miércoles, 4 de octubre de 2017

Sierra de Baza XII: Cañada del Gitano (Granada)


CAÑADA DEL GITANO









El historiador José Sánchez describía este lugar:
         "... Con pizarras están levantadas las viviendas y majadas. Hoy por aquí todo son rediles y apriscos que apenas hablan de las viviendas de antes si no es por la presencia de los hogares, los basares, las lejas... y las reliquias de las camas que sirven de parapeto a las empalizadas. Todo está construido con estas hojas de pizarra: las paredes, las techumbres y hasta las divisiones de los pesebres en las cuadras. De lejos se confunde la piedra puesta por el hombre con la natural, y se crea un conjunto fortificado que bien puede plantar cara a los rigores del viento y frío".


Las condiciones de este terreno son: escasa pluviosidad entre primavera y otoño, humedad relativa muy baja, bajísimas temperaturas en invierno y muy altas en verano a la vez que tremendos saltos termométricos entre día y noche, insolación muy alta, niveles de radiaciones ultravioleta e infrarrojos por encima de la media, vientos frecuentes y fuertes, vegetación poco desarrollada y bajo estas premisas tienen que vivir todos sus habitantes.

El único cortijo de la extensa vaguada recorrido que esta habitado y evidentemente con una estructura modernizada. 

Muchos insectos se han adaptado a estas condiciones adoptando formas más gruesas y ápteras, haciendo coincidir sus ciclos biológicos con los cortos periodos vegetativos. Pycnogaster inermis: grilla.

Uno de los primeros cortijos que visitamos, en este caso una construcción aislada y sin resguardo de rocas en las cercanías. Todos ellos asentados en una penillanura a 1.900 metros de altitud, en la zona más alta de la Sierra de Baza, en los límites de la colindante provincia de Almería.


Detalle de techumbre y ensamble de chimenea. 

La Cañada del Gitano está formada por una serie de cortijadas: Cabezón, Eduardo, Bálax o del Peñón, Ignacio o Tres Orejas, Parralero y Mebrilla, ocupando una extensión de alrededor de dos kilómetros cuadrados en la cabecera del arroyo Uclías.


Esta construcción presenta cubierta a dos aguas y a dos alturas incorporando la inclinación del suelo.

Hemos encontramos ejemplares de este saltamontes muy frecuente en Sierra Nevada: recortado, rechoncho, fuerte y de patas muy desarrolladas. Ha perdido las alas para no verse arrastrado por el viento a lugares no deseados. Con vientos frecuentes lo mejor es agarrarse al suelo. En la península se encuentran cinco especies y dos subespecies del género Eumigus.

Aunque mayoritariamente las construcciones se agrupan, en este caso permanecen sin protección rocosa y aisladas. 

Estamos a 1.900 metros de altura y las plantas tienen prisa por reproducirse. Finales de mayo y ya están preparadas para esparcir las semillas.

En esta construcción se aprecia como el desnivel del terreno se reproduce en la techumbre facilitando la rápida evacuación del agua adoptando soluciones simples.

Al usar materiales locales y aprovechar los afloramientos rocosos como soporte, las construcciones quedan perfectamente integradas en el paisaje.

Era con almacén anexo. Cada cortijada tenía su era que ocupaba la posición mas alta del conjunto.

Junto a las eras una construcción que sirve de almacén con entrada al mismo nivel de la era: economía y efectividad en el trabajo. 

Las techumbres son una buena prueba de la destreza en el uso de los materiales locales: lajas de esquisto ensambladas sabiamente. 

Los niveles en la construcción son frecuentes aprovechando los desniveles del terreno.


En los muros se combinan lajas planas y largas con piedras más pequeñas  y colocadas con diferentes ángulos para dar consistencia a los muros.

Se usa indistintamente la madera o lajas para formar los pequeños vanos de las ventanas.


Roca excavada a la puerta de uno de los cortijos para usarla como comedero o abrevadero de animales domésticos.

