Voy a tratar de contar mis experiencias en las salidas por las sierras y las calles de Andalucía. Recorridos, impresiones, cansancios.
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miércoles, 25 de octubre de 2017
Parque Natural Sierra de Huetor VIII: Cueva del Agua y Cruces (Granada)
Tras esa piedra arranca el sendero que desciende hasta el cauce del río Darro.
Comienza a iluminar el sol el cerro del Maullo.
A primera hora, si caminamos hacia el este, la salida del sol nos cegará.
Cerro del Maullo y Sierra Nevada de fondo.
Sendero que recorre a media loma el acceso hasta el río.
El cauce del río Darro destaca por su árboleda de ribera.
Junto al río el sendero se convierte en carril.
Y enlazo con la pista que asciende hasta la Fuente de la Teja.
Bajo el sauce está la fuente de Icona.
Y tras la fuente el sendero que quiero caminar.
A pesar de la extrema sequía que padecemos el río Darro consigue que corra agua por su cauce.
Hasta muerto quiere descollar.
Final del sendero en su confluencia con el carril que lleva al Hospital de Berta.
Desde el mirador a la entrada de la Cueva del Agua.
Majalijar en primer plano y sierra Arana al fondo derecha.
Esta y las siguientes corresponden a la Cueva del Agua.
Alfacar.
Víznar.
Sierra Elvira y pantano del Cubillas. Cruz de Alfacar a la derecha.
Caseta de vigilancia que corona el Peñón de Víznar (1.559 m.)
Cerro de la Cruz (1.580 m.)
Desde el Collado de la Rata (1.551 m).
Fecha: 22-9-2017 Centro
Puerto Lobo 8’15h.
M.I.D.E.:2,3,3,3. Fuente
Icona 9’45h.
Duración: 6h (Circular) Cueva
del Agua 11’15h.
Desnivel en subida: 200 metros Cruz
Alfacar 12’00h.
Temperatura: de 14ºC a los 25ºC Caseta vigilancia incendios 12’45h.
Centro Puerto Lobo 14'15h.
En
una de mis anteriores incursiones por el Parque Natural Sierra de Huetor,
mientras descansaba junto a la Fuente de Icona (unos metros por debajo de la de
La Teja), vi aparecer por un barranco colindante un grupo de ciclistas que
pararon en la fuente para repostar. Me llamó la atención por mi desconocimiento
de que por dicho barranco hubiera habilitado un sendero practicable; como en
otras ocasiones que me ha pasado algo similar, tomo nota mental para una
próxima ocasión.
Esa
ocasión ha llegado hoy. Como no tenía acompañante ni ganas de encaminarme
hacia sierras de más entidad, me he decidido por esta sierra cercana aprovechando la poca dificultad que presentan la mayoría de sus recorridos. A pesar de que
he querido alargar un poco la caminata no he conseguido una jornada extensa ya que
en unas seis horas -con algunas paradas incluidas- he terminado el recorrido.
Tras
dejar el coche junto al edificio de la casa forestal de Puerto Lobo, he comenzado
caminando por la pista que asciende hasta la Alfaguara (dirección norte), para en
unos quince minutos abandonarla desviándome a la derecha y hacia abajo, por un sendero
que pasa muy desapercibido, que conduce hasta el lecho del río Darro, al
fondo del barranco.
Este
sendero comienza y termina con tramos de bajadas severas, dejando su tramo central prácticamente llano mientras recorre una extensa loma. Una vez llegado al cauce
del río que hoy estaba totalmente seco (tenemos un año excepcionalmente árido y
falto de lluvias), me dedico a remontarlo hasta enlazar con otra pista terrera
que comunica la casa forestal Peñoncillos con la Fuente de la Teja.
Junto
al acceso a la nueva pista aparece un reguerillo de agua discurriendo por el
cauce. Se mantendrá hasta que de nuevo abandono el cauce una vez alcanzada
la fuente de Icona. Tras degustar el hilo que mana por la fuente me encamino
hacia arriba buscando el inicio del barranco delimitado por pinos de gran
porte y que era el objetivo principal de la jornada.
Aunque
desde la fuente no se aprecia, el inicio del sendero está muy marcado unos
metros más arriba ya que parece muy frecuentado (las huellas de neumáticos son
abundantes). Tras una media hora, suaviza el terreno, allanándose incluso el
último tramo. Antes de concluir enlazando con la pista que daba servicio al
“Hospital de Berta” (totalmente en ruinas el antiguo establecimiento para
tuberculosos), cambio de dirección para seguir durante unos minutos una cañada que entre
pinos de extraordinario porte y que en su día fueron sangrados para obtener su
savia, desciende suavemente en dirección perpendicular a la que me interesa (Cañada de la Cuna).
Tomo noto mental para una próxima ocasión.
Alcanzada
la pista me descuelgo hasta la Alfaguara para en el aparcamiento,
remontar de nuevo buscando alcanzar la Cueva del Agua que hace bastante tiempo
no visito. Es una subida algo exigente en su primer tramo para suavizar en su
segunda mitad. A la entrada de la cueva hay una pequeña explanada convertida en mirador desde la que
se contempla buena parte del Parque. Satisfecha la curiosidad y refrescados los
recuerdos, continúo el caminar al encuentro del sendero que me ha de llevar
hasta la cruz de Alfacar. Merece la pena recostarse unos minutos en su base
(hoy buscando también su sombra) ya que es excelente la vista de toda la vega
de Granada que desde aquí se domina.
Vuelvo
sobre mis pasos buscando el Collado de la Rata. Aquí coinciden diversos
senderos, el que me trae desde la Cueva del Agua y prosigue hacia la Cruz de
Viznar y Caseta de Vigilancia y los dos ascensos: uno -cara norte- Barranco de la Umbría y su continuación natural que baja hasta enlazar con la carretera de Puerto Lobo-Viznar. Comienzo a subir por el sendero que
lleva hasta la cruz para abandonarlo a media altura por un ramal que arranca a
la izquierda que conduce -soslayando la cruz- a la caseta de vigilancia y
prevención de incendios que corona el cerro sur de la línea de crestas, Peñón
de Víznar (1.559 m.).
Antes
de regresar por las crestas de nuevo hasta el collado de Víznar (1.484 m.), me
demoro charlando con los dos encargados de vigilar la amplia extensión, que
desde la caseta se domina, con la misión de descubrir cuanto antes cualquier conato de
incendio e impedir que tenga consecuencias graves. Me acerco hasta el pico
coronado por la cruz metálica que corona el peñón intermedio para descender de nuevo hasta el
collado de la Rata.
Solo
resta descender todo el barranco de la Umbría. Tramo en bajada por un amplio
sendero que va dibujando amplias eses por la ladera, casi siempre bajo la
fresca sombra de los pinos, hasta enlazar de nuevo con la pista que tras algo
más de dos kilómetros y medio alcanza el complejo de Puerto Lobo donde dejé el
coche esta mañana.
Recordatorio: en nuestras salidas al campo
sólo debemos dejar nuestras pisadas, todo lo demás: impresiones, fotos y
residuos (orgánicos e inorgánicos), deben regresar con nosotros.
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