estrecha y con algunas curvas malintencionadas llegar al pueblo. Hay que atravesarlo entero y ya a la salida nos encontramos la gasolinera mencionada que nos va a indicar que busquemos aparcamiento. Elegir bien el sitio es importante, ya que va a estar muchas horas el coche quieto y en caso de que moleste es probable que no lo encontremos a la vuelta.

Hoy he llegado un poco más temprano, unos minutos antes de las ocho. Era prácticamente de noche todavía, pero mientras he preparado mis cosas y recorrido los metros que me separaban de la Fuente “Hoyo del Grillo” donde comienza la ascensión, ayudado por la luz de la luna, no me ha costado empezar a caminar. Enseguida a empezado a clarear y el sendero se ha hecho diáfano.

Para que os podáis hacer una idea de los tiempos, al final os haré el relato de recorridos que he hecho durante la jornada para que os sirva de referencia. Sólo son válidos los de subida, ya que a la bajada me he demorado sobremanera charlando con los integrantes de las brigadas que están trabajando en los alrededores de Tello y un poco más visitando algún cortijo que me ha llamado la atención y recogiendo algunas castañas del camino.

Una vez llegado al cortijo “Los Pilones” el sendero cambia de dirección. Hasta ahora caminábamos en subida por la Loma de Cáñar, a partir de ahora nos dirigimos hacia el río Lanjarón para cruzarlo por un puente y retomar la subida por la Loma de Lanjarón. Además concurre otra circunstancia también junto al cortijo, a partir de este punto compartimos camino con el sendero Sulayr hasta la Casa Forestal “Tello”, donde divergen de nuevo los dos senderos. El Sulayr se dirige hacia el sur, para bordeando la loma, buscar la Rinconada de Nigüelas y el nuestro sigue en ascenso por la loma con destino al Refugio Ventura.

Una vez cruzado el río se retoma el ascenso hasta llegar a “Tello” (1.500 m). Hoy no hay cascada sobre el rio. La cascada se da cuando por reparaciones en la acequia se deja caer el agua al río. Tello es una casa forestal que sirvió como base de experimentación para la aclimatación de diversas especies de árboles. Llegaron a sembrar una multitud de especies para constatar cual o cuales de ellas se aclimataban mejor a las posibles zonas de repoblación. Desgraciadamente hace unos años dos irresponsables pegaron fuego en la zona y se quemaron varios miles de hectáreas, algunas de ellas correspondientes al Parque Nacional, parte de las cuales voy a recorrer yo hoy.

A partir de Tello los senderos han desaparecido por varias razones: una el poco uso que los excursionistas hacemos de ellos ya que no es un recorrido demasiado frecuentado; por otro toda la zona incendiada la han copado las “rascaviejas” (adenocarpus decorticans). Según me han informado hoy es una planta arbustiva que puede alcanzar hasta los tres metros de altura entre las cotas (1.000-2.000 m.), en ambiente húmedo o subhúmedo y suelos silíceos; se expande rápidamente por suelos quemados, ocupando todo el espacio e impidiendo que proliferen otras especies. Es un endemismo del norte de África y el sur peninsular.

Una de las tereas que tienen asignadas las brigadas es la limpieza de grandes extensiones para dejar que crezcan los cedros y encinas que de otra forma se verían ahogadas, ya que su crecimiento es mucho más lento. Por otro lado, a pregunta mía, me han confirmado que no tienen en su agenda de tareas el recuperar los senderos de Tello hasta Ventura, que es el tramo que está totalmente perdido.

Para la ascensión he tenido que seguir el carril que da servicio a la casa forestal hasta bastante arriba. Primero desviarme por un ramal a la izquierda para más adelante tomar otro a la derecha que tras pasar junto a una estación metereológica acabar desapareciendo, no sin antes dar inicio a un sendero que me llevará tras otro buen rato de subida hasta el Refugio Ventura (2.250 m). Se puede acortar algo del curveo incesante de la pista tomando, un poco antes del helipuerto, un arrastradero de troncos, bien marcado, pero con una pendiente a tramos endiablada, ahorrando unos cientos de metros de carril a costa de subir de manera brusca.

El Refugio Ventura, enclavado entre dos isletas de pinos, salvados de la extensa quema, está en ruinas. Tanto es así que han adecentado una oquedad adyacente, con lecho de yerba para pasar las noches ya que el propio refugio ofrece pocas garantías. Me ha costado demasiado recorrer el último tramo por las molestias plantares que han vuelto a hacer acto de presencia y porque hoy no estaba especialmente en forma. Así que he decidido no seguir subiendo, como había previsto en el planteamiento inicial, ya que mi intención era llegar a la Laguna del Caballo (2.850 m). Tras un rato de recuperación y observación del entorno mientas comía algo, he optado por iniciar la bajada.

En Tello me he parado a charlar con el encargado de las brigadas que están trabajando en el lugar y me ha hecho algunas observaciones clarificadoras. Siempre que puedo, o bien porque el tiempo me lo permite, o porque me encuentre con las personas adecuadas, en mis salidas suelo charlar con los profesionales que están trabajando en el entorno de Sierra Nevada, bien haciendo labores de mantenimiento, bien reconstruyendo estructuras o incluso haciéndolas nuevas. Aprovecho su experiencia para informarme sobre aspectos que desconozco. Generalmente son gente muy agradable a los que le interesa difundir el trabajo que se realiza en el Parque.

Una de ellas, a pregunta mía sobre la posible repoblación del Castañar, me ha indicado que se ha hecho, al menos en parte, pero que al ser terrenos privados y los dueños no regar los plantones, ha sido tiempo y trabajo perdido, apenas si suben los dueños de los mismos o bien por edad o bien por desinterés, mostrándose casi todas las parcelas en estado de abandono total. Por otro lado me ha hecho notar que antiguamente se hacían los viveros junto a los terrenos a repoblar, con lo que la aclimatación era óptima y los plantones después de dos o tres años agarraban en un porcentaje alto. Ahora los plantones se crían en viveros ubicados a cotas más bajas, en macetas con sustrato y riego frecuente, lo que hace que cuando se trasplanten, al menor contratiempo, falta de lluvia o clima algo más riguroso, mueran. Ha mencionado un dato: una repoblación donde agarren el 30% de los plantones es un absoluto éxito.

Tras el amplio rato de charla y llegada la hora de la partida, la suya y la mía he proseguido la bajada hasta la Casa Forestal que no conocía por lo que he merodeado por los alrededores antes de seguir camino hacia abajo. Me ha llamado la atención poderosamente el esbelto esqueleto de una  alta secuoya a las puertas de la casa, sólo queda el tronco y las ramas desnudas, testimonio, uno más, del pavoroso incendio que arrasó la zona hace unos años. Lo que queda de bajada es el mismo recorrido, tanto hecho a la subida y coincidente con el descrito la semana pasada.

Una vez abajo he aprovechado la Fuente “Hoyo del Grillo” para beber y refrescarme un poco antes de subir al coche y emprender la vuelta. Y como lo prometido es deuda, os reflejo el tiempo que he tardado en subir al refugio.



Fuente “Hoyo del Grillo”      7’45 h.

Castañar Patatún                    8’45 h.

Casa Forestal Tello                9’40 h.

Refugio Ventura                   11’35 h.

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