La imbricación con las rocas aledañas es tal que pasan a formar parte del conjunto: redil.


Ranas o sapos?. Los había a decenas en una de las charcas y por allí un lagarto ocelado dispuesto a no pasar hambre.

Todos los asentamientos están en las proximidades de los cursos de las arroyos.

Perfectamente acopladas al terreno sobre el que se asientan, incluyendo las propias rocas del lugar como parte de los cimientos.

Las "lajas" utilizadas para el contorno de los tejados en algunos casos superaban el metro para formar aleros que protegieran las paredes.

Dada la escasez de recursos los huecos (puertas y ventanas) son parcos en número y tamaño. En ningún caso hemos apreciado restos de vidrios.

El dominio de la técnica constructiva se aprecia en la resolución de las esquinas y la protección de los aleros.

A pesar del año excepcionalmente seco, el agua llega a correr en este tramo del arroyo.

La línea de chopos indica la existencia de agua. Aquí además el encharcamiento se produce en invierno y primavera debido a que la capa freática se encuentra muy alta lo que facilita una vegetación muy peculiar.


Algunas de las construcciones presentan cierta complejidad en la yuxtaposición de las distintas dependencias.

En una de las visitas a un cortijo interrumpimos el descanso a la sombra de esta cabra que salió despavorida, no en vano todo este territorio es coto de caza.

Hasta con los elementos más simples se puede "innovar".

Suelen ubicarse las construcciones en las estribaciones de las colinas para dejar libre el terreno más llano, junto a los arroyos, para el cultivo.


Arriba la era junto con el almacén, más abajo vivienda, cuadras y rediles.

La mayoría de las construcciones aprovechan afloramientos rocosos para su ubicación, buscando protección, consolidación y ahorro en paredes.  

Mi hijo en el interior de una de las viviendas, en este caso el comedor con los restos de alacena a la vista.


En las cercanías de las viviendas las ortigas, cardos y algunas gramíneas, (nitrificación que se da cuando se acumulan restos biológicos animales: orina y excrementos principalmente).

Las puertas aunque bajas presentan una anchura "normal" las ventanas en todos los casos minúsculas.


Una de las cortijadas muy cerca de la confluencia de dos de los arroyos.

Hasta cuatro eras juntas como en esta foto demuestran que el cereal era básico para estos pobladores.


Entre los arbustivos apenas si se ve algo más que majuelos y rascaviejas.

El resto del terreno presenta una cubierta de tomillos y otras aromáticas que hoy impregnaban con su aroma todo el ambiente.

Complementan la variedad las Ciperáceas y Juncáceas, en las zonas propicias al encharcamiento, donde se desarrollan los herbazales. Con un uso limitado a la construcción de esteras o paja para techos, en general se consideran perjudiciales para la agricultura.

No tenían los pobladores demasiados problemas en ampliar las construcciones. En la foto se ve la adicción de la parte derecha, algo más baja, a la estructura ya existente.


Las especies arbóreas de la zona visitada son escasas: álamos (negros, temblones y canos), estos últimos con ejemplares de los de mejor porte y vigor de esta zona.

Bajando nos detenemos junto a la entrada al área recreativa Los Olmos. Aquí si están afectados algunos ejemplares de pinos. Un  problema que viene matando muchísimos ejemplares en toda la sierra y contra el que hasta ahora no se han tomado medidas.

¿Cómo llegar?. Carretera de Caniles (junto a Baza - Granada) a Escúllar que cruza todo el Parque de norte a sur, dirección a Escúllar. Una vez que nos introducimos en la provincia de Almería, en el kilómetro 23 de la AL-5405, un carril que nace a la izquierda. Tras un par de kilómetros ya divisamos los primeros álamos junto a los que se encuentran algunas de las construcciones.

Cañada del Gitano (Sierra de Baza - Granada) 31 de mayo de 2017.


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