Durante la primera hora el sendero es amplio y muy ameno.
Fecha:15-1-2014 Venta
Vicario 8'15h.
M.I.D.E.:2,2,3,3. Rambal del Baul (1800) 10’45h
Duración: 7’30h. (Lineal) Cjo.
Piedras Rodadas 12-12'30h
Desnivel en subida: 600 metros Pino de la Señora 14’00h.
Rangos de temperatura: de 3,5ºC a los 16ºC Solana Seguidillas 14’45h.
Venta Vicario 15’45h.
Cuando me adentro en alguna sierra desconocida y la
experiencia primera es positiva, quedan los gratos recuerdos asociados
firmemente a ella lo que me hace querer volver y descubrir más parajes y
paisajes. Si las sucesivas visitas siguen siendo gratificantes, como es el
caso, al final sólo lamento que esté a más de cien kilómetros de Granada, lo
que me frena la asiduidad. Es lo ocurrido con la Sierra de Baza, se ha
establecido una relación en que curiosamente sólo yo recibo.
Hoy aprovechando los días pasados de lluvia y
nieve he querido acercarme de nuevo a esta sierra y entrar por sitios novedosos
para descubrir rincones nuevos. La idea original era acceder por la Venta
Vicario recorriendo los barrancos por los que discurre el arroyo Baul e
intentar ascender hasta el pico Santa Bárbara (2.269 m.). Aunque no me ha sido
posible, la excursión y el día han sido ambos una gozada.
Por detrás de la Venta Vicario (kilómetro 90 de
la autovía a Murcia), junto al aparcamiento sale un carril que enlaza con el
trazado antiguo de la carretera nacional, hoy en desuso. Avanzando unos
centenares de metros llego a un puente que permitía salvar el arroyo Baul.
Junto al puente he dejado el coche para tomar un carril que se adentra en la
rambla junto al arroyo, dirección este. Desconocía totalmente esta zona y la
información que he recabado no era lo suficientemente explícita, por lo que al
principio he tenido dudas de si había acertado.
Durante la primera hora de recorrido el carril asciende
por la rambla junto al arroyo; se entrecruzan ambos muchas veces por lo que cuando va
crecido debe resultar un serio problema, hoy escaso de agua los numerosos
cambios de ribera no añadían dificultad. Este tramo aunque en suave subida es
muy cómodo de andar ya que el carril va a llegar sin perder su condición hasta el entorno de la Solana Seguidillas o “Fuentes Locas”.
Es éste un paraje donde se ensancha
apreciablemente la rambla dando lugar a amplios espacios que en su día imagino estuvieron cultivados. Aquí también se unen la Rambla Baul con la Fonfría,
aunque esta última hoy bajaba seca. El barranco de Fonfría es uno de los más
espectaculares de toda la sierra, por vegetación, paisaje y por humedad.
En principio este era mi recorrido para hoy. Pero
entusiasmado siguiendo el arroyo con sus cantarinas aguas, su vegetación de
ribera, el cómodo transitar y, porque no decirlo, mi desconocimiento total de este
rincón serrano, me han hecho que una vez llegado a las llamativas ruinas que
hay en la junta de las ramblas, haya seguido la del Baul sin percatarme
siquiera de que dejaba la que me interesaba a mi derecha y atrás.
Bastante más arriba ya percatado del error no me
ha importado en demasía y he seguido barranco arriba, buscando el nacimiento
del arroyo si es que la estrechez y las rocas me dejaban. Se va estrechando
conforme asciende y en la cota 1.600 además ha aparecido la nieve. Nieve blanda,
caída estos pasados días y que todavía debido al frío no había comenzado a licuarse. Entre las piedras del cauce, ya que la maleza exuberante a ambos lados no permitía
abandonarlo, la nieve cada vez más abundante, y la estrechez a cada paso más
asfixiante del barranco me han ganado la batalla en la cota 1.800, dándome por
vencido e iniciando el bajada.
Generalmente intento innovar en los regresos. Hoy
he decidido transitar a media loma por ampliar vistas y horizontes. No ha sido
una buena idea. La espesura de la vegetación (encinas y pinos) y por debajo de ellos apoderándose
de todos los pequeños espacios libres los majuelos y rosales silvestres, mas las
aromáticas junto con los sufridos espartos hacían imposible el tránsito. He
acabado descolgándome de nuevo hasta el fondo del barranco para de nuevo en
compañía del arroyo volver sobre mis pasos.
