Solo compartíamos playa con algunos pescadores.
Parque
Natual Cabo de Gata: I
Fecha:10
al 15 – 6 – 2013
“Un
texto es un picnic en que el autor lleva las palabras y el lector los
sentidos”(Todorov).
Habíamos
decidido pasar unos días fuera de Granada para de alguna forma hacer
patente el cese en la actividad laboral de mi mujer. Hecho que
después de tantos años le costaba interiorizar y que mejor que
vacacionar fuera de las fechas tradicionales. Para la ocasión
decidimos pasar una semana en las cercanías del Parque Natural Cabo
de Gata-Níjar a fin de recorrerlo todo lo que las ganas y el tiempo
nos permitieran. Aquí se aúna tanto la playa como los parajes
naturales y la posibilidad de caminar por los numerosos senderos que
atraviesan todo el Parque.
Para
ello reservamos habitación en un pequeño hotel familiar (sólo 20
habitaciones) que hay a la misma entrada del pueblo de Cabo de Gata,
ya dentro del propio Parque y junto a las salinas. No ha sido una
mala decisión ya que coincidimos con los demás usuarios en
concederle nota alta en atención, limpieza, amplitud y servicios
(Hotel Blanca Brisa, 2 estrellas) junto con una relación calidad
precio muy interesante.
El
pueblo Cabo de Gata dista de Granada alrededor de 200 kilómetros,
casi todos por autovía por lo que en algo más de dos horas estamos
instalados. Desde diciembre de 1987, fecha de la declaración como
Parque Natural goza este espacio de la protección específica
asignada a los parques. Es uno de los Parques Naturales
marítimo-terrestre afectado por mayor número de figuras
protectoras: hasta ocho.
Ademas
gozan de protección especial por haberse incluido en el Catálogo
General de Patrimonio Andaluz las distintas aljibes, norias, molinos
de viento e hidráulicos, así como las torres vigías y las
numerosas defensas costeras del litoral del Parque. El ser ejemplo de
estepa mediterránea y la proximidad de la Sierra de Cabo de Gata lo
hacen un espacio muy variado a la vez que accidentado. Esta sierra
está considerada como el mayor exponente de macizo de origen
volcánico a nivel europeo.
Todo
esto o buena parte de ello es lo que queremos disfrutar nosotros
durante estos días. Para empezar, unos kilómetros antes de llegar
nos encontramos en la propia carretera el Centro de Visitantes de
“Las Amoladeras” que rodeado por un “bosque” de agaves nos
enseña ya la vegetación esteparia con un ejemplo de fauna
interesante como es la Alondra de Ricoti.
En
él recibimos información sobre el Parque así como mapas de
posibles rutas.
Aunque
hace más de dos décadas residimos durante un par de años en
Almería capital por razones laborales y Cabo de Gata entonces era
bastante más “salvaje” que ahora, seguimos pensando, quizás
llevados por la nostalgia, que regresar a estos entornos, ademas de
hacernos ilusión, nos retrotraería a épocas de hijos pequeños,
días de playa con bocadillos e incluso algún susto con el agua.
Ya
por la tarde comenzamos haciendo el recorrido hasta el cabo físico
que ostenta el mismo nombre que el pueblo deteniéndonos durante el
camino en: el Torreón de Cabo de Gata, observatorio de Aves, las
Salinas de Cabo de Gata, la Almadrava de Monteleva, la Fabriquilla,
el Faro de Cabo de Gata, Arrecife de las Sirenas.
Torreón
de Cabo de Gata. Actualmente
se
encuentra junto a las construcciones del propio pueblo en el extremo
este del Paseo Marítimo. Entre él y las viviendas se varan las
escasas barcas que aun se siguen dedicando a la pesca.
Construido
en el año 1756 en sustitución del anterior destruido, con el fin de
defender la Almadraba y las Salinas de Cabo de Gata durante el
reinado de Fernando VI. A mediados del pasado siglo se cedió al
cuerpo de Carabineros y a partir de 1941 a la Guardia Civil que llegó
a utilizarlo como casa-cuartel. En los 80 se rodeó de un muro con
torretas en las esquinas repitiendo la forma central. Actualmente se
encuentra sin posibilidad de acceso, cerrado y cedido al Ayuntamiento
local sin uso asignado. Se habla de habilitarlo como museo de artes
de pesca locales.
Las
Salinas. Ejemplo
palpable de la posibilidad de
aunar
la explotación industrial salinera con la noción de Parque Natural
siendo una reserva integral de aves limícolas. Hay hasta cuatro
observatorios en su perímetro para disfrutar con la contemplación
de flamencos (algunos de cuyos ejemplares anidan y permanecen durante
todo el año) y gaviotas de Audouin. Las salinas, apenas separadas
del mar una veintena de metros, se siguen explotando de forma
tradicional transvasando el agua de unas cubetas a otras ganando
salinidad en cada paso por la evaporación del agua hasta su secado
total.
Junto
a la explotación de sal se extiende el poblado que daba cobijo a los
trabajadores. Construido entre los años 1904 y 1909 cuenta con una
llamativa iglesia por su sobrio estilo, actualmente cerrada, a la que
sólo se le da uso en celebraciones puntuales y autorizadas. Aunque
la existencia de estas salinas se remonta a épocas romanas, fue a
partir de su adquisición por la familia Acosta cuando disfrutan el
periodo de mayor esplendor.
Faro
del Cabo de Gata.
Levantado en 1863 sobre el patio de un castillo (San Francisco de
Paula) construido con anterioridad para defensa del reino de Granada.
Uno de sus cristales, de color rojo, señala con su haz una roca poco
profunda denominada la Laja del Cabo, causante de multitud de
naufragios. Del castillo sólo queda el muro perimetral de su base.
Aunque
no se permite el acceso por ser residencia del farero, si cuenta en
sus alrededores, además de un punto informativo, de varios miradores
escalonados que nos permiten apreciar la belleza de los acantilados
sobre los que se eleva y entre ellos el afloramiento del Arrecife de
las Sirenas.
Arrecife
de las Sirenas.
Es quizás uno de los enclaves mas visitados por su belleza, siendo
lo que avistamos en superficie los restos de una antigua chimenea
volcánica. Se le atribuye el nombre a la existencia de una colonia
de Focas Monje que habitó esta costa hasta bien entrado el siglo XX,
actualmente en peligro crítico de extinción en todo el
Mediterráneo.
A
estos animales se les ha llamado frecuentemente sirenas o lobos
marinos por los pescadores locales.
Es
el punto mas suroriental de la península. Con muchos nombres a lo
largo de la historia como el de Promontorio de las Ágatas (por la
presencia de estas piedras semipreciosas) de lo que pudo derivar el
actual Cabo de Gata del que se tienen noticias ya en el siglo XIV.
Incluso una leyenda sitúa a Ulises aquí en su vuelta a Ítaca
después de la guerra de Troya.
Recordatorio:
en nuestras salidas al campo sólo debemos dejar nuestras pisadas,
todo lo demás: impresiones, fotos y residuos (orgánicos e
inorgánicos), deben regresar con nosotros, más si cabe, cuando
visitamos un Parque Natural como éste.
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Como me apasiona mucho viajar me interesa poder ir a distintas ciudades y disfrutar de las atracciones que hay en cada una. En general trato de hospedarme en hoteles 5 estrellas ya que me ofrecen las mejores condiciones para estar en la ciudad
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