Acequia de Los Hechos o Alfaguara. Sierra Nevada - Dúrcal - Granada
Cuando la pista por la que asciendo se encuentra con la acequia aparco el coche para iniciar la jornada. |
Además del cortijo ruinoso anterior este esbelto árbol sirve como señalización. |
Tras acompañar un rato a la acequia vuelvo a la pista y obediente al "mandato" dejo cerrado el portillo. |
Uno de los desplomes del trazado de la acequia aprovechando una barranquera. A lo largo de la jornada me encontraré hasta tres. |
Aquí se aprecia la pérdida de cota de la acequia aprovechando un tramo de barranco ya existente. |
Los potentes chillidos de una pareja de águilas me hizo levantar la vista para localizarlas. |
La acequia recibe numerosos emisarios por su margen izquierda. Estos aportes ayudan a mantener el caudal a pesar de la constante filtración. |
Las ruinas de uno de los asentamientos divisados durante la jornada. En todos los casos se situaban por debajo de la cota de la acequia para aprovechar los recursos hídricos de la misma. |
Esta acequia a tenido suma importancia en el desarrollo de los regadíos del Valle de Lecrín, por lo que se habla de ella en varios de los estudios publicados sobre el mismo. |
Yo siguiendo a la acequia recorro la larga ladera oeste de Sierra Nevada -visible desde Granada- que une el Caballo con el Tozal del Cartujo, ambos en la cota tres mil. |
Al fondo se divisa el barranco del río Dúrcal, estoy aproximadamente a medio camino de llegar al nacimiento de la acequia. |
Cuando los constructores (árabes) querían perder cota dejaban caer el agua durante un tramo de alguno de los barrancos que atravesaban, para cegándolo más abajo reconducirla en la dirección deseada. |
Restos de un festín. La muerte de una vaca da de comer a muchos otros animales. Al final esto es lo que queda: un amasijo de huesos arropados por los restos de piel. |
Cómo sería Sierra Nevada sin las numerosas acequias que llevan el agua a lo largo de las laderas, sacando el agua de los profundos barrancos para repartirla por áreas muy alejadas y extensas. |
Me estoy acercando al barranco del nacimiento de la acequia y del propio río Dúrcal (los Nacimientos, los Panderones, Prados del Cabrero, Majada Grande, Lomas de las Particiones). Esta acequia es en realidad un trasvase entre cuencas: ríos Dúrcal y Torrente, acuerdo que se tomó en su día no exento de pleitos en 1739 y 1750 entre los regantes de Dúrcal y Nigüelas.
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La época y la temperatura debían ser las adecuadas para que multitud de grillos/as (y no intento ser correcto) pulularan por las márgenes de la acequia durante todo el recorrido. |
Cabecera del río Dúrcal. Cubeta glacial de unos dos kilómetros bajo el Tozal del Cartujo donde se aunan los diferentes arroyos que darán nacimiento al río y la acequia.
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Alcanzo las crestas en Tajos Altos y seguiré por ellas hasta el Collado del Caballo. |
Aquí en el Collado del Caballo (con el propio Caballo al fondo) decido bajar dejando para otro día algunas curiosidades que tengo en mente localizar, pero hoy no es el día, por lo que decido descender siguiendo el sendero denominado de Los Tres Mojones. |
Desde la ladera del Caballo la vega y la propia ciudad de Granada se veían así. |
A medio descenso las nubes iban remontando y cada vez tenían mayor presencia en el barranco del río Torrente. |
He descendido bastante y me vuelvo para mirar atrás y apreciar el trecho que he recorrido por las crestas entre Tajos Altos y el Collado del Caballo. |
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