De nuevo abajo (1.400 m.), si me he permitido y
la vegetación me ha dejado acercarme hasta un par de cortijos, numerosos en
toda esta sierra y en estado ruinoso la mayoría. Me gusta indagar entre las
ruinas, descubrir alacenas aun colgadas en las paredes, algún utensilio
olvidado y sobre todo observar el tipo de construcción: las pequeñas ventanas
que apenas sirven para iluminar, ya que imagino que en estas cotas la
ventilación se daba en demasía. Me consta que siempre que se podía y el tiempo
lo permitía las tareas cotidianas se hacían en el exterior junto a la puerta de
la casa, en el espacio habitualmente ensombrado por el árbol que casi todos ellos poseían
junto a la fachada: nogales, almeces, castaños, guindo.
Cortijos predominantemente ganaderos y que por
ello poseen un redil en sus inmediaciones cuando no está integrado en la propia
construcción. Y los ubicados en terrenos más “amigables” que permitían aparatar
el entorno, la imprescindible era para trillar y aventar o ablentar el grano.
Descubrir el manantial cercano del que se surtían y regaban. De alguna forma
hacerme una idea de su transcurrir diario.
De nuevo en la junta de las ramblas y sintiendo
buenas sensaciones me decido a adentrarme por la de Fonfría y ver hasta donde
consigo llegar sin que el cuerpo me proteste en demasía. Arranca un discreto
sendero sirviéndose de un par de troncos caídos para salvar el cauce, algo por
debajo de un llamativo manantial que ayudado por un tronco hueco derrama un
buen caño de fresca agua.
Al principio, sin excesiva pendiente, serpentea rambla arriba esquivando los arbustos que la invaden. Más arriba, ante la
imposibilidad de mantenerse en el centro del barranco se desplaza hacia un
lado (margen izquierda del arroyo), elevándose unos metros en la ladera. De caminar ameno y con
espectaculares vistas a ambos lados, el típico barranco en V de montaña con
cortados rocosos importantes y muy encajonado. Imagino que el nombre de Fonfría le vendrá
de la falta de sol que padece durante casi toda la jornada, lo que permite que
la humedad se retenga de forma eficiente, dejándola ajena a la templanza del sol.
Cuando llevo ascendiendo alrededor de una hora me
extraña no haber visto el gran pino anunciado en este barranco: el Pino de la
Señora. Lo describen como un árbol singular (más de 350 años), por su diámetro
(alrededor de 6 metros) y su altura (17 metros) que duplica a los de su
entorno, destacando sobradamente por encima del dosel del bosque. Pensando que
quizás el bosque me ha impedido ver el “árbol” comienzo una muy seria rampa, con
un desnivel inusual hasta ahora, a la vez que vuelve a hacer acto de presencia
la nieve.
Tras unos minutos se suaviza el terreno y en
medio de un claro (el que ocupa con su volúmen) cubierto de nieve, aparece el
esperado pino. Realmente impresiona no sé si debido a su desmesura o
simplemente a la diferencia con los de su entorno. Presenta una forma viciada
ya que todo el ramaje se expande en la cara sur permaneciendo la norte limpia de
ramas, claro que en su tronco, a partir del suelo y hasta los dos metros
presenta en esa cara norte una gran herida cicatrizada donde bien caben dos
personas, debido a los resiegos. Estoy de nuevo en la cota 1.800 m.
Decido no seguir subiendo ya que apenas me quedan
algo más de un centenar de metros verticales para enlazar con la pista, pero
eso será otro día. Así tendré motivo esta próxima primavera de recorrer de
nuevo este sendero y culminar con la subida a Santa Bárbara, techo de este
Parque Natural.
Inicio el descenso, mucho más rápido que la subida
y en 45 minutos estoy de nuevo en el arroyo. Tras otra hora acompañando el
curso del arroyo, ahora hacia abajo y tras cruzarlo más de una docena de veces
vuelvo al punto de partida desde donde me vuelvo para despedirme de las cumbres
nevadas y con el claro deseo de regresar.
Recordatorio:
en nuestras salidas al campo sólo debemos dejar nuestras pisadas, todo lo
demás: impresiones, fotos y residuos (orgánicos e inorgánicos), deben regresar
con nosotros.
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Me parece un espectáculo maravilloso el que nos muestras. Creo que yo sería incapaz de hacer semejante recorrido solo pero me encantan tus fotos. Especialmente resalto el Pino de la Señora, que me parece todo un monumento natural. Ánimo, amigo y un abrazo
ResponderEliminarTus fotos y comentarios me gustan mucho. Dan ganas de visitar esos sitios, algunos ya los he visitado.
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