miércoles, 11 de junio de 2014

Torcal (Antequera - Málaga)




Antequera.

Desde el Mirador Diego Monea.


Centro de visitantes.
























Formación pétrea escogida como símbolo del espacio natural.


Torcal de Antequera (Málaga)

Fecha:5-5-2014                                                                                               
                                                                                                             
Duración: 3h. (Circular)                                                                                                    
                                                         
Rangos de temperatura: de 13ºC a los 20ºC

Aprovechando la obligatoriedad de acercar a uno de mis hijos hasta Antequera para coger el ave hasta Barcelona, no me he podido resistir y aprovechar para hacerle una nueva visita al Torcal. Estos fondos marinos que se vieron izados a más de mil metros por encima del actual nivel del mar, están compuestos básicamente por rocas calizas. El viento, el agua y la gelifracción han hecho el resto, dando forma y formas a todas estas rocas.

Hace ya algunos años realicé una visita familiar a esta sierra. Entonces las obligaciones laborales de los mayores y las escolares de los pequeños nos condicionaron a hacerla en fin de semana. Durante los días no laborales la acumulación de visitantes es notoria y los gritos, las risas y los comentarios en voz demasiado alta, enturbiaron una visita que a mí siempre me ha gustado hacer en silencio y a ser posible en soledad. Es la forma en que a mi me gusta degustar la naturaleza.

Hoy, lunes, después de dejar a mi hijo en la estación del ave (que apelan de Antequera) pero que está ubicada a más de quince kilómetros de la ciudad y en medio de un extenso olivar, he aprovechado para realizar una visita como había soñado. La temprana hora ha hecho que sólo coincidiera con una pareja extranjera que ha pernoctado en su caravana aparcada a la misma entrada.

Tras dejarlos pasar por delante galantemente, no he vuelto a coincidir con ningún otro visitante durante las más de tres horas que he empleado en hacer un amplio, sosegado y exploratorio recorrido usando como guía el denominado “sendero amarillo”. Antes, durante la subida, me he detenido en el Mirador Diego Monea. Mirador que permite admirar toda la depresión ubicada al sur del Torcal con la población de Villanueva de la Concepción ocupando un lugar preferente.

Todavía antes de adentrarme en el recorrido principal, me desvío unos metros para visitar otro mirador: Las Ventanillas. Corto sendero que arranca junto al Centro de Visitantes y que sirve de aperitivo mostrando formas rocosas llamativas, a la vez que nos invita a echar otro vistazo a la misma depresión sur con una perspectiva algo diferente a la anterior. Cumplimentados los preámbulos me adentro, ya definitivamente, en el recorrido en el que voy a ocupar las próximas tres horas.

El centro de Visitantes inicia su jornada a las diez de la mañana. Si en vuestro acercamiento os cuadra la hora os recomiendo una visita previa a él, ya que os ilustrará profusamente sobre lo que veréis después. Mi costumbre de iniciar las visitas a horas tempranas me hacen recorrer primero e ilustrarme sobre lo que visto después. De todas formas cuando los días alcanzan temperaturas cercanas a los 30º C, como es el caso, conviene adelantar el inicio de las visitas en lo posible.

No voy a entrar en detalles del recorrido ya que considero que este tipo de experiencias es muy personal, por lo que solo haré algunas consideraciones y os dejo con las fotos que son bastante más elocuentes que yo. Debido a la profusión de rocas con multitud de aristas, por las que hay que transitar, recomiendo calzado recio, preferiblemente botas de montaña, con lo que nuestros pies irán suficientemente protegidos.

Existe la costumbre de “nombrar” las singularidades rocosas. Ya me lo encontré en Cuenca (Ciudad Encantada), donde incluso rotulaban al pie de las mismas o aquí, donde la información habla de algunas llamativas rocas aplicándole un nombre por una imaginativa apariencia. Soy totalmente contrario a esta costumbre, ya que pienso, que sobre todo los niños, tienen imaginación suficiente como para ver diversas similitudes en cualquier accidente geográfico, nubes o rocas, como es el caso de hoy; ¿por qué dirigir la imaginación hacia formas concretas limitando las prácticamente infinitas posibilidades que nos sugiere nuestra imaginación?.

Para finalizar me ha producido verdadera pena el espectáculo que ha servido de colofón a mi visita de hoy. Junto al Centro de Interpretación, en la terraza del bar, se exhibía una zorra totalmente carente del natural  instinto de precaución, atraída por las galletas (saladas) que los visitantes les ofrecían para fotografiarse junto a ella. En plena crianza de su prole, ya que estaba amamantando, se ha acostumbrado a merodear por los alrededores a la captura de comida fácil y por supuesto no la más adecuada para ella. A cambio se ha domesticado tanto que casi permitía las caricias de los coyunturales fotógrafos. Incluso aparece su imagen como reclamo en los folletos publicitarios del espacio.

Sólo he puesto pié a algunas fotos, las demás considero que no lo necesitan.



Recordatorio: en nuestras salidas al campo sólo debemos dejar nuestras pisadas y éstas lo mas silenciosas posibles, todo lo demás: impresiones, fotos y residuos (orgánicos e inorgánicos), deben regresar con nosotros.

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