Desde el Refugio se divisa casi todo el recorrido de hoy.
Fecha:26-6-2013 Postero Alto 7'45h.
M.I.D.E.:3,3,3,3. Bifurcación 8'30h
Duración:
7h' (31.300p) (Semicircular) Nac. Río Alhorí
9'30h.
Desnivel en subida: 1.200 metros Picón de Jérez 10'30h
Rangos
de temperatura: de 14'5ºC a los 27ºC Lagunillo del Puerto
12h.
Ref.
Postero Alto 14'45h
Al
igual que en otros deportes de resistencia, el montañero también
necesita ese punto de gozo en el padecimiento, de relación amistosa
con el dolor y la extenuación, para alcanzar el éxito. Quien no
halla un punto de satisfacción en la agonía, en esa estrecha línea
que separa el agotamiento del umbral del esfuerzo, difícilmente
llegará a ser bueno.
Hacía
tiempo que tenía programada una subida al Lagunillo del Puerto de
Trevélez (2.650 m), ya que la anterior vez subí muy avanzado el
verano y me lo encontré totalmente seco. Para que este año no me
pasara algo similar he venido “vigilando” la nieve en la zona
para intentar llegar en el momento oportuno. Es un lagunillo que
apenas tiene fondo y se encuentra retirado de los distintos arroyos
que circulan por el barranco, por lo que el único aporte líquido
que recibe es el de un par de ventisqueros que están en los tajos
cercanos algo por encima de él. Una vez que se agotan los mismos y
con este calor es cuestión de días que desaparezca el lagunillo
también.
Hoy
tenía pensado que me acompañara mi hermano, pero otras obligaciones
lo han retenido en Granada, así que he excursionado solo. La salida
desde el Refugio Postero Alto por ser el punto más cercano la
habíamos elegido para darlo a conocer a mi hermano ya que me había
manifestado que nunca había subida esta cara del Picón.
Aunque
el objetivo hoy era el Lagunillo, el intentar darle más entidad a la
excursión a la vez que hacerla, al menos en parte, circular me ha
hecho incluir el Picón de Jérez (3.0890 m.) en el recorrido. Así la ascensión
por el río Alhorí hasta su nacimiento, subir hasta el Picón por la
cara este, desplazarme por las crestas hasta Cerro Pelao (3.181 m) y bajar
hasta el Lagunillo para ya desde el Puerto volver hasta el Refugio.
Jerez
del Marquesado está a los pies del Picón de Jérez, a unos 80
kilómetros de Granada. Una vez llegado al pueblo, que hay que
atravesar, se recorren otros dos kilómetros en dirección oeste
(tengo que rodear la población por la derecha en el sentido de la
marcha, sin adentrarme en su centro), hasta llegar a una gran
construcción que sirve de punto de reunión al personal del Parque
Nacional.
Junto
a esta casa arranca la pista que durante 10 kilómetros, ascendiendo
por las lomas entre bosques de pinos de repoblación, cumple dos
objetivos. Facilita el acceso para vehículos tanto al Área
Recreativa como al Refugio Postrero Alto, muy cercanos entre sí los
dos y enlaza con el Sendero Sulayr ya que el propio refugio es inicio
y final de sendas etapas del mismo; por otro lado permite acceder a
las cumbres de Sierra Nevada por su cara este dejándonos a los
excursionistas a los pies del Picón de Jérez que a su vez es inicio
de la llamada Travesía de Sierra Nevada, para salir por el Caballo y
Nigüelas.
La
subida desde el Refugio Postero Alto hoy se me ha hecho doblemente
dura ya que al desnivel que hay que remontar se le han sumado las
nada despreciables molestias de una buena cantidad de moscas que han
decidido usarme como soporte para su ascensión. Las numerosas
cabezas de ganado vacuno favorece, sin duda, la abundancia de moscas
que han decidido acompañarme durante buena parte de la subida.
Inicia
el sendero la ascensión por el propio cortafuegos a las propias
puertas del refugio, escalando la ladera de forma brusca y
continuada. Este es el peor tramo hoy para mí ya que me veo dando
manotazos continuamente intentando espartar a los dípteros con
escaso éxito. Tras algo más de una hora de marcha y con la
paciencia ya bastante desgastada, llego a la bifurcación del
sendero. Aquí arranca el tramo circular que voy a hacer yo.
A
la izquierda el sendero sigue escalando loma en busca del Puerto de
Trevélez. A la derecha, el ramal que escojo yo, se desvía en suave
pendiente, buscando acercarse, primero a un arroyo que recorre el
primer barranco que cruzo para después, tras acceder a la “Puerta
del Alhorí”, desde la que se divisa buena parte del barranco con
sus dos bandas laterales verdes, el sendero atravesará el gran
barranco labrado por el río, que desde aquí se ve y se oye. A la
derecha se distingue el paraje denominado Chorreras Negras (sitio
donde “aterrizó” el avión americano en los años 60 y que hubo
que auxiliar).
