jueves, 22 de junio de 2017

Parque Nacional Sierras de Cazorla, Segura y las Villas I: Borosa 2ª parte (Jaén)







Día: 5 de abril de 2017                              Aparcamiento: 9'45 - 18'00 h.
Recorrido: lineal (23 km.)                         Cerrada de Elías: 10'55 h.
Dificultad:baja - media                              Central Eléctrica: 11'45 h.
Temperatura: 9ºC - 18ºC                            Lag. Valdeazores: 13'30 - 14'15 h.
Desnivel subida: 540 metros                      Nacimiento: 14'40 h.

El sendero acompaña prácticamente al río Borosa desde su desembocadura en el Guadalquivir (junto a La Torre del Vinagre A-319, punto kilométrico 48'8) hasta su nacimiento a unos centenares de metros por encima del laguna/embalse de Aguas Negras. En total son poco más de 10 kilómetros que nosotros ampliaremos con la visita a la Laguna de Valdeazores, distante un kilómetro más.

La belleza del recorrido, paisaje y la abundancia de agua (principal afluente del Guadalquivir) y vegetación además del tramo de pasarelas colgadas a las paredes de la cerrada de Elías por encima del curso del río, han hecho de este recorrido uno de los más frecuentados de todo el Parque y de entre los que yo conozco el más bello.

He decidido ocupar dos entradas para el recorrido. En esta segunda voy a recoger lo que es la continuación del sendero descrito en la ventana del visitante de la Junta de Andalucía que enlaza la central eléctrica "Los Órganos" con el embalse de Aguas Negras y la laguna de Valdeazores. Con un pequeño desvío para visitar el nacimiento del río.

Ya de regreso al salir del túnel acercarnos hasta la toma del canal de la central avanzando por la ladera junto al canal, que al estar cerrado provoca que el agua se desplome tajo abajo formando la fantástica cascada que aparece en las fotografías y que compensa el dejar el río con un caudal mísero por lo que pierde toda su espectacularidad en su tramo alto.

Este segundo tramo asciende en su primera mitad cerca de trescientos metros de forma continuada hasta alcanzar el nivel del canal. A partir de aquí vuelve a llanear hasta los dos posibles finales: la laguna de Valdeazores o el nacimiento del río.


Este tramo de subida a partir de la central eléctrica, se caracteriza por la multitud de cascadas y pozas que forma el río. Hoy como podéis apreciar por la falta de caudal ha perdido mucha de su belleza.

Nos entretenemos en ver volar a los buitres alrededor de estas dos peñas. En la de la derecha y en la línea de fractura horizontal tienen al menos el posadero y pudiera que también los nidos, el lugar es idóneo.

La parte alta del Borosa es un caos de rocas, recovecos, pozas, cascadas y fuerte desnivel.

El agua, hoy escasa, por la sangría del canal de la central, tiene que buscar el recorrido idóneo por el que bajar entre un "mar" de rocas. 

Los hemos visto antes, más abajo, pero es aquí, durante toda la subida, protegidos por las dos altas paredes rocosas donde se desarrollan en su plenitud: boj (buxus sempervirens) con gran longevidad (hasta 600 años).

Debido el escaso caudal del río, en éste tramo alto, casi había que ir en su busca para apreciar alguna cascada,

Durante la ascensión pasamos junto a una zona donde los travertinos y las tobas formando multitud de oquedades y cuevas invitan a detenerse.Se suelen formar en las surgencias cársticas.

Alcanzamos la cascada de Los Órganos. Una caída vertical de alrededor de 70 metros que ha formado una amplia poza. Hoy cascada y poza con apenas presencia por la escasez de agua.

Atravesamos la montaña junto al canal de abastecimiento de la central. Es un largo túnel con dos tramos y ventanas laterales, El primer tramo bastante más largo que el segundo. Las ventanas se abrieron para desalojar todos los escombros producidos durante la perforación. Ahora sirven para aportar algo de luz al túnel. Carlos entrando en el túnel. 

Carlos saliendo por el otro extremo. En medio lo he adelantado.

Recorrido el túnel alcanzamos enseguida el dique de la presa de Aguas Negras en donde nace el canal junto al que hemos caminado.

Es un pequeño embalsamiento que me ha dado la impresión de que se creó con el fin de aprovisionar a la central (0'07 hm3, a 1.250 metros de altitud). 

La planta parásita del muérdago con los frutillos característicos. Semiparasita especies arbóreas como el pino, olmo, manzanos o álamos.

Mirlos y tordos, principalmente, son los encargados de propagar las semillas pegajosas al restregarse con ellas en ramas y troncos donde quedan adheridas.

Mientras comíamos en un promontorio rocoso junto a la laguna de Valdeazores este jóven ejemplar no dejaba de contemplarnos y nosotros a él.

Laguna de Valdeazores, un espacio propicio para aves lacustres aunque hoy no las hemos visto, quizás sea un poco pronto.

La amplia riqueza de flora de estos altos parajes seguro va a satisfacer nuestras espectativas. Recomiendo reservar un rato para sentarse en un lugar despejado y dejarse invadir por la belleza.



Regresamos hasta el embalse para caminar en otra dirección unos 300 metros y alcanzar el nacimiento del río. Mana el agua junto a una zona rocosa bajo nuestros pies. 

Cuando las nubes cubren el cielo las aguas adquieren una tonalidad casi negra, bien puede ser el origen de su nombre?.

Entre nacimiento y embalse atravesamos esta paso. Pero lo que llama la atención de mi hijo es el ejemplar que soporta su "dintel".



Caminamos junto al canal para ver por donde escapa el agua que forma la espectacular cascada que hemos observado subiendo.

El aliviadero por el que rebosa el agua antes de despeñarse tajo abajo.

Nos encontramos a 1.200 metros de altitud, nos tuteamos con otras cimas colindantes y la visión es grandiosa.

Avanzamos unos metros más hasta llegar al inicio de la tubería de alimentación de la central. Ésta está cerrada por lo que el agua se acumula llenando las distintas albercas de decantación y finalmente alcanzando el suficiente nivel para superar el aliviadero por el que rebosa.

Volvemos sobre nuestros pasos para reintegrarnos al sendero y comenzar el descenso.
De nuevo en el sendero para comenzar la bajada. A la izquierda la mole pétrea que hemos atravesado por el túnel construido para el canal de abastecimiento. 

A media bajada, ahora con mejor luz, nos paramos junto a la cascada para apreciarla en toda su belleza.

El sendero queda algo por debajo, por lo que no dudo en remontar ladera para acercarme al pié de la caída. 

Me he acercado hasta el pié de la cascada. El aire está soplando con algo de intensidad lo que hace que se descomponga la caída de agua, desplazándola hacia la derecha. Me toca mojarme pero merece la pena.

Proseguimos el descenso hasta alcanzar de nuevo la central eléctrica.

Pero antes, desde un mirador natural, me llama la atención este enlosado natural que ha formado la erosión en la ladera enfrentada.




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