Todavía
queda un rato para que río y sendero se acerquen. El encuentro se
produce en la cota 2.300 metros y a partir de aquí la vereda
asciende pegada al margen derecho del río hasta su mismo
nacimiento. A medio camino he dejado pastando algunas vacas y con
ellas algunas de las cansinas moscas que se han servido de mí en la
ascensión. El resto me ha ido abandonando durante el último tramo
de subida junto al río, imagino que atraídas por el frescor del
agua y la abundancia de excrementos de las vacas.
Durante
toda la subida permanece el Picón visible y cuanto mas me acerco a
él más se aprecia la dura ascensión que he de afrontar si quiero
coronarlo. Los casi trescientos metros de acompañamiento al río se
hacen más amenos por la vegetación permanente y el rumor del agua,
pero eso no los hace más suaves. Y una vez en el nacimiento el
simple mirar hacia la cumbre algo oculta por la propia loma ya da
idea de lo que queda por “sufrir”.
Nace
el río en un pequeño circo glaciar cerrado en su cara sur por unos
imponentes tajos que retienen abundantes ventisqueros a 2.680 metros
de altura al sureste y algo más bajos que el Picón. A partir de
aquí aunque la nieve se hace más presente, el agua debe circular
por el subsuelo, ya que no la vuelvo a ver. Estos algo mas de
trescientos metros que me restan por ascender se me hacen muy pesados
por tener que esquivar algún ventisquero y porque el piso es de
piedra suelta que dificulta el agarre, no consigo descubrir rastro
alguno de sendero y como acostumbro cuando tengo el objetivo a la
vista y no avisto sendero opto por la línea recta.
Una
vez arriba, tras atravesar el Ventisquero del Caballón y dado que la
cima no tiene atractivo ninguno, salvo el motivo para hacerse la
foto, cresteo en dirección hacia Cerro Pelao, pasando por el Puntal de Juntillas (3.1.39 m). Quiero ver la nieve
que acumulan las lomas del Mulhacén y la Alcazaba ya que las
tendremos que atravesar dentro de un par de semanas en otra excursión
programada, para acto seguido dejarme caer casi por el propio
barranco hacia la ubicación del Lagunillo.
La
bajada la he de hacer con precaución, hay agua por doquier y ya se
sabe que las suelas de las botas mojadas no agarran nada en las
piedras que es el otro elemento abundante durante la misma. El
recorrido, sin prisas, merece la pena ya que aparecen arroyos por
todos lados, a veces se pierden filtrados para aparecer algo más
abajo por alguna fisura de las rocas, saliendo a borbotones.
Otros
atraviesan los ventisqueros horadándolos, pero todos bajan bastante
a la izquierda de la ubicación del Lagunillo. Éste, apartado, ocupa
una somera cubeta de apenas unas decenas de centímetros en su punto
central y más bajo de profundidad que recibe varios aportes de los
ventisqueros ubicados por encima y protegidos por los tajos a los
pies del Horcajón. La desaparición de estos marcará la existencia
del propio Lagunillo.
Hoy
estaba colmado y se permitía incluso desaguar mediante un abundante
emisario que tras una breve bajada se unía rápidamente al río
Puerto Trevélez. Tras una media hora de relajo aprovechado para
comer, rodeo todo el barranco intentando ganar algo de cota hasta
enlazar con el sendero que barranco arriba une Trevélez con el
Marquesado a través del Puerto. Camino antiguamente muy transitado
ya que era el más corto entre ambas comarcas.
Desde
arriba del Puerto diviso al fondo primero el Refugio señalado por el
cortafuegos y mas lejos y bajo todavía las casas del pueblo. Tengo
que descender casi 1.200 metros de cota para el primero y otros
seiscientos más para llegar a Jerez. En esta bajada, muy soleada,
quedan aun un par de ventisqueros con cierta entidad. El segundo
junto a las Casillas de los Rojos: en otros mapas denominado como
Cortijo de Casas Nuevas (sólo un montón de piedras con algunos
restos de ladrillos), va a ser la última oportunidad de beber
durante toda la bajada.
El
tener en casi todo momento el Refugio a la vista hace engañoso este
largo tramo de bajada que suma a su longitud la fuerte pendiente de
la que presume en todo momento y en mi caso, el haberla bajado entre
las una y las tres de la tarde, horario en que el sol se hace sentir,
sin olvidar añadir el cansancio acumulado de la jornada.
Recordatorio:
en nuestras salidas al campo sólo debemos dejar nuestras pisadas,
todo lo demás: impresiones, fotos y residuos (orgánicos e
inorgánicos), deben regresar con nosotros.
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